MARTES 29 DE FEBRERO DE 2000

Ť Debe ceder esa responsabilidad al BID, señala un informe especial


Propone el Capitolio que el Banco Mundial suspenda créditos a AL

Ť El planteamiento incluye a México, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay

Reuters, Washington, 28 de febrero Ť Un informe del Congreso de Estados Unidos propone que el Banco Mundial no otorgue más créditos a América Latina y deje esa responsabilidad enteramente al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El muy crítico informe, copia del cual obtuvo Reuters, recomienda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se dedique solamente a créditos de corto plazo para ayudar a resolver crisis financieras, y que se prohíba a los bancos de desarrollo como el BID, prestar fondos en casos de crisis financieras.

El BM debería convertirse en agencia de desarrollo dedicada a ayudar a los países más pobres con donaciones en vez de préstamos, propuso el informe preparado por una comisión de 11 legisladores y economistas. Recomienda también que el BM abandone América Latina y Asia, pasando la responsabilidad al BID y al Banco de Desarrollo de Asia.

Asimismo, propone que, dentro de cinco años, los bancos de desarrollo dejen de prestar fondos a países que tienen acceso a los mercados de capital o un ingreso per cápita superior a 4 mil dólares anuales, y que se limite la ayuda a países con ingreso per cápita por encima de 2 mil 500 dólares. Esta propuesta excluiría de los créditos a Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay --principales economías de la región-- y limitaría el crédito multilateral a Colombia, Perú, Venezuela, Costa Rica y Panamá.

El informe es parte de una evaluación de las instituciones financieras de Bretton Woods (FMI y BM), iniciada por el Congreso controlado por los republicanos tras el largo debate que se produjo en 1998, en la difícil votación sobre las cuotas con que Estados Unidos contribuye al fondo.

La comisión recomienda límites drásticos a la operación tanto del BM, como del FMI, y dice que el dinero que se ahorre debe ser devuelto a los países miembros.

El informe recomienda que el BM se concentre en los países pobres, sobre todo de Africa y las repúblicas que formaban parte de la colapsada Unión Soviética.

La comisión fue integrada por legisladores de ambos partidos (republicano y demócrata) así como por economistas encabezados por el profesor Allan Metzer, de la Carnegie Mellon University.

La evaluación fue pedida a raíz de las críticas formuladas contra el FMI por su fracaso en prevenir y resolver las crisis financieras en Asia y Rusia en los últimos años.

Al FMI y al BM los han criticado por convertirse en especie de cajeros automáticos para países de mercados emergentes en aprietos financieros, como Brasil a fines de 1998. El programa del FMI para México en 1995, tras la crisis del peso, dio una señal equivocada a inversionistas internacionales de que el Fondo aseguraría suficientes divisas para garantizar los compromisos, según una crítica recogida por el informe.

''El FMI ha prestado muy poca atención al mejoramiento de estructuras financieras en los países en desarrollo y demasiada a costosas operaciones de rescate. Su sistema de manejo de crisis de corto plazo es demasiado costoso, sus respuestas muy lentas, su asesoría a menudo incorrecta, y sus esfuerzos por influir en la política son de mucha intromisión'', señala el documento.

Agregó que muchas de las operaciones del BM se caracterizan por sus altos costos y baja efectividad. Apenas 22 por ciento de los préstamos de esta institución van a países que no tienen acceso a los mercados de capital, dijo la comisión, al señalar que la mayor parte de los recursos del banco se dirigen a países que podrían financiar sus proyectos en el mercado.

Muchos legisladores estadunidenses se oponen a contribuir con cuotas al FMI, argumentando que sus políticas empeoran las crisis financieras o descuidan los derechos de los trabajadores.

El informe pide un FMI más reducido que pueda aportar préstamos a corto plazo con una ''tasa de penalización'' --una tasa más alta de interés que el país habría pagado en los mercados de capital la semana previa a declararse en crisis.