JUEVES 9 DE MARZO DE 2000


* Claudia Sheinbaum Pardo *

El recorte de presupuesto

E l año pasado se recortó el presupuesto público debido a la caída de los precios del petróleo. Este año se disminuye el presupuesto, a pesar de que los precios del petróleo están en el nivel más alto de la década.

Horas de discusión en el Congreso de la Unión para acordar una base confiable del precio del petróleo y unos meses más tarde, cuando, la mezcla mexicana de crudo está cerca de 10 dólares por encima de lo estimado por el Congreso, se anuncia un recorte de presupuesto.

Como lo han dicho diversos analistas y diputados de oposición, hoy más que nunca, el recorte presupuestal es injustificable. La razón es muy sencilla: los ingresos extraordinarios derivados de la diferencia entre el precio real del petróleo y el previsto por el Congreso de la Unión ascienden, en lo que va del primer trimestre del año, a por lo menos 7 mil millones de pesos, monto similar al recorte presupuestal (16.5 dólares por barril fue el estimado por el Congreso de la Unión, mientras que el precio real fue en promedio de 22.9 en enero, 24 en febrero y 25 en lo que va de marzo).

Hace unos días, al inaugurar la 63 Convención Bancaria, El presidente Zedillo planteó algunos argumentos para llevar a cabo el reciente recorte: "por ningún motivo las finanzas públicas serán petrolizadas" y "no hay espacio para relajar la disciplina económica" (La Jornada 3-3-00). šVaya explicación! Ahora resulta que petrolizar la economía es gastar lo que ya está entrando al erario público por concepto de exportación de crudo. ƑNo será más bien que la petrolización de la economía la ha estado fomentando el actual gobierno, al ir retrasando la famosa reforma fiscal y haber dejado durante todo el sexenio que Pemex haya sido y siga siendo el principal aportador de las finanzas públicas?

En cuanto al relajamiento de la disciplina económica, no se entiende por qué tiene que disminuir el gasto público (inclusive en la visión obsesiva de reducir la inflación), si la federación tiene un monto mayor al que se quiere gastar. La verdad es que no hay argumento económico que pueda sustentar el recorte de 7 mil 623 millones de pesos.

Tal vez se quiera decretar de manera demagógica que la economía mexicana no está petrolizada, o tal vez las negociaciones de nuestro secretario de Energía para aumentar el nivel de crudo en el mercado mundial tienen como fin el recorte de presupuesto. El caso es que pase lo que pase en le país, desde hace más de una década, la respuesta es: recorte del presupuesto.

Así, independientemente de la descapitalización de Pemex, de la necesidad de crecimiento del sector eléctrico, de las necesidades de salud y educación en el país y de que más de 50 por ciento de la población se encuentra en extrema pobreza (Boltvinik, La Jornada 25ų2-00), la respuesta del gobierno federal es: recorte del presupuesto.

O nuestros brillantes funcionarios de la Secretaría de Hacienda no conocen otro mecanismo económico, o el excedente de los precios del petróleo lo piensan destinar a otro rubro. Tal vez la pregunta que valdría la pena hacerle al doctor Zedillo y su gabinete económico es Ƒen qué se va a gastar el dinero proveniente de los excedentes petroleros? Por cierto, aún no contestan que hicieron el año pasado con los ingresos extraordinarios derivados del mismo concepto, que ascendieron a los cerca de 4 mil millones de pesos.