DOMINGO 12 DE MARZO DE 2000
Ť Enfrentan la peor crisis de su historia
Productores de frijol tienen en bodega 233 mil toneladas de 1999
Ť Tuvieron pérdidas por $832 millones Ť El TLC los ha afectado
Angélica Enciso, enviada /I, Zacatecas, Zac., 11 de marzo Ť Desde hace un año, los 450 mil productores de frijol del país comenzaron a vivir la peor crisis de su historia: su actividad dejó de ser rentable; sus cosechas cayeron 30 por ciento; la desaparición de la Conasupo agravó el problema de comercialización y tienen 233 mil toneladas en bodegas del año agrícola 1999; los precios del producto, de entre 3 y 5 pesos el kilogramo, apenas cubren la tercera parte de sus costos de producción y durante ese año registraron pérdidas por 832 millones de pesos.
Tan sólo en esta entidad, principal productora de la leguminosa, las cosechas se redujeron drásticamente el año pasado al pasar de 330 mil toneladas a 150 mil. Aun así, hay 80 mil toneladas sin mercado, además de que el precio actual que se ofrece al productor de frijol no le deja ganancias.
A la saturación de inventarios que se presenta con la producción nacional que no ha salido al mercado, se suma el crecimiento de las importaciones de la leguminosa, las cuales en 1999 llegaron a 80 mil toneladas a través del TLC, aun cuando México tradicionalmente ha sido autosuficiente en este básico al producir en promedio 1.2 millones de toneladas al año, señalan líderes de organizaciones de agricultores.
Y esta situación para los productores se agrava más con la caída del consumo per cápita, ya que mientras en 1990 era de 18 kilogramos, el año pasado apenas se ubicó en 11 kilogramos, indican investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo, quienes explican esta reducción por el incremento del precio al consumidor, que se ubica en 13 pesos el kilogramo, mientras que a los productores se les paga sólo 15 por ciento de ese costo.
Para este año, los agricultores ven con pesimismo el desarrollo de su actividad, ya que en este momento en que se realiza la cosecha en Nayarit y Durango ya hay inventarios de casi 400 mil toneladas con la producción almacenada del año pasado, a lo que se suma el contrabando, que llega a cien mil toneladas, y a todo esto se agregarán los cupos de frijol que para este año serán de 61 mil toneladas, advierte el legislador José Gascón Mercado.
Esta crisis en la venta y en la siembra de la leguminosa se precipitó con la desaparición de la Conasupo, la cual compraba 30 por ciento de la cosecha nacional -el equivalente a la producción de Zacatecas- y manejaba la salida de los inventarios para regular el precio, considera en entrevista Manuel Ortega, dirigente de El Barzón Zacatecas.
Ahora quienes regulan las cotizaciones son los intermediarios y la explicación de por qué ofrecen precios tan bajos por el producto es que sin que el frijol se cotice en la bolsa, los importadores se basan en el precio de la leguminosa de Michigan y éste es el que los coyotes ofrecen a los productores nacionales, explica Nicolás Morales, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo
Detalla que el pasado 23 de febrero el frijol Michigan se vendía en 2.12 pesos, por lo que en este momento los intermediarios ofrecen a los productores nacionales entre 2 y 3 pesos por el kilo de la leguminosa.
Así, después de que han dedicado su vida a la siembra de este cultivo básico en la alimentación de los mexicanos, los productores están desesperados ante la incertidumbre de si este año volverán a sembrar, ya que en muchos casos tienen toda su cosecha sin vender, están endeudados y no ven salidas a su problema.
Actividad cada vez menos rentable
Desde 1988 se empezaron a presentar problemas en este cultivo, ya que a partir de entonces la actividad dejó de ser rentable. Los rendimientos por hectárea en Zacatecas comenzaron a caer, al pasar de 800 kilogramos por hectárea a 300 que ahora se cosechan, mientras que en Estados Unidos se obtienen mil 600 kilogramos.
Santiago Camacho, agricultor de la colonia González Ortega, una de las zonas frijoleras más importantes de la región este año, ni siquiera saldrá "parejo"; prevé pérdidas. "Hace cinco años sembraba 150 hectáreas. Hace tres años bajé la superficie a 60 hectáreas y para este año sólo serán 30. ƑPor qué?, pues los costos son muy altos. Gasté mil 500 pesos en insumos por hectárea, sin contar la mano de obra. En total invertí 90 mil pesos, porque mi familia es la que pone la mano de obra, el rendimiento es de 500 kilogramos, a veces menos. Si las 20 toneladas que tengo las vendo a 3 pesos, lo que pagan los coyotes serán 60 mil pesos. ƑY mi sueldo, mi trabajo, mis ilusiones, mi familia? ƑDe qué vamos a vivir?".
Luego de las labores del campo y acompañado de otros tres productores de frijol que viven situaciones similares, Santiago platica que "el subsidio de Procampo, que será de 700 pesos este año, ya nos lo comimos. Los apoyos del gobierno son insuficientes y no sé qué hacer con el frijol que tengo guardado en mi casa, no sé si venderlo a los coyotes, pero lo que sí sé es que para el próximo ciclo voy a sembrar menos, unas 30 hectáreas. Esto no conviene".
Al escuchar esto, interviene Florencio Sánchez, de unos 60 años. Dice que el gobierno les ha propuesto sembrar otro cultivo, pero "no se puede. Tiene que ser maíz o frijol. Dicen que forrajes, Ƒqué?, Ƒnos los vamos a comer a cucharadas?".
"Aquí la migración financia las actividades agropecuarias. Gran parte de las familias reciben dólares, porque la mayoría de los jóvenes emigró a Estados Unidos y aquí nos quedamos los viejos, de eso es de lo que vivimos", asegura.
También Manuel de Jesús Sierra vive una situación parecida. "Tengo una deuda de 500 mil pesos que no sé cómo voy a pagar, porque los plazos ya se están venciendo, los intereses se acumulan y yo todavía no puedo vender mi producción".
Mientras observa las toneladas de frijol almacenadas en la envasadora de productos agroindustriales de Sombrerete, relata que el año pasado sembró 130 hectáreas. "Todavía tengo la producción: cien toneladas. Todas, completitas, ni una sola he vendido. Tienen un valor de 450 mil pesos y los coyotes me quieren comprar a 2 pesos el kilogramo. Ya de entrada tengo una pérdida de 400 mil pesos por la caída del precio; a lo más que me la compran es a 4 mil 500 la tonelada, cuando en 1998 estuvo a 8 mil pesos", agrega.
El incipiente esquema de comercialización estatal se basó en la formación de empresas orientadas a la compra y venta del frijol, por lo que algunos agricultores se agruparon en 13 organizaciones y confiaron en el convenio que el gobierno estatal firmó en diciembre pasado con Diconsa, quien se comprometió a adquirir 8 mil toneladas de frijol a 5.30 pesos el kilogramo.
En enero, la paraestatal sólo había comprado 700 toneladas y suspendió unilateralmente el convenio, aun cuando para la compra de la leguminosa el gobierno estatal le dio 3 millones de pesos como recursos revolventes, que eran parte de un fondo de 7 millones de pesos que en 1999 el congreso estatal autorizó para apoyar la comercialización.
"Diconsa no ha cubierto sus compromisos firmados, dijo que compraría las 8 mil toneladas entre diciembre y mayo de este año, y lo que ha hecho es jinetear los 3 millones de pesos", señala en entrevista Enrique Robles, coordinador de Desarrollo Regional de la Coordinación General de Desarrollo Social del estado.
Explica que el argumento de Diconsa para suspender las adquisiciones fue que la Secretaría de Hacienda había decomisado un contrabando de mil 460 toneladas de frijol negro Michigan, las cuales puso a disposición de la paraestatal para que las vendiera, "como si hicieran lo mismo con otros decomisos que hace el gobierno".
Cosecha pasada en cinco estados
A causa del incumplimiento de ese acuerdo, las bodegas de las empresas desde hace tres meses tienen 3 mil 700 toneladas de frijol almacenadas en espera de que aparezcan otros compradores.
Tan sólo en la envasadora de productos agroindustriales de Sombrerete hay 200 toneladas aquintaladas -encostaladas- y 149 toneladas envasadas listas para salir al mercado. "Estamos parados. Hace tres meses vendimos 120 toneladas y esas fueron las únicas ventas. Tuvimos que despedir a los 15 trabajadores que teníamos y los productores vienen todos los días a preguntar qué pasó y si ya tenemos compradores. ƑQué les digo?, sí había un convenio firmado en presencia del gobernador y no se respetó", señala José Luis Flores García, presidente del Consejo de Administración.
"El reflejo de la crisis que vive el campo, donde se desarrolla la principal actividad productiva de la región, es que la migración crece cada día y otras actividades están muertas, los restaurantes lucen vacíos, las tiendas también y las ferias han sido un fracaso", advierte Flores García.
Zacatecas no es la única entidad con problemas. Los cinco principales estados productores de frijol cuentan con inventarios de la cosecha pasada. Nayarit tiene 14 mil toneladas; Durango cuenta con 50 mil en bodega, más de 50 por ciento de la producción estatal; en Chihuahua la producción almacenada de 1998 suma las 15 mil toneladas y de 1999 se tienen 30 mil toneladas, lo cual representa 35 por ciento de la producción estatal; mientras en Sinaloa existen 44 mil toneladas sin comercializar, con pérdidas superiores a los 90 millones de pesos, indica información de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados.
Sequía
La sequía en Zacatecas amerita un llamado de "alerta". En las zonas agrícolas "ya podemos hablar de la presencia de dunas y desiertos", y de una total deforestación ocasionada por la ampliación de la frontera agropecuaria, la cual en esta entidad ya no da para más, señala Juan Carlos Ledesma, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH).
El deterioro de las tierras de temporal ha propiciado que la producción de frijol pase por la crisis más seria de los últimos 20 años, ya que sumado a los procesos de descertificación se agrega un retroceso tecnológico en la economía campesina por falta de capital para invertir en fertilizantes, pesticidas, combustibles y maquinaria agrícola, agrega.
Con la deforestación que se originó en la década de los años 70 para favorecer el monocultivo de frijol, esta entidad sufrió una importante reducción de la superficie cubierta por pastizales, nopaleras, matorral desértico y bosques de pino-encino, lo cual es el "origen de los actuales niveles de erosión de las tierras agrícolas".
"Los suelos al quedar desnudos durante seis meses del año, después de la cosecha de frijol de temporal, se ven erosionados por las fuertes rachas de viento entre febrero y marzo, que cobran mayor fuerza en las amplias llanuras, durante los meses de mayor temperatura y sequía", advierte.