MARTES 14 DE MARZO DE 2000

Ť Subsistencia y avance democrático, rasgos peculiares de cada sitio, advierte


Con ética o sin ella, el mercado hace papilla a las personas, dice Altvater

Ť La globalización, desafío que implica un cambio profundo en los nexos políticos y sociales

Ť ''Haider ganó porque supo capitalizar el miedo en Austria a que se resten ingresos y empleos''

César Güemes Ť Desde que obtuvo su doctorado en el singular año de 1968, por la Universidad de Munich, Elmar Altvater palsmó en su tesis un punto de vista crítico como sociólogo y economista: Producción social y racionalidad económica. Efectos externos y planeación central en el sistema económico socialista. De 1968 a 1970 fue investigador adjunto en el Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad Erlangen-Nuremberg. Y desde entonces a la fecha es profesor en el Instituto Otto Suhr de Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Berlín. Dentro de sus libros publicados se incluyen El futuro del mercado: un ensayo sobre la regulación del dinero y la naturaleza después del fracaso del socialismo realmente existente y El precio del bienestar: el saqueo del medio ambiente y el Nuevo (des)orden mundial.

Altvater está en México y la tarde de este martes dictará una ponencia acerca de los avances reales del mercado, en el Instituto Goethe. De su interés por Latinoamérica dice en entrevista: ''Estuve muchas veces en Brasil y traté de comprenderlo. Supongo que aquí será difícil adentrarse en la idiosincrasia porque ambas son naciones pluriculturales, lo cual las hace complejas". Aunque considera que ''entre los intelectuales de Río de Janeiro, Buenos Aires o el Distrito Federal hay una afinidad que se manifiesta en lazos incluso con la intelectualidad europea o la de Estados Unidos, sólo adentrándose en las poblaciones locales es cuando se encuentran sus diferencias enormes; cada sitio tiene su problemática en cuanto a la subsistencia o el avance democrático".

-Impartió usted una ponencia sobre los alcances reales del mercado. ƑPodríamos establecer un nexo entre ética y economía?

-El problema del mercado es que no tiene ética. Es más, con ética o sin ella, el mercado hace papilla a las personas. Mientras todo en este mundo tiene limitaciones, ya sea la naturaleza o el ser humano, resulta que el mercado no las tiene. Es un mecanismo que se impulsa mediante el dinero y éste constituye un puente entre los que ya lo poseen y quienes han de trabajar para conseguirlo. Es por eso que el dinero dentro del mercado produce desigualdades rampantes. Esto lo podemos comprobar por países o en el ámbito mundial. Por ello es preciso limitar al mercado y con esto vuelvo a su propuesta de relacionarlo con la ética, para frenar esa desigualdad tan abismal que hoy existe.

Restricciones a la soberanía

-De un corto tiempo a esta parte se habla en México de globalifóbicos y globalifílicos. Parece que el mundo se dividiría tan sólo en entre estas dos posibilidades. ƑEs así?

-En muchos países ocurre este debate entre quienes festejan con entusiasmo la globalización y los que tienen sus serias dudas. Diría que la globalización es un desafío porque representa una transformación muy profunda en las relaciones sociales y políticas. Por eso es muy importante darles un cauce a los procesos. No se puede permitir que las variaciones en la economía se den en forma espontánea como gustan verlas los globalifílicos: meramente como un mayor intercambio comercial y con ello más dinero circulante. Lo que no podemos hacer es oponernos a la globalización, porque estaríamos como Don Quijote, lanzándonos contra molinos de viento.

-El retiro del austriaco Joerg Haider del Partido Liberal, Ƒes una respuesta al rechazo relativamente generalizado del avance de la derecha radical?

-Bueno, la globalización significa que la soberanía nacional no desaparezca del todo, pero que sí se vea muy restringida. Por eso la derecha actual se diferencia de sus ascendentes políticos en cuanto a que se ocupa mucho de temas como el neoliberalismo o la cuestión nacional. Lo que la antigua derecha trataba era de controlar el poder del Estado nacional. La nueva derecha, por su lado, se puede divivir en dos secciones. Una es la que defiende el modelo neoliberal con sus ventajas, y es el tipo de pensamiento que se aglutinó en torno de la política monetaria de Reagan. Hoy, figuras como él se pueden encontrar en todos lados, en el Este europeo después de la caída del Muro de Berlín y en América Latina. Existe otro tipo de derecha que representa Haider: la que trata de defenderse en forma fundamentalista de los avances de la globalización.

"Sin embargo, a pesar de que estos dos tipos de derecha tengan preocupaciones diferentes, de todos modos tienen puntos en común. Haider, como la derecha reaganiana, apoya la fría ley del mercado de oferta y demanda, y el flujo de capitales. Empero, de manera personal y partidaria está en contra de la apertura del mercado laboral y de la llegada de inmigrantes. Por eso ganó, porque supo capitalizar el miedo que tiene la comunidad austriaca de que le resten ingresos y empleos.''

Preocupación de izquierda y derecha

-Ante un mercado no ético, Ƒla izquierda tiene posibilidad de avanzar o, en el más severo de los casos, de mantenerse?

-En este momento de la globalización lo único que puede hacer la izquierda es procurar la regulación del mercado. Y debo decir que sobre esta necesidad de modelar la conducta del mercado no sólo se ha preocupado la izquierda, sino el mismo sector financiero de derecha después, por ejemplo, de las crisis sucesivas que hubo aquí en México o luego de los problemas del sudeste asiático o los movimientos en Rusia. La pregunta es: Ƒcómo darle un cauce a este mercado global, no ético e irrefrenable? Incluso en sitios como el Fondo Monetario Internacional hay muy serios análisis para determinar cómo sería esa regulación.

''En México se ha discutido que se imponga un impuesto a los flujos de capital. Y existe una tendencia interesante a nivel internacional: se piensa condicionar no sólo a los países que solicitan créditos del FMI, sino que los países acreedores cumplan con esos condicionamientos, algo por lo que ahora pelean los pensadores progresistas.

''Habría que plantear que si hasta ahora la experiencia es que el capitalismo pudo ser frenado o gobernado por el Estado, hoy cuando lo vemos globalizado habría que encontrar una suerte de acuerdo que controle a nivel global la participación del capital, considerando a las organizaciones no gubernamentales."