MARTES 14 DE MARZO DE 2000

Ť Asimilar el triunfo y aceptar la derrota, demanda Woldenberg a partidos


Tolerancia ante las elecciones y sus resultados, pide Carrasco

Ť Miguel Limón: la realidad democrática exige ciudadanos que se opongan al autoritarismo

Alonso Urrutia Ť El secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, sostuvo que no basta la democracia electoral para garantizar la gobernabilidad y el buen gobierno, sino que es necesario que todos los actores se comprometan y asuman con tolerancia la contienda electoral y sus resultados. La gobernabilidad democrática, añadió, es el único sustrato que garantiza la unidad futura del país, ''una vez que arribemos al cambio político''.

Al encabezar la ceremonia de la cancelación del timbre en ocasión de El Siglo de la Construcción Democrática, Carrasco destacó que no dignifica a la democracia la sospecha o la descalificación, no se puede colocar a la demagogia, al escándalo y a la violencia por encima de la ética y la legalidad. ''México no puede aceptar el desconocimiento de la legalidad ni de principios tras conocerse los resultados''.

En su oportunidad, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg, dijo que el organismo electoral está preparado técnica y políticamente para garantizar la transparencia del proceso y la certeza en los resultados, cualesquiera que sean. No obstante, demandó que gobierno, partidos y candidatos que asuman su responsabilidad, asimilando los resultados porque la certeza final del proceso debe venir de los actores, ''ningún candado, ningún instrumento electoral puede sustituir al efecto político, civilizatorio de los actores''.

Woldenberg destacó que el desenlace democrático del proceso no depende sólo de la organización de los comicios que realice el IFE, sino de los actores históricos del proceso. El IFE está preparado para cualquier resultado, ''espero que los partidos también lo estén''. A la democracia mexicana le hace falta una reacción de ''partidos y candidatos que pelean hasta el final los votos, pero que están dispuestos a asimilar el triunfo y aceptar la derrota''.

En el antiguo Palacio de Lecumberri, hoy convertido en el Archivo General de la Nación, se reunieron secretarios de Estado, funcionarios de la dependencia, algunos dirigentes políticos, eclesiásticos y el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Genaro Góngora, y se habló de los avances democráticos del país.

Correspondió a Carrasco referirse al desarrollo de la democracia en un apretado recuento histórico en el que reconoció los desencuentros democráticos ocurridos en los albores del siglo con Porfirio Díaz y el usurpador Victoriano Huerta. Desde entonces, dijo, la voluntad popular ha empujado hacia la democracia.

Carrasco dijo que en la democracia, la tolerancia tiene el límite que impone la ley a todos los actores. En este contexto, dijo, el gobierno busca enfrentar los conflictos mediante el diálogo ''aplicando la ley sin restricción ni discrecionalidad''.

Añadió que existen todavía quienes identifican la democracia con la impunidad, con la ingobernabilidad, con la anarquía, y pretenden encontrar ''en los cauces que les ofrece la democracia el camino de la ruptura y la conformación, en vez del entendimiento''. Deploró que quienes critican el presidencialismo y rechazan el autoritarismo, si la autoridad no decreta las soluciones ni la impone se dice que hay ingobernabilidad.

Carrasco destacó que los comicios de julio serán los más transparentes, equitativos, social y legalmente vigilados de la historia. Sin embargo, dijo que si bien se cuenta con instituciones democráticas esto no basta para garantizar la gobernabilidad; es necesario que en estas elecciones se afirme una democracia gobernable. Es compromiso del gobierno garantizar la gobernabilidad democrática, lo que supone un exhorto a todos los sectores a consolidar la tolerancia, concluyó.

Los comicios federales de julio próximo deben reafirmar una democracia gobernable que permita fortalecer las condiciones de estabilidad en el país, sostuvo el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco. La gobernabilidad democrática es el único sustrato que garantiza la unidad futura del país, una vez que ''arribemos al cambio político de fin de siglo''.

Las reformas electorales, obra colectiva

Woldenberg centró su evaluación del avance democrático en los últimos 20 años, lapso en el cual el mapa político mexicano se ha transformado sustancialmente, los cambios legales han permitido que la oposición acceda al gobierno y a la cámara. Hoy, el futuro político ya no se decide en pequeños círculos de poder, sino que es definido por el voto de los mexicanos.

En su momento, el gobierno decidió la agenda del cambio pero no sus consecuencias, pues las reformas electorales han sido una obra colectiva y han permitido consolidar que en el proceso del 2000 haya certeza y transparencia. En el IFE nada ha quedado ni quedará fuera de la verificación de los partidos que pueden acceder a todas las etapas y objetivos técnicos del proceso, que están siendo cumplidos en tiempo y forma.

El consejero presidente concluyó que México enfrenta una etapa de pluralismo, pero también de estabilidad democrática, de competencia pacífica, sin riesgos de involuciones y con un tribunal donde se dirimen las controversias jurídicas.

Durante la ceremonia participaron además los secretarios de Educación Pública y de Comunicaciones y Transportes, Miguel Limón y Carlos Ruiz Sacristán, quienes también hablaron de la democracia.

El titular de la SEP dijo que la realidad democrática que ha generado la universalización del voto, la pluralidad ideológica y la complejidad creciente exige ciudadanos con mejor preparación que sean un obstáculo permanente al autoritarismo.

A su vez, el secretario de Comunicaciones destacó que en México la democracia debe estar vinculada a la justicia social, ''no puede existir una premisa sin la otra, nadie desea una democracia sin compromisos sociales, de la misma forma en que no es suficiente la atención de los problemas sin el sólido vínculo entre la decisión de los gobiernos y el mandato popular''.