VIERNES 10 DE MARZO DE 2000
* Ordena a Hacienda y BdeM prevenir efectos económicos "disruptivos"
Descarta Zedillo repetir manejos
irresponsables de otros gobiernos
* Existe una perspectiva positiva en casi todos los aspectos * Prevé nuevo sexenio de crecimiento
Rosa Elvira Vargas y David Zúñiga * El presidente Ernesto Zedillo aseguró que su gobierno no caerá en los "manejos irreflexivos e irresponsables" en los que incurrieron otras administraciones ante la presencia de condiciones económicas positivas que se pensó serían permanentes.
Al mismo tiempo, confirmó que ha dado instrucciones a la Secretaría de Hacienda para que trabaje con el Banco de México en la afinación de estrategias que prevengan "efectos disruptivos" ante la poco usual y difícil situación del mercado petrolero internacional, así como la eventual entrada masiva de capitales del exterior, una vez que se otorgó al país el llamado "grado de inversión".
Confiado en que por primera vez en un cuarto de siglo se pasará de un sexenio de "franca recuperación" a otro de "crecimiento firme y sostenido", el mandatario aseguró al Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) ųcuyos integrantes le presentaron sus proyectos de inversión, exportaciones y creación de empleos para este añoų que el gobierno que lo suceda contará con más recursos para mejorar la educación, la salud y la vivienda populares y para combatir con más eficacia la pobreza, crear mayores empleos y elevar "gradual y progresivamente" los salarios.
Zedillo dijo que es posible prever que la economía crecerá por quinto año consecutivo, la inflación anual no rebasará 10 por ciento, las exportaciones seguirán creciendo a "muy buen ritmo" y el desempleo ųhoy a sus menores niveles de los últimos 13 añosų seguirá disminuyendo.
Pide mayor prudencia
Sin embargo, alertó que tales expectativas positivas y alentadoras obligan a todos a actuar con la mayor prudencia para consolidar las nuevas condiciones de estabilidad económica. "Este es un momento en el que podemos estar satisfechos con lo logrado hasta ahora, pero no es momento, en modo alguno, para triunfalismos de nadie, menos del gobierno ni mucho menos para reducir el esfuerzo''.
En ese punto recordó que otras crisis del país fueron provocadas por "manejos irreflexivos y aun irresponsables" de condiciones positivas que se pensaron permanentes, como precios altos del petróleo o entradas masivas de capital de corto plazo.
"šNosotros no caeremos en conductas de esa naturaleza!", enfatizó el mandatario, y enseguida explicó sus determinaciones recientes tras conocer el otorgamiento a México del llamado "grado de inversión", así como ante la azarosa condición del mercado petrolero internacional.
Hacienda y el Banco de México, con respeto a su autonomía, deberán afinar la aplicación de los instrumentos disponibles de política económica para prevenir o en su caso minimizar los efectos de alguna disrupción por aquellos factores. Y en el mismo sentido ofreció que su gobierno seguirá cuidando "afanosamente" todos los aspectos necesarios para garantizar que la renovación del poder, antes, durante y después, no abarque "costosos sobresaltos económicos".
Además, ratificó que la inversión privada y las exportaciones se han convertido en uno de los motores fundamentales del crecimiento económico de México y que, junto a una política responsable y realista, así como al esfuerzo perseverante de los sectores sociales, han generado "un círculo virtuoso" para el desarrollo del país.
"El desempeño favorable de la inversión privada es resultado de la decisión y la constancia que hemos puesto todos en la construcción de un ambiente estable para la actividad económica y la creación de empleos", dijo Zedillo. Antes, refirió que en el último trimestre de 1999, la inversión fija bruta aumentó a una tasa real anualizada de 8.1 por ciento, mientras que para todo el año, ese crecimiento fue de 5.8 por ciento. Esto representa, expuso el mandatario, que la inversión total ya es equivalente a cerca de una quinta parte del producto interno bruto.
Una vez más, el jefe del Ejecutivo atribuyó la marcha ascendente de la economía a la perseverancia de esta administración en la disciplina fiscal y monetaria, al mantenimiento de finanzas públicas sanas y la introducción de reformas estructurales, las cuales se han convertido en catalizador de nuevas inversiones que modernizan la base productiva y generan empleos.
A lo anterior sumó también la suscripción de acuerdos de libre comercio que, aseguró, alientan las inversiones en un grado muy importante. De todo ello resumió que hoy el país presenta condiciones de estabilidad que lo hacen más atractivo a nuevas inversiones y presenta a México con una perspectiva positiva "en prácticamente todos sus aspectos".
Los avances logrados, consideró, deben ser un aliciente para redoblar el esfuerzo de disciplina, congruencia y perseverancia, pues si ello se logra, por primera vez en 25 años "pasaremos de un sexenio de franca recuperación a otro de crecimiento firme y sostenido".