MARTES 29 DE FEBRERO DE 2000
Ť Su decisión no es irrevocable; sólo quiere defender la postura de Tigres
Me dolería mucho que aceptaran mi renuncia, confiesa Borja
Ť Pedirá abrir una investigación, porque Celaya tuvo acceso a documentos de Donizete
Miguel Angel Ramírez Ť Enrique Borja informó ayer que su renuncia no es con carácter de irrevocable, y que le dolería si es aceptada el viernes próximo en la asamblea de presidentes de la Primera División. Explicó que al poner a disposición su cargo como titular de la Federación Mexicana de Futbol únicamente busca estar en libertad para defender la postura de Tigres en el caso del brasileño Osmar Donizete.
Según él, se mantuvo al margen de esta situación hasta que se anunció la asamblea del viernes, en la cual se resolverá el caso. Recordó que Enrique Fernández, el presidente del Celaya que protestó el registro de Donizete, ha criticado en distintos medios a los Tigres y a él, además de asegurar que las decisiones de los dirigentes pueden estar compradas. No estuvo de acuerdo con que Fernández diga tras la reunión cómo votaron sus colegas. "Creo que merecen mucho respeto los presidentes para que se haga pública una situación como ésta".
Agregó que la declaración de Fernández, en el sentido de que esto era una lección para Donizete por desconocer un compromiso previo con el Celaya, lo obliga a "defender a mi jugador". Consideró que de no haber dolo en todo esto, con la palabra del brasileño bastaría para resolverlo, pues se trata de un simple "trámite administrativo". Para él se ha desbordado el caso y rebasado los límites de la cordura.
Interrogado acerca de cómo echará abajo el peritaje que ordenó la Primera División y mediante el cual se comprobó que Donizete fue registrado con una firma falsa, contestó: "No estoy tratando de echar abajo nada. Simplemente vamos a presentar toda la información que se tiene". Añadió que presentarán el fax original "que recibimos del promotor" José García, el mismo que "la secretaria rellenó" y envió a la FMF para la tramitación del registro.
Borja dijo desconocer si todo es un movimiento político para sacarlo de la FMF, pero señaló que de no haber sido el presidente de la federación, nunca habría adquirido esas dimensiones el caso Donizete.
Sin embargo, no dudó en confesar que le dolería que le aceptaran su renuncia, "porque, en un momento dado, yo adoro al futbol, he vivido para el futbol, estoy muy agradecido con el futbol", apuntó, y recordó "que en la junta anterior" los equipos Celaya, Atlante y León fueron los únicos que impugnaron su cambio a Tigres. Los demás solamente le pidieron un programa para profesionalizar la FMF.
--ƑEntonces, da por un hecho que lo van a apoyar?
--No quiero dar por un hecho absolutamente nada, porque la estoy presentando (la renuncia) para poder hablar como presidente de Tigres y poder exhibir todo lo que les he mencionado.
Se le preguntó si no estaba desesperado, porque en el programa En la Jugada del domingo pasado, donde anunció su dimisión, habló de estar asqueado. "Sí, yo mencioné la palabra asqueado, la palabra desesperado no. Porque yo creo que la desesperación no es cuestión de este momento. Sí me siento, en un momento dado, afectado, por eso traté de decir que en su momento trataba de cuidar la investidura. Mi imagen no, porque mi imagen, a lo largo de toda mi vida, ahí está y no está en tela de juicio. Lo que sí han puesto en tela de juicio, principalmente el señor Fernández, es mi institución, mi investidura de presidente de la federación; se ha atacado a empresas que son los dueños del equipo, que lo único que han hecho son apoyar al futbol, no solamente de Tigres, sino de muchos de los equipos del futbol mexicano".
Negó que hubiera hecho un trueque: su puesto en la FMF por no castigar a Tigres y a Donizete, y anunció que se "abrirá una investigación", porque el Celaya tuvo acceso al contrato que firmó Donizete con los Tecos en 1994. "No se puede permitir que nadie solicite un documento, sin ninguna injerencia, y que se le dé; esa es una violación al respeto de los clubes".
Total, Celaya se puede convertir de acusador en acusado, aunque su único pecado fue que le filtraran cómo se había registrado ilegalmente Donizete.