JUEVES 9 DE MARZO DE 2000

* Más interés en la personalidad de Gore y Bush que en sus propuestas


Todo quedó como estaba previsto luego del supermartes

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 8 de marzo * La gran noticia de las elecciones primarias del supermartes fue que todo quedó como estaba previsto luego de que el proceso democrático de este país sólo ofreció al electorado una opción entre cuatro precandidatos de los dos principales partidos: Ƒcuál millonario prefiere como presidente?

La respuesta fue la esperada (aunque algunos aguardaban sorpresas para alejar el aburrimiento): el demócrata Al Gore y el republicano George W. Bush. Ambos son los casi seguros candidatos a la presidencia en la elección de noviembre próximo.

En torno a las tendencias reveladas el martes, el apoyo abrumador a Gore en las 16 entidades en disputa contra su rival Bill Bradley resultará en que para fines de esta semana el vicepresidente tenga seguro el puesto como el candidato demócrata, pero esto sucederá formalmente en la convención de su partido este verano en Los Angeles.

Para Bush, el espanto inicial provocado por la candidatura sorprendentemente dinámica de John McCain ha pasado, aunque ahora el gobernador texano deberá buscar la forma de superar las consecuencias de una campaña que tuvo que girar más a la derecha de lo que se deseaba. Además, el enfrentamiento con McCain costó que Bush perdiera parte de su artillería contra Gore, ya que ahora no puede criticarlo por sus prácticas de recaudación de fondos ni como un político con vínculos a los intereses especiales, porque Bush ha practicado de lo mismo durante la contienda interna en su partido. Pero el fenómeno de McCain ha tenido un impacto positivo para los republicanos, ya que generó una participación electoral de los afiliados mucho más alta de lo esperado, y esto ųdependiendo del juego de McCainų podría ayudar a Bush en la elección general.

Pero más allá, esta campaña sigue en un lugar donde el electorado parece estar más interesado en las personalidades que en sus propuestas. Aún no ha aparecido un tema central en el debate electoral. Bush habla de educación y de reducir los impuestos para promover el auge económico; Gore habla de la educación y de cómo continuar con el auge económico. Ambos hablan de la "inclusión" de todos los sectores y dicen frases en español para demostrar que son cercanos a los "hispanos".

Otros resultados de las elecciones primarias en 16 estados ayer incluyeron la aprobación de la controvertida Proposición 21 en California, que impondrá nuevos castigos contra menores de edad, particularmente los sospechosos de tener vínculos con bandas criminales, y brinda a los fiscales la discreción sobre si procesar a menores de hasta 14 años como si fueran adultos ante los tribunales. Además, los californianos ampliaron la aplicación de la pena de muerte.

Este proceso electoral continuará la próxima semana con otra ronda de primarias, cuyos premios mayores son los estados de Florida y Texas. No habrá sorpresas al menos de que uno u otro de los aspirantes cometa un error de proporciones escandalosas. Pero, al parecer, los observadores no tendrán más que hacer que esperar un milagro para que esta contienda provoque interés (algunos rezan por un escándalo jugoso), o analizar hasta el último detalle las movidas, tácticas, declaraciones, y todo lo demás que, dicen, es parte del gran evento democrático del país: la elección nacional de cada cuatro años.

Sin duda, los expertos y analistas se enfocarán en otra contienda que podría ser mucho más dramática y llena de metáforas deportivas, pero que también definirá el curso de la política nacional los próximos cuatro años: la disputa por obtener la mayoría en el Congreso. En la elección de noviembre, toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado están en juego.