* El púgil mexicano sobrevive de milagro, a un año de sus operaciones
Fernando Ibarra, en incapacidad laboral permanente
* Espera ganar una demanda en Estados Unidos * Lo llevaron a una pelea desigual y fue noqueado
Carlos Hernández * El boxeador mexicano Fernando Ibarra, quien en enero del año pasado, luego de sufrir un nocaut le hicieron dos operaciones en la cabeza para extirparle coágulos cerebrales, "sobrevive de puro milagro" y quedó en una "incapacidad laboral permanente". Padre soltero al cuidado de una niña de cuatro años, se encuentra en espera de ganar una demanda que entabló contra los responsables de haberle conseguido una pelea desigual ante el tailandés Ratanapol Sorvorapin.
"Camina por su propia cuenta, aunque sus movimientos son muy inseguros. Entiende las cosas lentamente y se tarda unos cinco o 10 segundos en responder, pero está plenamente consciente de su situación", señala Carlos González, presidente de la Federación de Comisiones de Boxeo de la República Mexicana (Fecombox), quien hace dos semanas lo visitó en Piedras Negras, Coahuila, donde el peleador labora en un puesto de tacos de su familia.
Fernando Ibarra era un peleador de 8 rounds cuando el 30 de enero, en San Luis Missouri, lo enfrentaron a Vorapin, clasificado número uno minimosca de la FIB. El tailandés lo noqueó con un fuerte impacto a la quijada, se reincorporó y camino a vestidores entró en estado de coma. Fue llevado al hospital de la Universidad de San Luis, donde le practicaron dos operaciones para extraerle coágulos de sangre en el cerebro. Dos semanas después empezó a tener movimientos mínimos y luego de dos meses fue dado de alta de un hospital de San Antonio con la recomendación de retirarse del boxeo.
Un año después, el peleador mexicano vive lo que el comisionado González define como "una gran tragedia personal".
La solidaridad boxística le entregó 40 mil pesos, producto de una función de box realizada en su beneficio, y donaciones de la Fecombox y de directivos. Además lo asesoraron jurídicamente y entabló demanda contra el mánager que le consiguió la contienda, Germán Barrientos, el empresario de la función, el casino donde se realizó el duelo y las comisiones de Texas (donde obtuvo su licencia) y de Missouri, por permitir la realización de una pelea desnivelada. "La demanda lleva seis meses y tardará un año más. Esperemos que gane, porque después de lo que le hicieron a su vida, el muchacho merece una indemnización para que pueda vivir sin problemas económicos", apunta el directivo.
Carlos González dice que el caso de Ibarra es un claro ejemplo de los mexicanos que son utilizados como carne de cañón. "Con este muchacho se violaron todos los procedimientos legales y deportivos y es una muestra de la forma en que usan a nuestros púgiles como mercancía", dice el comisionado y acepta que es poco lo que se puede hacer para protegerlos, ya que aceptan peleas desiguales y con poco tiempo de preparación "con tal de ganarse unos dólares".
Admite también que son pocos los avances que se han logrado para que comisiones del extranjero ųsobre todo de Estados Unidos, donde los púgiles mexicanos tienen más actividadų acepten la licencia nacional única, avalada por la Fecombox, cuando cumplen los requisitos médicos y boxísticos.
Mientras tanto, del 10 al 12 de este mes se realizará en Orizaba el segundo Congreso Médico de Comisiones de Boxeo, cuyo objetivo será "buscar la forma de brindar mayor protección para evitar casos como el de Fernando Ibarra".