VIERNES 10 DE MARZO DE 2000

ƑSolidaridad con quién?

* Jaime Martínez Veloz *

SI SE PUEDE, rezaba el eslogan de Ruffo, gobernador del estado de Baja California. Ahora, a más de diez años de distancia, es evidente que los gobiernos panistas no pudieron. La inseguridad pública, los problemas ecológicos y sociales, los actos de gobierno impopulares, la falta de sensibilidad social, los bajos salarios y el divorcio con la ciudadanía caracterizan a la actual administración pública bajacaliforniana. Rebasado por una tormenta provocada por una mezcla de ineptitud, intolerancia y delirio de persecución, el gobierno local ha respondido a las críticas con descalificaciones y no con explicaciones u ofertas de solución. Esto no solamente ha deteriorado la relación entre poderes, sino que ha desgastado la gobernabilidad.

La incapacidad del gobierno para establecer un diálogo constructivo, se hace cada día más evidente. Esta situación ya no sólo provoca preocupación en el PAN estatal. Ahora también el CEN panista trata de entrar al quite y lo hace sin esconder su linaje autoritario. En un desplegado aparecido en varios diarios el 8 de marzo, el CEN blanquiazul firma cinco puntos relacionados con la situación que priva en Baja California. En el primer punto manifiesta su ''solidaridad'' con el gobierno estatal y asegura que hay un ataque orquestado contra éste. Desde luego, no hay pruebas de la ''orquestación'' de los ataques. Por lo demás, es típico de la cultura autoritaria suponer complots donde sólo hay señalamientos y críticas. En la cultura democrática, hay tolerancia a las observaciones. El CEN panista asegura que los supuestos ataques son parte de una estrategia del PRI gobierno, y que tiene fines electorales. No ven que las cifras escandalosas de los delitos y las ejecuciones muestran que el ambiente de inseguridad, no sólo el que se refiere a los delitos federales, se ha incrementado. Por último, el desplegado del PAN asegura que tratan de llamar la atención hacia los problemas de narcotráfico, tráfico de personas y de armas, que son problemas de seguridad nacional y responsabilidad del gobierno federal. La conclusión de los panistas del CEN es igual que la de sus correligionarios en el gobierno estatal: todo es culpa del gobierno federal.

Este tipo de declaraciones, en lugar de ayudar confunden y agravan la confrontación y los problemas. La teoría de la sospecha usada por el PAN para evitar el análisis y llamar a una solidaridad mal entendida, no explica lo que pasa todos los días en la entidad. Hace años, esa misma forma de abordar los problemas se empeñó en tratar de explicar el levantamiento zapatista a la luz de un complot contra la estabilidad. La pobreza, la falta de respeto al estado de derecho, la ausencia de esperanza, en una palabra, la descomposición social, no fueron tomadas en cuenta a pesar de que eran evidentes. Igual se hace ahora en el caso de Baja California. Las miles de ejecuciones, los secuestros y los robos existen.

Desde luego, hay responsabilidad del gobierno federal. En general, éste ha entendido que el respeto a la soberanía de BC es darle recursos y tener una acción de bajo perfil en la entidad. Atadas por una decisión burocrática y medrosa, las dependencias federales en el estado se desenvuelven a su mínima capacidad ante las exigencias de una sociedad con enormes necesidades. Hay que cambiar esta visión. Una Federación fuerte no significa automáticamente un gobierno estatal débil si éste hace bien su trabajo y se establece una adecuada coordinación. A su vez, el Poder Legislativo bajacaliforniano debía estar preocupado en proponer los marcos jurídicos y los cambios legales que facilitaran que el Ejecutivo y la propia sociedad resolvieran los problemas graves. Esto no sucede, los diputados panistas están muy ocupados en defender a sus compañeros de partido en el gobierno estatal, en defenderlos, por cierto, de complots inexistentes. Los diputados perredistas también están ocupados sirviendo a intereses ajenos a la sociedad y a su partido. Sin embargo, los errores de otros no exentan al gobierno de BC de la falta de cumplimiento en su responsabilidad. ƑCómo empezó todo esto? Hace unos meses, la fracción priísta en el Congreso estatal propuso llevar a cabo un intenso y extenso proceso de reforma de las instituciones públicas. En apariencia, el gobierno del estado aceptó. Se organizaron mesas de discusión y se iniciaron los trabajos. Meses después fue claro que el Ejecutivo sólo estaba interesado en algunos cambios menores y cosméticos. Decidimos el retiro de las mesas de trabajo para no prestarnos a simulaciones. A partir de ese momento se ha desatado sobre nosotros una serie de acusaciones y descalificaciones. Cualquier observación nuestra es encuadrada en una especie de imaginativo complot.

El CEN panista se ha solidarizado con el gobierno estatal de Baja California. Ante los graves problemas que tiene la entidad y la incapacidad del Ejecutivo, tal vez debieran haber llamado a la solidaridad con los bajacalifornianos. *