* Cárdenas, durante su discurso en la convención
Debe sustituirse a quienes no manejaron bien la crisis bancaria
* Difícil consensuar, por la perversa relación gobierno-sector financiero
Juan Antonio Zúñiga M., enviado, Acapulco, Gro., 4 de marzo * Problemas de organización de la Asociación de Banqueros de México (ABM) redujeron el espacio de participación de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en la 63 Convención Bancaria.
Pero en menos de 20 minutos, el candidato presidencial de la Alianza por México dejó en claro que, en asuntos financieros de Estado, sabia virtud es reconocer el tiempo: caracterizó la crisis de la banca; deslindó responsabilidades; formuló siete propuestas de solución y, con toda decencia, devolvió las descortesías que le reservaron los banqueros desde su llegada a la sede de este encuentro, al que acudió como invitado.
Un equipo de elementos de seguridad, al servicio de la ABM, cerró, primero, el paso al autobús que transportaba a Cárdenas y a su equipo de campaña, luego exigió la identificación del candidato a la Presidencia de la República como condición para permitirle el acceso y finalmente enfrentó sin violencia física a los representantes de los medios de información.
Nada, nadie, ningún funcionario de la ABM, y menos aun un banquero que intercediera ante esa especie de policía privada para salvar sin rispideces el obstáculo paracastrense: "Son órdenes. Yo sólo recibo órdenes". ƑDe quién, de dónde, cómo..? "Yo sólo recibo órdenes".
De algún lugar del ciberespacio llegó una que indicaba que Cuauhtémoc Cárdenas podía pasar pero el resto no. La respuesta del candidato presidencial de la Alianza por México fue inmediata, serena y contundente: "Si no pasan todos, yo no paso", y señaló a reporteras y reporteros de los diversos medios informativos.
La apertura de la pluma que impedía el paso al autobús de campaña permitió que medios, colaboradores y candidato accedieran a los pasillos del recinto; pero muy pronto se toparon con otro pelotón de guardianes que resguardaban dos arcos detectores de metales que daban acceso al lobby del salón de convenciones.
Cárdenas vio la hora, dio media vuelta y comentó: "Yo me retiro", cuando de pronto aparecieron funcionarios de la ABM que a medio explicar lo invitaron a pasar a una suite en espera de que Sebastian Edwards, profesor de la Escuela Anderson de Graduados en Administración (UCLA), concluyera la exposición Crecimiento sostenido y prosperidad: requisitos y desafíos.
Se excedió en el tiempo y Cuauhtémoc Cárdenas inició media hora después de lo previsto. Dio lectura a un mensaje preparado con anticipación que movió de su asiento a más de 15 banqueros, a uno que otro funcionario de la Secretaría de Hacienda y, en particular, a los de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ahí presentes.
Incapacidad de administradores
Lo anterior, fundamentalmente cuando el candidato a la Presidencia de la República de la Alianza por México precisó: "La incapacidad de los administradores de la crisis bancaria, para construir los consensos sociales y políticos que requiere la recuperación de la banca, es el primer obstáculo que debe superarse. Esa gente debe necesariamente ser sustituida".
Cárdenas terminó su exposición, agradeció la atención prestada a sus palabras e inmediatamente explicó que otros compromisos de campaña ųel programa contempló otros cinco actosų le impedían permanecer más tiempo.
Bajó del estrado y se dirigió a la salida, con tiempo suficiente para que el presidente del grupo financiero Banamex Accival, Roberto Hernández, le comentara: "fue de muy mal gusto tu presentación", a lo que el perredista respondió: "pues mira Roberto, tenemos puntos de vista diferentes, qué esperabas".
Carlos Gómez y Gómez, ex presidente de la ABM, buscó reanimarse con Héctor Rangel Domene, nuevo presidente del organismo y le dijo: "Estuvo durísimo, estuvo durísimo".
Mientras, los asesores del secretario de Hacienda ųquienes braveaban "ya le sacó"ų discutían con Imanol Ordorika, asesor de Cárdenas, quien les decía: "Estuvimos una hora esperando, ustedes no pudieron cumplir ni con su propio horario, se supone que son una organización seria".
Rodeado de reporteros, el candidato presidencial de la Alianza por México salió del recinto.
ųƑA qué atribuye las groserías de desatención de los banqueros, ingeniero?
ųNo fue un trato indebido, simplemente se les corrió su agenda y esto muestra la organización que hay en la banca. Tenemos otros compromisos que cumplir, simplemente no hubo tiempo de permanecer más en la convención bancaria".
Cárdenas y su reducido equipo de campaña se retiraron, mientras los reporteros asignados a ella atendían a la única herida de la confrontación con la policía privada de los banqueros, la reportera Patricia Rodríguez Calva, de Imagen, a quien se le tuvo que extraer una uña del pie que quedó pulverizada por las descortesías de quienes dijeron trabajar como guardias para la ABM.
No le debemos nada a los banqueros
Por la tarde, en un multitudinario mitin, Cárdenas describió a los asistentes algunos pormenores de la reunión con los banqueros. "Fueron respetuosos, pese a que muchos de ellos no comparten nuestros planteamientos", dijo, y particularizó: "pero hubo una persona que se encontraba en el presídium, que fue la excepción".
Se refería a Roberto Hernández, a quien sin mencionarlo calificó su actitud de "gran intolerancia y soberbia. Pero veamos quién es este banquero", precisó: "se dice que es uno de los prestanombres de Carlos Salinas de Gortari. Esa persona es sin duda una de las beneficiarias de la política de corrupción cuando se privatizó la banca. Es el compañero de buceo y el anfitrión en vacaciones de (Ernesto) Zedillo".
Cárdenas preguntó: "Ƒqué querían que le dijera a esa persona?, Ƒque a los mexicanos nos da mucho gusto que los funcionarios no hayan cumplido con su función de cuidar los intereses del pueblo?".
La expectación aumentó cuando el candidato dijo: "la intolerancia no tiene cabida en un gobierno democrático y la insolencia que la ejerza sobre las personas que le deben favores. Sabemos que no tenemos la aceptación de los banqueros, no les debemos nada, de ellos no hemos recibido sino agravios y males. Por eso les vamos a ganar las votaciones el próximo 2 de julio".
Sobre la explanada principal de la colonia Emiliano Zapata, la sombra de Renato Leduc se dejaba escuchar en alguna sinfonola de estas pequeñas tierras: Sabia virtud de conocer el tiempo/ a tiempo amar/ y desatarse a tiempo/como dice el refrán dar tiempo al tiempo/ que de amor y dolor/ alivia el tiempo...
Su discurso
Por la importancia de la intervención del candidato presidencial de la Alianza por México ante el foro bancario, a continuación se presentan las partes más importantes de su discurso.
Para las fuerzas democráticas con capacidad de gobernar en forma distinta a como se ha venido haciendo en las últimas administraciones y con un proyecto claro para hacerlo, no hay nada más natural que construir un espacio de relaciones francas y productivas con todos los sectores de la sociedad y, tanto más, con uno como el bancario y financiero, que ocupa un lugar estratégico en el desenvolvimiento económico y cuyo funcionamiento o cuya parálisis, como lo hemos visto en los últimos años, está entre los factores que generan la estabilidad o contribuyen a la inestabilidad social y política del país.
Pocos asuntos, como el financiero, han provocado en los años recientes un debate tan amplio y una polarización política tan marcada. Ha llegado ya el momento en el que todos los actores involucrados en este problema, que traba de modo real y cotidiano nuestras posibilidades de desarrollo, empecemos a sentar las bases de un verdadero acuerdo nacional que permita superarlo de manera constructiva y dinámica, con una clara perspectiva que rebase las exigencias más inmediatas y proyecte hacia adelante las necesidades y posibilidades de desarrollo del país.
La salida que se ha querido dar a la crisis bancaria, presente desde 1994, difícilmente podría considerarse como una solución. Es evidente que la sociedad, en su conjunto, experimenta un gran malestar frente a esa situación. Es impostergable reconstruir el sistema bancario y dejar de tapar hoyos conforme aparecen y no sólo porque éstos se han ido haciendo cada vez más grandes, sino porque el país reclama ya una banca que cumpla a cabalidad sus funciones de intermediación. La incapacidad de los administradores de la crisis bancaria para construir los consensos sociales y políticos que requiere la recuperación de la banca es el primer obstáculo que debe superarse. Esa gente debe necesariamente ser sustituida.
Ahora bien, si esos consensos no han podido alcanzarse, se debe, en primer lugar, a la relación perversa que existe entre la alta burocracia gubernamental y una parte muy significativa del sector financiero. La primera dejó de cumplir con las tareas de supervisión y regulación que tenía la obligación de llevar a cabo, permitiendo prácticas dolosas en y de las instituciones bancarias, privilegiando consideraciones políticas por encima de la protección del interés de los ahorradores, en tanto que, por el otro lado, no pocos banqueros y empresarios se favorecieron de esta situación. Por lo tanto, una primera condición para construir esos consensos es establecer una relación de nuevo tipo entre la autoridad pública y el sector bancario y financiero del país, que debe ser de absoluta transparencia y estar cimentada en lo dispuesto por las leyes.
Es aquí donde el régimen y sus aliados de la oposición conservadora han estado y están incapacitados para ofrecer salidas políticas y económicas, constructivas y duraderas. No deja de ser paradójico que el régimen y la oposición domesticada invoquen permanentemente la transparencia, el derecho a la información y la vigencia del orden jurídico, cuando justamente en el tema de la crisis bancaria y del Fobaproa han sido ellos los que han impedido que la opinión pública conozca la crisis en todas sus dimensiones y detalles y que las medidas para enfrentarla se tomen de cara al público. El régimen y sus aliados tienen una incapacidad evidente para ampliar su horizonte más allá de lo que marcan sus intereses políticos y económicos de corto plazo, y hoy no pueden hacer más que culparse mutuamente de participar en ilícitos que en los hechos han reconocido. Es necesario salir de esa lógica perversa e inmediatista y reivindicar, tanto la acción de la política como la capacidad de la gestión económica para encontrar salidas constructivas al asunto bancario y financiero.
En lo referente a la apertura de la información de los créditos que la autoría de Mackey reveló como irregulares e ilegales, es indispensable que los nombres de las personas y empresas involucradas se hagan del conocimiento público. Hasta ahora, los únicos que conocen esta información, lo que es ciertamente irregular, son el gobierno, su candidato y la cúpula del partido oficial, y se requiere que todos conozcamos esa información para valorar y decidir con objetividad lo que proceda.
Debe establecerse a la mayor brevedad, el nuevo marco legal que regule las operaciones de crédito, para contribuir así a evitar prácticas abusivas sustentadas en los mecanismos de suspensión de pagos, que en mucho contribuyeron a la crisis del sistema bancario.
Reconocemos el valor de que el banco central tenga autonomía y que su objetivo sea el control del proceso inflacionario. Pero no aceptamos que en la búsqueda de que la inflación se reduzca, las actuaciones del banco central que limitan la liquidez del sistema y encarecen así el costo de los recursos, castiguen a los deudores elevando los intereses que deben pagar y castiguen, por esta vía, también a los bancos, al aumentar su cartera vencida. Por ello pensamos que un gobierno responsable debe cuidar a los deudores, mediante la creación de un fideicomiso constituido con recursos públicos, que los proteja de los incrementos de las tasas de interés.
Uno de los principales lastres que arrastran las finanzas públicas y lo proyectan hacia el futuro es la socialización de las pérdidas generadas por el quebranto. Ese costo, en su mayor parte, deberá ser absorbido físcalmente, de donde resulta que muchos banqueros y funcionarios bancarios, así como los muchos empresarios que de mala fe eludieron sus deudas y los funcionarios públicos involucrados en estos hechos y decisiones, tienen hoy una grave responsabilidad ante la nación.
Reducir el costo del Fobaproa
Por otro lado, debe plantearse como una prioridad la reducción del costo del Fobaproa. Una vía posible para lograrlo sería la reducción del interés que pagarán los papeles que sustituyan a los pagarés Fobaproa, de modo que al momento de su intercambio paguen la tasa de Cetes a 28 días y a partir del segundo año y hasta su vencimiento, vayan reduciendo medio punto anualmente. De esta manera, también los banqueros irán contribuyendo a la disminución del tamaño del rescate bancario.
Hoy nos parece legítimo demandar a los banqueros y a las autoridades responsables de la mala gestión económica y de la crisis bancaria, que también ejerzan la autocrítica de frente a la nación. En este foro, los invito a construir un consenso que vaya en la dirección de legitimar la función económica y social de la banca .
Propongo que se incluya, primero, la construcción de un entorno de estabilidad económica que vaya más allá de su expresión primaria en las variables financieras y abarque las condiciones productivas y del bienestar de la población, una estabilidad que los mismos bancos tienen que contribuir a crear y a mantener.
En segundo lugar, la recreación de un horizonte jurídico que genere equidad y seguridad para las partes involucradas en las operaciones bancarias del ahorro y financiamiento, lo que debe darse junto con mecanismos eficaces de impartición de justicia, de manera que ésta sea expedita y acabe con la impunidad que lesiona a la economía y a la sociedad en su conjunto.
En tercer lugar, la creación de un sistema de competencia bancaria que garantice la eficiencia en el uso y asignación de los recursos para las instituciones, para los depositantes y para los deudores. Esto significa una adecuada y suficiente capitalización de los bancos, si es necesario, con la participación de capital extranjero, pero con el control de las autoridades reglamentarias y no sólo a partir de una apertura indiscriminada.