* Los gobiernos federal y estatal aplican estrategia de contención: autoridades


La UdeG, agobiada por falta de recursos

* Se impulsa la educación tecnológica, con carreras diseñadas a la medida de las empresas, dicen

María Rivera, enviada /I, Guadalajara Jal. * La Universidad de Guadalajara (UdeG) ųsegunda en importancia del país, con 163 mil estudiantesų vive momentos de agobio. Su restringido presupuesto la obliga a rechazar a dos de cada tres jóvenes que solicitan el ingreso a licenciatura.

Tanto la Federación como el gobierno estatal argumentan que no pueden darle mayores recursos. Pero las autoridades universitarias sostienen que su situación no es casual, sino reflejo de una estrategia ųcompartida por el gobierno federal y el panismo jaliscienseų de contención a las universidades públicas autónomas y de impulso a la educación tecnológica, con carreras diseñadas a la medida de las empresas.

El subsidio por alumno (16 mil 317.32 pesos) es apenas 62 por ciento de la cantidad que en promedio se asigna a las universidades públicas del país (26 mil 300.70 pesos). Ese hecho logró que en diciembre pasado todos los partidos ųincluido el PANų marcharan junto a las autoridades universitarias y miles de estudiantes en demanda de un aumento al presupuesto.

Los constantes roces entre funcionarios de la universidad y el gobierno panista, característicos en la política jalisciense, parecían haber quedado atrás. Pero la tregua terminó al día siguiente, cuando el gobernador Alberto Cárdenas Jiménez afirmó que el sistema de educación superior en la entidad se estaba convirtiendo en generador de desempleados, ya que el mercado de trabajo requería un profesionista por cada tres técnicos. También pidió que se hiciera un debate a fondo para ver qué tipo de educación superior requería Jalisco.

El rector Víctor Manuel González Romero aceptó el reto, y de paso consideró "bueno" que el gobernador no estuviera en el ámbito de la educación. Días después presentó una propuesta de ampliación del presupuesto al Congreso del estado, para que la universidad pudiera alcanzar la media nacional por alumno de manera gradual.

El PRD hizo suya la propuesta. Dos de sus tres diputados han sido importantes dirigentes universitarios, así que se dieron a la tarea de conseguir los apoyos.

Aprovechando que el PAN requería sus votos para sacar adelante el presupuesto estatal, le pidieron ayuda con el tema universitario. Los otros sufragios, según sus cálculos, eran más fáciles de obtener.

El coordinador de los 16 legisladores priístas, José Manuel Correa Ceseña, también ex funcionario de la UdeG, les había prometido su ayuda. Y los votos de la diputada ecologista y el de un diputado independiente ya los tenían amarrados.

El 22 de diciembre los legisladores de las cuatro fracciones parlamentarias representadas en el Congreso del estado aprobaron por consenso la iniciativa de acuerdo económico a favor de la universidad. Era la última sesión del año. Las vacaciones de diciembre estaban en la mente de todos.

Con tan agradables pensamientos, prácticamente nadie reparó en lo que estaban 2Mujeres-estudiantes-4 firmando. En la parte donde se señalaba: "La asamblea del Poder Legislativo se compromete a discutir ųalguien le agregó "y en su caso" con caligrafíaų aprobar en enero una iniciativa de decreto a efecto de que la Universidad de Guadalajara alcance la media nacional en un plazo de cuatro años". De esa argucia legal se agarró posteriormente la fracción panista para dar marcha atrás en su apoyo.

Pese a ese descalabro, los legisladores del sol azteca todavía confiaban en sacar adelante el proyecto ya que, sumados sus votos con los que sus socios, superaban a la bancada panista.

Llegó la mañana del 31 de enero. Desde temprano funcionarios universitarios y estudiantes copaban la galería del Congreso local. Todos tenían la certeza de que obtendrían la ampliación del presupuesto.

Esa misma mañana, los perredistas ha-bían recibido la confirmación del coordinador de la bancada priísta de que su gente apoyaría la iniciativa Sin embargo, apenas comenzada la sesión fue evidente la ausencia de tres diputados del PRI. A la hora de la votación el PAN superó 19 a 18 a la improvisada coalición.

Al término de la sesión se armó la gresca. Lo menos que le gritaban desde gayola a los panistas era "švendidos!" y "šprivatizadores de la educación!" Los priístas pare-cían haber salvado la cara con su voto.

Pero en los días siguientes empezó a correr el rumor de que habían recibido línea desde el Distrito Federal para detener un acuerdo que hubiera sentado un precedente para el resto de las universidades públicas del país. Un importante diario local señaló que la dirigente nacional del PRI, Dulce María Sauri Riancho, había indicando a sus correligionarios ųvía telefónicaų que hicieran como quisieran, pero que no aprobaran el decreto, y los priístas habían resuelto el galimatías mediante la desaparición súbita. Los representantes del tricolor negaron la especie, pero la duda quedó.

Las autoridades universitarias todavía no asimilaban la derrota legislativa cuando recibieron un nuevo golpe. El 9 de febrero se supo que la UdeG tendría el dudoso honor de ser la primera universidad autónoma de un estado a la que revisarían el uso de sus recursos federales, y que la iniciativa de auditarla había surgido de las filas de sus aliados perredistas. El diputado federal Gilberto Parra Rodríguez, ex dirigente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), había sido el promotor de la propuesta.

En el medio local todos conocen la historia de enfrentamientos entre Parra Rodríguez y el ex rector Raúl Padilla López, diputado local por el PRD. Durante el mandato de Padilla, la FEG fue desplazada de la universidad; más tarde, a Parra Rodríguez se le separó de su puesto de investigador en la institución, y hace dos años su grupo fue derrotado por la gente de Padilla en la lucha por la dirección estatal del PRD. Así que no fue nada extraño que la palabra más socorrida por todos a la hora de explicar la postura de Parra haya sido: revancha.

El legislador federal respondió a las acusaciones diciendo que la petición de manejo transparente de los recursos públicos forma parte de la plataforma perredista, y que él no hacía otra cosa que ser consecuente con los lineamientos de su partido. Lo cierto es que el camino quedó allanado para que los diputados panistas descongelaran dos peticiones interpuestas dos años atrás y lanzaran una segunda auditoría sobre la universidad, esta vez sobre los fondos estatales que recibe.

Raúl Padilla sostiene que las auditorías en las universidades han estado asociadas más a acciones para golpear que propiamente para revisar los recursos. "Da la casualidad de que cada vez que existe un problema en una universidad, porque tiene una actitud crítica o porque pide más presupuesto al gobierno, viene el amago y el consecuente golpeteo de la auditoría".

En un desplegado, la UdeGa explicó que si bien no se oponían a auditorías externas, sí se negaban a que éstas se convirtieran en instrumento para dirimir diferencias políticas personales, partidistas y gubernamentales. Y advertía que era parte de una escalada de represalias contra la casa de estudios, en respuesta a su lucha por conseguir mayores recursos.

En palacio de gobierno, socarrón, el gobernador sólo declaró: "El que nada debe, nada teme..."

Desequilibrios entre educación y empleo

ƑPero qué hay detrás de esa batalla entre la UdeG y el panismo jalisciense? Unos y otros admiten en corto que son dos los temas que están sobre la mesa: el acercamiento entre la universidad y el PRD, y el modelo educativo a desarrollar.

Sergio García de Alba, secretario de Desarrollo Económico y padre del milagro de la economía jalisciense basada en la industria maquiladora, es un hombre franco que no oculta sus apuestas. "México está inmerso en un entorno de globalización. No vamos a discutir si está bien o no: ahí estamos. Y a eso debe adaptarse la planeación del país y el propio aspecto educativo".

Admite que desde el inicio de su gestión ha querido incidir en la planeación educativa del estado, sobre todo en la vinculación entre oferta y demanda de empleo. Para ello impulsó la creación del Siodet, sistema que monitorea la información sobre trabajo calificado en la entidad.

Basado en datos de esos estudios, García de Alba sostiene que hay una serie de desequilibrios entre los sistemas educativos del estado y el mercado laboral, ya que se requieren más técnicos que profesionistas. "La infraestructura educativa tiene que cambiar. ƑRealmente las instituciones enormes que tienen centenas de miles de estudiantes responden a las necesidades socioeconómicas del país? ƑRealmente la masificación de la educación está ayudando a la calidad? Hay un déficit en la educación técnica media y superior, las carreras tradicionales como derecho y contabilidad están perdiendo muchas oportunidades de empleo, en cambio las que están relacionadas con la ingeniería electrónica, la informática de sistemas y la ingeniería industrial son las que están ganando", asevera.

Finalmente, suelta sin más que la educación superior necesita una "reconversión". Esta palabra, muy del gusto de los economistas, en estricto sentido alude a la adaptación del aparato industrial a las condiciones del mercado, pero en este caso lo que tendría que acomodarse a los requerimientos de las maquiladoras sería el sistema educativo. Un hueso duro de roer para una institución como la UdeG, en la que hasta bien entrados los 80 amplios sectores decían luchar por una educación socialista, popular y antimperialista.

El secretario técnico de la UdeG, Ricardo Gutiérrez Padilla, explica que el modelo de educación focal, orientada al puesto de trabajo, es compartida por los gobiernos federal y estatal.

"Por eso el impulso a las universidades tecnológicas y el castigo al presupesto de las universidades públicas incómodas. En las tecnológicas las carreras se diseñan a la medida de un corredor industrial, con lo que se transfieren a los estados las necesidades de una empresa, generalmente una trasnacional, de contratar mano de obra calificada. Así, esas empresas se ahorran el tiempo de capacitación y el desarrollo del capital humano.

"Lo que se pretende es que las universidades públicas formemos gente para la maquila, porque a lo que se les está orientando a los muchachos es a que sean empleados, calificados, pero empleados, dejándoles pocas opciones de movilidad social. Por otro lado, se está dejando el desarrollo de los líderes, los planeadores, los estrategas, a las universidades privadas. Están reemergiendo las tesis conservadoras, sólo que con diferente lenguaje."