VIERNES 10 DE MARZO DE 2000
* Luego de 50 años de trabajar para otros, busca coronar a César Figueroa
Orteguita, con la esperanza de lograr un campeón
* El mánager salió de las penumbras de las cataratas: "quiero morirme en el gimnasio"
Carlos Hernández * Sentado en la cama de su vivienda en el Campamento 2 de Octubre, Fidel Ortega decidió salir de las penumbras de las cataratas y le dijo a Guadalupe, su única hija: "Llévame al gimnasio. Quiero morirme en el entrenamiento, quiero morirme en el ring..."
Y resurgió con la idea fija de lograr en el peleador César Figueroa lo que no ha hecho en "toda una vida en el boxeo": formar a un campeón profesional, luego de 50 años de trabajar para otros.
Dice: "El boxeo ha sido mi vida desde 1955, cuando saqué a mi primer campeón amateur, pero he trabajado en balde, no he recibido lo que debería. Suponga usted que llevo 40 años en el boxeo. Bueno, pues no tengo 40 pesos ahorrados".
--ƑPor qué el boxeo no le ha dejado algo, luego de tantos años de trabajo?
--He trabajado para otros, he regalado a mis peleadores. Ahora pienso que me debieron haber dado unos centavos por todos esos muchachos que formé, pero no, ni ellos me dieron ni yo les pedí.
A sus 80 años de edad, Fidel Ortega, mejor conocido como Orteguita, es un claro ejemplo de los entrenadores que están siempre a la sombra del mánager. Son esos personajes anónimos, callados y laboriosos que se dedican de tiempo completo a realizar un trabajo que no recibe aplausos: dar agua a los peleadores, llevarles el tiempo, enseñarles los primeros pasos de este rudo deporte, secarles el sudor, ponerles las vendas y los guantes.
De entre decenas de peleadores con los que ha trabajado, destacan los nombres de Romeo Anaya, ex campeón mundial gallo, y Macetón Cabrera, ex monarca nacional medio. Pero eran los mánagers quienes cosechaban el dinero y la fama.
Y luego de tantos púgiles que se quedaron en el intento, Orteguita entrena ahora a César Figueroa, uno de los mejores prospectos del pugilismo en la actualidad. "Afortunadamente saqué a este chamaco y no quiero que le hagan lo que les han hecho a muchos, que los han quemado, los han precipitado con tal de obtener dinero", señala.
--ƑTiene ilusiones de que sea campeón mundial?
--De ilusiones ya no tengo nada. A mi edad y con esto, dice, se quita los lentes oscuros y muestra sus ojos casi cerrados. "Es raro, fíjese: veo borroso, pero veo también mucha luz". Orteguita fue operado en septiembre de una catarata en el ojo derecho y el próximo mes lo será del izquierdo.
--Muchos dicen que César puede ser campeón y que ya le ofrecieron dinero para dejarlo, se le indica.
--Sí, andan con eso. Afortunadamente él está contento conmigo. Quieren llevárselo y le ofrecieron dólares. A mí nadie me ha ofrecido nada.
--ƑLe gustaría pasar sus últimos días en el gimnasio?
--Pues yo le pido a Dios que me recoja... pero antes quiero enseñarle muchas cosas más a César, que no le cambien la técnica, que aprenda, porque todavía es un novato.
Entrenador durante muchos años, apenas desde hace cuatro obtuvo su licencia como mánager. "Hasta ahora de viejo se me prendió el foco para sacar mi licencia", dice Ortega, quien fue electo por Promebox el mejor manejador de 1999 y recibió un reconocimiento especial por parte de la Comisión de Box Profesional del Distrito Federal.
Orteguita ya no sube a la esquina; atiende a su peleador desde abajo, con base en lo que alcanza a ver de la contienda y lo que le dicen sus auxiliares. "Con la otra operación espero captar mejor todo, y ya verá usted que me voy a meter más al gimnasio, porque tengo otros dos chamaquitos a los que también les tengo mucha confianza".
El presidente de la CBPDF, Víctor López Esquivel, tuvo la iniciativa de inscribirlo en el IMSS para que pudiera ser operado. "Gracias a esa ayuda mi papá está saliendo adelante, porque de otra forma no hubiéramos podido pagar las operaciones", dice su hija Guadalupe, quien desde mediados del año pasado lleva diariamente a su padre al gimnasio y hasta ha pensado en inscribirse como auxiliar boxística para ayudarle mejor.
"Mi papá no quiere dejar de venir, dice que se quiere morir aquí. El boxeo ha sido su casa, ha sido lo más importante de su vida, más que su familia. Eso es algo que yo nunca entendí, pero ahora lo apoyo en todo lo que puedo, porque el boxeo es lo que lo mantiene con vida. Como entrenador estuvo oculto y creo que ahora lo que busca es tener su propio campeón", dice Guadalupe.
--ƑConseguir finalmente un campeón, don Fidel?
--Yo la verdad ya no espero nada, sólo que este chamaquito salga con bien de sus peleas y nada más.