JUEVES 9 DE MARZO DE 2000

* El sector jala a otros rubros, pero con grilletes


Importa México 1.50 por cada dólar que exporta: Pablo Arroyo

Patricia Muñoz Ríos * El presidente del Colegio Nacional de Economistas, Juan Pablo Arroyo, presentó un análisis sobre el comercio exterior mexicano en el que señala que 80 por ciento de las exportaciones totales del país se concentra en apenas 50 productos; que un pequeño grupo de empresas que varía entre 260 y 310, efectúa 52 por ciento de las exportaciones nacionales y genera apenas 3.4 por ciento del empleo total y que por cada dólar que se exporta se importan casi 1.50 dólares.

El sector exportador no ha logrado "arrastrar" a toda la economía, sólo jala a algunos subsectores, pero como "grilletes a los tobillos en algunas películas de terror". Tampoco ha permitido un proceso real de recuperación del mercado interno, ni ha elevado los salarios "en el 2000 tenemos salarios reales de hace 16 años", pues los beneficios de las exportaciones quedan en el reducido número de empresas dedicadas al comercio exterior.

Se estima que la economía mexicana está conformada por más de 2 millones de empresas, y de éstas, sólo tres centenas se dedican de lleno al comercio exterior, es decir, apenas 0.015 por ciento del total, detalla el estudio.

La otra "gran tragedia" del sector exportador es que aún cuando ha elevado sus ventas en forma considerable, las importaciones son mayores. El balance del comercio de la última década arroja un déficit para el país.

Subraya que dentro del rubro de exportaciones, destacan las que realizan las empresas maquiladoras, las cuales efectúan 46.6 por ciento del total y tienen una tasa de crecimiento de 20 por ciento, mientras que las exportaciones no maquiladoras crecen a ritmos de 13 por ciento.

Además hay un estancamiento de las exportaciones agrícola y minera, las primeras se incrementarán en apenas 6.7 por ciento en la última década y las segundas, incluso descendieron en 3.05 por ciento.

En contraparte, las importaciones totales en la década de los 90 tuvieron una tasa media anual de crecimiento de 14.6 por ciento. Es decir, en este periodo se dio un mayor dinamismo en las compras externas que en las ventas, "lo cual se tradujo en continuos déficits en la balanza comercial", incluso en 1998 y 1999 los saldos negativos en balanza comercial fueron de 7 mil 900 y 5 mil 300 millones de dólares, respectivamente.

Ciertamente hubo más inversión extranjera por la entrada en vigor de los diversos tratados de libre comercio y se tuvo un incremento del empleo en la industria maquiladora, como efectos positivos que se tuvieron en el comercio, pero no se logró expandir los beneficios del mismo.

El sector de las exportadoras jaló algunos sectores, pero "como cadenas a los tobillos en las películas de terror", y se registró una mayor polarización entre los sectores productivos que trabajaron para el mercado interno y los que lo hicieron para el externo debido a la escasa integración de los sectores modernos con los tradicionales, de forma que "sólo un relativamente pequeño grupo de empresas, ramas, sectores y regiones se han integrado al proceso de globalización. Particularmente las medianas y pequeñas han estado excluidas de ello",

Juan Pablo Arroyo indicó también que otra de las características reveladoras del comercio exterior mexicano es su discreta participación en el empleo pues, en promedio, éstas han generado 3.4 por ciento del empleo nacional en esta década.

Además, el proceso de industrialización nacional se vio truncado en ciertos casos porque las trasnacionales que buscaban eficiencia recurrieron a insumos importados y mecanismos de producción compartida con Estados Unidos, la cual "castigó" las materias primas mexicanas.