DOMINGO 5 DE MARZO DE 2000
Ť Gilberto López y Rivas
Labastida muestra ignorancia sobre el conflicto en Chiapas
Andrea Becerril Ť Además de "mostrar ignorancia y desprecio hacia la problemática indígena", el candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida, insiste "de manera riesgosa en proponer cuestiones que apuntan hacia una salida violenta en Chiapas", advirtió el diputado del PRD, Gilberto López y Rivas.
Integrante de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), expuso que "para tratar de esconder su verdadera postura en torno al conflicto zapatista, la que demostró en los hechos, cuando fue secretario de Gobernación, Labastida acude ahora a planteamientos que desde un principio y de manera tajante fueron rechazados por el grupo rebelde chiapaneco".
El legislador se refirió a lo expresado por el sinaloense, en el sentido de que los zapatistas pueden integrarse a la vida política e incluso al sector policiaco. "Esto último fue una de las primeras propuestas que el gobierno federal, a través de Gustavo Iruegas, hizo al EZLN en 1994, antes de que se iniciaran las negociaciones que culminaron con los acuerdos de San Andrés", precisó López y Rivas.
Agregó que la propuesta del embajador Iruegas tampoco era una idea original, sino basada en la experiencia de Nicaragua, luego de la Revolución sandinista. "Sin embargo, ni en aquel entonces ni ahora, el ELZN podría aceptar algo que no operaría en la realidad chiapaneca".
Los zapatistas no andan en busca de chambitas
El legislador resaltó que Labastida parece no entender que los zapatistas "no andan en busca de chambitas, sino de una transformación radical de la sociedad chiapaneca y mexicana, de un nuevo país, donde las demandas que los grupos indígenas han formulado desde hace varios siglos, por fin se solucionen".
Conocedor del tema, ya que fue asesor de los sandinistas, precisó que al triunfo de la Revolución nicaragüense, el FSLN negoció con los comandantes de los llamados grupos "contras" la posibilidad de que mantuvieran las armas y se convirtieran en miembros de seguridad de sus propias comunidades.
"Fue una experiencia que tuvo éxito, porque se trataba de grupos indígenas que representaron a la contrarrevolución y que al garantizarles un pedazo de tierra y un trabajo, como elementos policiacos de la zona en que operaban, se les dio una salida y la posibilidad de incorporarse al nuevo proyecto de país que los sandinistas iban a construir".
Pero, "no es el caso del EZLN, aquí es una situación radicalmente distinta, porque ni Labastida puede equipararse a lo que los sandinistas representaban en ese momento y los zapatistas no son contrarrevolucionarios. Aquí se trata de un movimiento insurgente, no de un grupo que pelee por un pedazo de tierra o un empleo".
Por esa razón, la propuesta de Iruegas mereció el rechazo de los zapatistas y muchas críticas de analistas políticos, y "sólo la gran ignorancia de Labastida sobre la rebelión chiapaneca y la problemática indígena, podría explicar que trate de revivir ese tema".
López y Rivas dijo asimismo que de hecho el EZLN tiene el control militar y político de las comunidades en que opera y no tendría lógica alguna que aceptara el cargo de policías para sus integrantes.
Consideró que Labastida acude a pronunciamientos "absurdos" como el plantear a los zapatistas que se conviertan en policías ų"ni siquiera fue capaz de exponer de manera clara la propuesta"ų porque no puede exponer de manera abierta "su postura real en torno al conflicto chiapaneco".
Sin embargo, abundó, en su reciente viaje a Chiapas, "el aspirante priísta dejó entrever que está a favor de una salida violenta para el conflicto zapatista", y ello no hace más que constatar "lo que muchos denunciamos desde que era secretario de Gobernación, que contra su discurso conciliador y de invitación al diálogo, estaba en la práctica una estrategia para acorralar al EZLN".