DOMINGO 12 DE MARZO DE 2000
Ť Sólo se practican 800 cirugías anualmente; 80 mil, en espera de un riñón
Requieren trasplantes 100 mil mexicanos: Ssa
Ť En breve tiempo 50 por ciento de operaciones serán de ese tipo, asegura Armando Soberanes
Angeles Cruz Ť En los próximos años más de 50 por ciento de las cirugías serán de trasplante de órganos, pero únicamente podrán beneficiarse de ellas quienes estén protegidos por la seguridad social o tengan dinero para pagar el costo de la operación y el tratamiento médico de por vida, aseguró Armando Soberanes, presidente de la Fundación Mexicana de Donación y Trasplante de Organos y Tejidos.
Por su parte, la Secretaría de Salud (Ssa) estimó que más de 100 mil mexicanos requieren el trasplante de algún órgano y de éstos unos 80 mil están en espera de un riñón. Sin embargo, al año apenas se practican 800 cirugías de este tipo.
En entrevista, Soberanes explicó que un trasplante de riñón cuesta 250 mil pesos; el primer año postrasplante el paciente requiere de por lo menos 45 mil pesos mensuales para evitar el rechazo de su cuerpo al órgano; el segundo año gastará 15 mil pesos al mes y después los costos se reducen a la tercera parte.
Respecto al trasplante de corazón, hígado o pulmón, mencionó que el costo de la cirugía llega hasta los 500 mil pesos, aproximadamente. Aun así, afirmó Armando Soberanes, es más barato hacer el trasplante del órgano que mantener el tratamiento médico para ayudar a quienes tienen males cardiacos, hepáticos o pulmonares.
En el caso de la insuficiencia renal crónica, la alternativa es la diálisis, que al mes implica un gasto de 20 mil pesos, pero además el paciente sólo tiene una esperanza de vida de 4 a 10 años después del diagnóstico. Una persona con trasplante, en cambio, puede vivir por tiempo indefinido y el riesgo de muerte sólo está relacionado con la cirugía, aseguró.
Pero eso no es todo, en la fase de donación también hay que pagar altos costos económicos, comentó Soberanes, y enseguida puntualizó: "La donación del órgano es gratuita, pero la solución para preservarlo tiene un costo de 300 dólares. Además se tienen que practicar estudios clínicos, entre ellos el de serología contra sida, que vale de 600 a 700 pesos.
Soberanes también dijo que los gastos derivados de la cirugía del donador los tiene que pagar el receptor o las empresas que se dediquen a la venta de medicamentos y las soluciones.
Por eso, el especialista en trasplante de órganos insistió en su propuesta de impulsar la participación de la iniciativa privada en el proceso. Los empresarios, dijo, están dispuestos a apoyar la construcción de infraestructura hospitalaria y de equipamiento. El nosocomio sería propiedad de la institución médica (IMSS, Ssa, etcétera) pero manejado en un esquema mixto. Así, el gobierno gana al resolver un problema grave de salud pública, la industria gana al vender sus medicamentos, pero el principal ganador es el paciente que recupera su salud, subrayó.
Para sustentar su propuesta, el presidente de la Fundación Mexicana de Donación y Trasplante de Organos y Tejidos, señaló que los pacientes en lista de espera de un órgano en Estados Unidos lo primero que deben hacer es depositar 30 mil dólares para iniciar los estudios y todos los costos derivados de la donación y el trasplante.
En cambio, en nuestro país, sólo el IMSS tiene una mayor actividad en trasplante de órganos. De acuerdo con el Registro Nacional de Trasplantes, en 1999 sólo ocho hospitales del Seguro Social realizaron 438 cirugías sustitutivas de riñón, mientras que 16 hospitales de la Ssa en todo el país efectuaron 133 operaciones de este tipo. En este caso, dijo Soberanes, el problema no es de infraestructura y ni siquiera de donación, sino que los pacientes no pueden pagar los costos quirúrgicos y los posteriores para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
Armando Soberanes asegura que la prevención de enfermedades todavía es un asunto pendiente. Dijo que ocho de cada 10 causas que llevan a una persona a necesitar un trasplante se pueden prevenir en el primer nivel de atención médica.
Detalló: "La diabetes mellitus, la hipertensión arterial y el ácido úrico que no son atendidos adecuadamente derivan en insuficiencia renal crónica y por lo tanto, a necesitar de un trasplante de riñón".
Para combatir este problema hay varias alternativas, entre ellas, realizar un examen general de orina a toda la población infantil en México. Ahí se pueden detectar enfermedades causantes de la insuficiencia renal. Ciertamente, dijo Soberanes, eso implica inversión económica, pero siempre será más barato que la diálisis o el mismo trasplante.