DOMINGO 12 DE MARZO DE 2000
Ť Investigan a familiares
Detectan cuatro cajas de seguridad de Izábal Villicaña
José Galán Ť Mientras 18 auditores de la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo y 30 peritos contables y grafólogos -tanto de la Procuraduría General de la República como de Justicia del Distrito Federal- revisan documentos y cuentas dentro de la Oficialía Mayor de la PGR, agentes a cargo de las indagatorias sobre el suicidio de Juan Manuel Izábal Villicaña encontraron en total cuatro cajas de seguridad contratadas por el funcionario en sucursales bancarias de Perisur (Citibank, Bancrecer y Bancomer), cuyo contenido no se ha dado a conocer.
Trascendió, por otra parte, que elementos de ambas procuradurías solicitaron órdenes de cateo para otras cajas de seguridad, no sólo pertenecientes a la familia del hoy occiso, sino probablemente a colaboradores directos de Izábal Villicaña, quien manejaba personalmente nueve direcciones operativas, e indirectamente otras nueve, entre ellas la importante Dirección General de Recursos Humanos de la PGR.
Una vez que se recaben todos los valores y documentos contenidos en esas cajas privadas, los investigadores locales y federales comenzarán a indagar, dentro de la segunda fase de las pesquisas, quién pagó y por qué.
Para responder a estas preguntas se siguen dos líneas de investigación: los intereses económicos que rodean a un puesto de la naturaleza del que ocupaba Juan Manuel Izábal Villicaña, o negocios al margen de sus responsabilidades pero con el paraguas que protege a funcionarios de ese nivel.
Las pesquisas se adentran en la CNDH
Por lo pronto, no sólo se ha investigado la actuación de Izábal desde el 5 de diciembre de 1996, cuando tomó posesión como oficial mayor designado por el recién nombrado procurador Jorge Madrazo Cuéllar, sino que también las pesquisas han comenzado a adentrarse en el papel que desempeñó como oficial mayor de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
De acuerdo con el contenido de la tercera carta póstuma, hecha pública por la PGJDF, los 700 mil dólares encontrados en la caja de seguridad del Citibank provendrían de negocios realizados por Izábal Villicaña con anterioridad al nombramiento de oficial mayor de la PGR. Esto significaría que el finado funcionario podría haber realizado negocios oscuros desde ese alto puesto en la CNDH. Por ello, las investigaciones se remontan a su papel en la defensoría nacional de los derechos humanos.
Por otra parte, las declaraciones del hermano del hoy occiso, Eduardo Izábal Villicaña -quien dijo que ni la letra ni la firma de su pariente son las que aparecen en la tercera carta póstuma-, han motivado una investigación especial donde varios equipos de grafólogos revisan dicha misiva.
Las autoridades competentes calculan contar con los primeros resultados de los exámenes periciales la próxima semana; estarían incluidos no sólo los criminalísticos, sino también los contables, los grafológicos y toxicológicos.
Al mismo tiempo, han solicitado toda la información a las citadas instituciones bancarias, las que han prometido tenerla lista a mediados de la próxima semana, porque aducen que el secreto bancario les impediría responder directamente a la petición judicial.