JUEVES 9 DE MARZO DE 2000


* José Antonio Rojas Nieto *

La disputa por la renta petrolera

Anteayer los precios del crudo subieron dos dólares; el lunes habían subido un dólar. Vivimos un contexto de violenta pugna para que los productores decidan ya no sólo elevar la producción, sino que lo hagan de forma tal que los precios bajen sustancialmente, en provecho, sobre todo, de los grandes consumidores. Pero no hay que asustarse, al menos todavía. Sólo faltan veinte días para la reunión de la OPEP; el mismísimo Bill Richardson asegura que al gobierno estadunidense no le asustan estas variaciones. Y asegura que en marzo habrá volatilidad pero en abril estabilidad, aunque no sabe a qué nivel. Imposible hacerlo todavía. Por eso, Clinton se ha apresurado a afirmar que no es tiempo de sanciones ni de presiones económicas o militares a los países de la OPEP para que aumenten su producción y bajen precios. No quiere jugar con fuego, al menos todavía, la semana pasada, luego del anuncio de Arabia Saudita, México y Venezuela de impulsar más producción, los precios empezaron a bajar un poco; subieron como reacción inicial al anuncio de que Irán no favorecería el aumento de producción en el segundo trimestre, entre otros motivos porque el descenso estacional de la demanda podría representar una fuerte baja, que haría innecesario el incremento de cuotas, la menos en abril. Pero hay que estar atentos a la evolución iraní, que intensifican pláticas con Arabia Saudita para definir cómo manejar cuotas y producción. Habrá acuerdo. Lo veremos.

Irak, por su parte, también hace su lucha. No quiere disminuir sus ingresos; menos aún si eso representa un aumento en los ingresos de otros productores. Por ello también ejerce una fuerte presión ųya había recortado su producción unilateralmenteų, esperando negociar mayor volumen de exportaciones. Necesita alimentos y medicinas.

Estamos en plena guerra de precios. Hay que aguantar un poco. Habrá negociación de nuevas cuotas de producción, hay que determinar montos. Lo cierto es que tendremos tres difíciles semanas; las presiones diplomáticas de Estados Unidos se intensificarán al máximo; sobre los países árabes que han sido sus aliados; sobre Venezuela; y ųqué duda cabeų sobre México.

Es el momento de que la racionalidad del mercado se muestre con toda su plenitud. No olvidemos que hay una demanda en ascenso, con baja estacional y fuerte necesidad de cubrir inventarios. Y, por favor, tampoco olvidemos la brillantísima tesis de David Ricardo. No son altos los precios porque las rentas sean altas, sino por el contrario las rentas son altas porque los precios son altos. Y estos suben hoy por esa sorpresiva reactivación de la demanda, en torno a la cual los grandes consumidores han querido especular impidiendo, justamente, que las fuerzas del mercado actúen. Ni más ni menos.