Ť Olga Aragón, autora de Nunca más el olvido


Ni la alternancia garantiza el respeto a derechos civiles

Miroslava Breach Velducea, corresponsal, Chihuahua, Chih., 27 de febrero Ť La alternancia política no garantiza el respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos y el fin de la impunidad, sostiene la periodista y escritora chihuahuense Olga Aragón Castillo, autora del libro Nunca más el olvido. Historias de violación a los derechos humanos, que recopila la crónica de dos sexenios gubernamentales en Chihuahua, de signos políticos distintos, marcados por el sello de la barbarie policiaca y la intolerancia.

Con 17 años de ejercicio periodístico en el norte del país, Aragón Castillo preparó reportajes sobre sonados casos de tortura, secuestro y violación a los derechos humanos en distintos puntos de Chihuahua a lo largo de doce años, que ahora recopilados se enlazan en las historias de horror y de barbarie que narra en Nunca más el olvido.

El libro abarca la crónica de esas violaciones desde 1989, cuando en el gobierno del priísta Fernando Báez Meléndez, su amigo de toda la vida; Elías Ramírez, comandante de la Policía Judicial Federal, y el hijo de éste, Raúl Ramírez, jefe de la Policía Judicial del Estado se registró una larga lista de atropellos en contra de ciudadanos comunes, escudados en la lucha contra el narcotráfico.

Aragón comienza el recuento de esas historias con el caso de Emiliano Olivas Madrigal, torturado en 1989 en el serrano municipio de Guadalupe y Calvo, por agentes policiacos bajo las órdenes de los comandantes Ramírez.

"El caso de Emiliano no fue un caso aislado, pero sí el primero de una víctima de la tortura y la brutalidad policiacas que detonó una respuesta social organizada, ante el hartazgo de la sociedad, particularmente de la sierra Tarahumara, por las arbitrariedades de la policía. Con él arranca la respuesta social que dio origen a la formación de organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos humanos", relata la autora.

A juicio de Aragón, fueron esas organizaciones y el respaldo ciudadano lo que logró romper el círculo de la prepotencia y la impunidad, que en Chihuahua estaba bien cerrado con el control absoluto de Elías Ramírez sobre las corporaciones policiacas. No fue la voluntad política del gobierno.

Según la periodista, tras la supuesta eficiencia de la los cuerpos policiacos y el Ejército en la lucha contra el narcotráfico se han perpetrado graves crímenes contra los sectores sociales más indefensos de Chihuahua: "Mientras se mantuvo el terror policiaco, surgieron dos fenómenos. Las cárceles estaban repletas de narcotraficantes menores, con los que se justificaban las acciones, pero a la vez, cobró auge el narcotráfico con grandes volúmenes de droga que se producían en el estado y los cargamentos que llegaban para cruzar hacia Estados Unidos''. Era el época de Coello Trejo.

El desdén de Barrios

En su libro, la escritora recogió las denuncias de las indígenas tepehuanas, que rompieron siglos de silencio para denunciar los atropellos del Ejército y lograron, junto con luchadoras como Teresa Jardí, que la Secretaría de la Defensa reconociera, por primera vez, los abusos de los militares hacia los habitantes de la Tarahumara.

Apoyada en un profundo trabajo de investigación periodística, Olga Aragón dio seguimiento puntual a la actuación del primer gobierno de alternancia política surgido en Chihuahua, producto de la democracia electoral.

"La característica de la actuación de gobierno panista de Francisco Barrio, fue que no sólo no atendió los reclamos sobre los abusos de los militares, sino que llegó al extremo de justificarlos. Y defensores de los derechos y ONG con un gran prestigio moral, como Cosyddhac, fueron señaladas por el gobernador como gente que andaba en chirinolas. Esto fue muy duro para la gente que jugó un papel fundamental en la apertura democrática de Chihuahua, sobre la que se pivoteó el triunfo electoral de Barrio", señala Aragón.

Esa incomprensión del barrismo hacia la problemática de violación a los derechos humanos persistió a lo largo de su sexenio, en el que la intolerancia y la represión hacia los movimientos sociales fueron su distintivo, indica Aragón, quien documenta, de forma pormenoriza, los casos de la destrucción del poblado de Palanganas y la represión a los indígenas tarahumaras de Monterde, perpetrados por el primer gobierno panista.

Esas y otras historias se cuentan en el libro Nunca más el olvido, de la autora chihuahuense Olga Aragón Castillo, que será presentado el martes 29 de febrero a las 19:00 horas en la Casa Universitaria del Libro. Orizaba y Puebla, colonia Roma.