Los que trabajan, menos de 15 mil, según DIF y Unicef
Mil, los niños de la calle en el DF
Bertha Teresa Ramírez Ť El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia en el Distrito Federal y Unicef dieron a conocer los resultados de un estudio conjunto sobre el fenómeno de los menores trabajadores, cuyos resultados dan cuenta de la existencia de 14 mil 322 niños y niñas que usan la vía pública como lugar de labor.
De acuerdo con el estudio presentado por la directora de la dependencia, Isabel Molina, los llamados niños de la calle, que rompieron todo vínculo con su familia ųpor motivos como maltrato, orfandad, desintegración o falta de afecto familiar en toda la ciudadų, representan una pequeña proporción (no más de mil) del universo total de niños, niñas y jóvenes que día con día realizan en la vía pública diversas actividades para sobrevivir.
La funcionaria precisó que de los 14 mil 322 menores que usan la calle u otros lugares públicos como sitios de trabajo, 5 mil 477 se desempeñan como empacadores en las tiendas de autoservicio, y la venta ambulante es la siguiente actividad en importancia con 3 mil 320 menores. Mientras que aquellos que ayudan a sus familias en los mercados públicos suman un total de mil 455, como limpiaparabrisas se desempeñan 555 menores.
Agregó que los menores que se dedican a otras actividades, entre los que se encuentran lavadores y cuidacoches, boleros, voceadores, pepenadores, carretilleros, mendigos y payasitos, agrupan a mil 951 niñas, niños y jóvenes.
Isabel Molina dijo que de acuerdo con el estudio, en general los menores que se ven en la necesidad de trabajar proceden de hogares numerosos cuya economía doméstica es precaria. "Todos consideran que el principal motivo por el que tienen que trabajar es la necesidad de ayudar a la familia, con excepción de los niños de la calle, para quienes, por razones obvias, su autosostenimiento constituye la primera causa".
La importancia del rol económico que los menores tienen en su familia, comentó, se expresa en que ocho de cada diez menores que trabajan, según este estudio, aportan todo o una parte del ingreso para la manutención de su parentela, recursos que son destinados a pagar necesidades básicas como alimentación, ropa y pago de servicios como luz y agua, y en el último de los casos para la compra de útiles escolares.
Agregó que del total de menores trabajadores, cerca de 5 mil 600 son mujeres, y de ellas una de cada diez tiene edad menor a los seis años.
El estudio refleja que los menores indígenas representan 5 por ciento del grupo de seis a 17 años de edad, proporción casi cuatro veces mayor a la que tienen como parte de la población total en el DF. Sin embargo, en el grupo de 0 a 5 años el peso de la población indígena es mayor. Por la lengua que hablan se trata de niños con origen en las etnias nahua, otomí, mazahua, mazateca y mixteca.
Agregó que aunque los niños que trabajan se encuentran en toda la ciudad, son ocho las delegaciones que más contribuyen a formar fuerza de trabajo infantil, pues de ellas provienen 76 por ciento de estos menores y son Alvaro Obregón, Iztacalco, Magdalena Contreras, Coyoacán, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo, Milpa Alta y Benito Juárez.
Al explicar la metodología que se aplicó para llevar a cabo el estudio, Isabel Molina dijo que la problemática de los niños de la calle a lo largo de la década de los noventa tendió a sobredimensionar ese fenómeno, debido a que las estimaciones carecieron de rigor metodológico y procedimientos confiables.
Fue hasta 1995 que esos cálculos empezaron a establecer una diferenciación entre los niños de la calle y el resto de niñas, niños y jóvenes que, con el fin de obtener ingresos, coadyuvan a satisfacer necesidades básicas propias y de la familia, al ir todos los días a trabajar en diversos espacios de la vía pública.
Luego de que fue dado a conocer el estudio, Willy Bezold, integrante de la delegación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en México, declaró que es muy importante tomar con mucha seriedad el diagnóstico de la situación "para poder dimensionar y establecer la magnitud del problema sobre los niños que trabajan".
La situación de los menores en la calle expuestos a consumo de drogas, delincuencia, baja estima, prostitución o violencia, consideró, implica la relación pobreza-estructura familiar débil.
La jefa de Gobierno, Rosario Robles, señaló a su vez que los niños trabajadores no sólo son un problema económico sino que muestra que hay una profunda descomposición y desintegración social y que la sociedad es cada vez más fragmentada y desigual. Dijo que si no hay un replanteamiento de la política económica y social, difícilmente habrá una solución.