MIERCOLES 8 DE MARZO DE 2000
Ť Manipulación, la demonización de su persona, dice el mandatario
Hugo Chávez, por una sociedad de integrados
Ť Quiere una Venezuela digna, democrática, ética y popular, no una mascarada ni una ficción, afirma
Stella Calloni, corresponsal/I, Buenos Aires, 7 de marzo Ť Sin dudarlo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, apretó cada mano tendida, rompió los protocolos de seguridad y habló con la gente en las calles en Uruguay, durante la reciente asunción del nuevo presidente Jorge Batlle.
"La demonización de mi persona, y el gasto que ello implica, naufraga en un minuto cuando la gente siente dónde está la verdad. Los que se quieren engañar se engañan, pero la mayoría conoce perfectamente lo que se llama manipulación. La propia realidad que viven los pueblos es tan cruda, que ya saben donde está la razón y donde la sin razón", dice Chávez al comenzar el diálogo-entrevista con La Jornada, al referirse al tema que evidentemente lo apasiona: la manipulación informativa en torno a su persona.
Chávez recordó las entrevistas realizadas por esta enviada y en especial la publicada en 1994, cuando acababa de salir de la cárcel donde purgó su intento de golpe de Estado de 1992.
"La manipulación comenzó desde que fueron escasos los medios que hicieron conocer el verdadero comunicado nuestro en 1992, donde advertíamos que no queríamos ser utilizados para reprimir a nuestro pueblo y en contra de la corrupción, que como vimos después dejó a Venezuela sumida en la mayor crisis y con 80 por ciento de la población en la pobreza. Eso era lo que no queríamos. Respeto a aquellos que transcriben mis palabras con veracidad, aunque no simpaticen o critiquen nuestras ideas, y eso me ayuda a superar los momentos donde la presión de la manipulación abruma", sostiene.
Recuerda que la oposición política de su país llegó al extremo de contratar un actor cómico que remedaba su voz, para hacerle decir que iba a "freír la cabeza de sus enemigos", durante la campaña de 1998.
"Esa frase --recuerda Chávez-- recorrió el mundo y todavía leo artículos que la registran como si hubiera ocurrido. Hace tiempo visitaba España y respondiendo a una pregunta dije que el pueblo venezolano ama la democracia. Un día después un periódico publicó la frase de esta manera: 'Chávez dice que el pueblo venezolano ama la dictadura'. No puedo creer que mentir de esta manera sea una buena confirmación de la libertad de expresión. En todo caso es la confirmación de la falta de ética y de la manipulación perversa".
Por esa razón,el mandatario colecciona todas aquellas falsedades o mentiras que se han tejido alrededor de su persona.
Es asombroso, dice, "si no me estuviera sucediendo a mí y si alguien me contara esto creería que están exagerando cuando se habla de manipulación informativa, lo que por supuesto es una forma de corrupción. Que yo sepa, mentir no es precisamente libertad de expresión. La libre expresión es absolutamente lo contrario, es reclamar por decir la verdad".
Chávez también sabe bien que la situación actual, "las presiones de los poderosos dueños de medios sobre los trabajadores, es temible. Y esta presión o esta ter- giversación atenta contra la democracia. Para atacar a un político está el camino de la política responsable, no la mentira. Todos sabemos que una coma mal colocada puede dar un sentido absolutamente distinto a una frase. Y si ésta se cambia en su totalidad, el resultado es terrible", expone
Ataca la SIP
Hace un tiempo la Sociedad Interamericana de Prensa adujo que como el presidente venezolano se ocupaba personalmente de desmentir aquellos informes falsos, esto ponía en peligro a los periodistas al llamarlos "mentirosos".
El tema apasiona al ex militar: "Las mentiras pueden originar tragedias y así ha sucedido a lo largo de la historia de América. Las dictaduras más fuertes utilizan la mentira y la desinformación precisamente".
Añade: "Hay un enorme cinismo en la forma en que se usa la frase libertad de expresión y el papel que han jugado algunos medios para forzar situaciones políticas, y cuando ya los hechos han sido consumados a precios muy altos aparece en realidad que el argumento fue inventado. Por eso hablo de cinismo, al menos en Venezuela".
Añade que está usando una nueva forma de comunicarse y al menos tiene el derecho ciudadano "de dar la otra versión de un hecho que ha sido tergiversado. Y lo hago haciendo uso de la libertad de expresión, haciendo el buen uso que hay que darle peda- gógica, éticamente. Nadie puede decirme que estoy violando la libertad de expresión, porque tenga un programa de radio para comunicarme con la gente".
--ƑEl concepto de la ética no se devalúa en todos los sectores cuando la demanda del mercado ronda en los intereses comerciales y desconoce todo pensamiento individual o colectivo que contradiga esos intereses, o cuando existe una enorme concen- tración del poder mediático?
--Lamentablemente sí se devaluó el sentido ético de la vida, pero no ha desaparecido. Nosotros, por ejemplo, políticamente presentamos un programa, advertimos sobre todas las dificultades que encontrábamos, los tiempos que nos iba a llevar una solución de fondo, porque poner remiendos es solo un paliativo, y un paliativo en un país con 80 por ciento de pobres es una ofensa a la dignidad de quienes tienen que recuperar sus derechos ciudadanos.
"No se hace en un día, lleva mucho tiempo y por eso sólo la confianza y la fe en lo que estamos haciendo con responsabilidad y ética es lo que puede hacer el camino penoso más abierto. Hacer lo que debemos hacer y en los tiempos en que se debe hacer nos está costando mucho en ataques bajos y mezquinos. Yo creo que detrás de todo esto hay intereses, espacios de poder molestos, pero estamos empeñados, más allá de toda hipocresía, en la búsqueda de espacios donde reine la verdad y que ésta pueda existir más allá de lo que se quiera imponer por la fuerza".
Renacimiento institucional
En mayo próximo, al acatar la nueva Constitución, Hugo Chávez se presentará a una nueva contienda electoral para continuar o no gobernando Venezuela.
"En estos días --afirma-- las encuestas nos dan 71 por ciento en favor y en el 98 ganamos con 59. Dijimos que íbamos a hacer una Constituyente, y lo hicimos, y que esa sería la base para comenzar una revolución pacífica y democrática porque eso significa recuperar a Venezuela... queremos un país digno y democrático, pero no una mascarada o una ficción de democracia, sino una de contenido popular y ético, de instituciones que representen la esencia.
"Y a pesar de los ataques existe ya un renacimiento institucional, lo que quiere decir un renacimiento de la democracia. Queremos una justicia definitiva, real, una economía también real y productiva, que salga de la prisión de lo macroeconómico y dé paso al desarrollo económico a todos los sectores sociales. Queremos una sociedad de integrados, y no de excluidos y desintegrados. Y esto cuesta mucho lograrlo cuando el ideal de algunos es precisamente una sociedad de excluidos para dominar mucho mejor".
Chávez lamenta que no se conozca a fondo la nueva Constitución venezolana donde, por ejemplo, existe ahora una cantidad de previsiones en defensa de los derechos humanos, e "incluso está previsto que a mitad de mi mandato haya una posibilidad legal de que el pueblo decida si debo o no seguir. Es una Constitución muy avanzada, muy profunda, que permite ir de una democracia representativa, que yo respeto, a una participativa, directa".
El presidente venezolano cita al italiano Antonio Gramsci: "Este es un momento único. Asistimos a una muerte y un nacimiento. Un modelo agotado, que rechazó masivamente el pueblo venezolano, está muriendo y está naciendo algo nuevo, distinto, tan diferente... El niño ya ha nacido, como diríamos y comenzará a andar.
"Sus pasos son difíciles y hasta inciertos, pero que camina, camina. Ese momento en que el sistema viejo se resiste a morir y el nuevo aún está en los comienzos de andar es el momento maravilloso que alumbra una revolución, en este caso pacífica. Y eso estamos viendo: por una parte se va construyendo, pero aún está debajo un viejo régimen que cruje como la madera podrida. Es como la naturaleza, cuando los ríos encuentran su propio cauce, más allá de los quiebres, de las aguas que se arremolinan o que avanzan debajo de la tierra mientras van tomando vida propia. Esta es una revolución pacífica que no da marcha atrás".
Lo dice con la misma seguridad con la que dice buscar constantemente nuevas ideas, y escucha con "humildad" los consejos o pensamientos más actualizados. Cita a escritores, filósofos.
También señala que "escuchar" a Vivianne Forrester, la autora de El horror económico, con quien pudo hablar en París, como con tantos otros políticos y personajes, le ayuda a "crecer" y profundizar su idea de la revolución pacífica en Venezuela, "tanto como lo que aprendo cada día con la gente en mi país y en cada lugar adonde voy, como ahora me maravilla la sencillez y amabilidad de los uruguayos".