La Jornada lunes 28 de febrero de 19100

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

No nos ha pegado a los mexicanos a plenitud el escándalo europeo relacionado con la red anglosajona de espionaje mundial denominada Echelon, capaz de interceptar toda comunicación electrónica (fax, teléfono, internet).

En cambio, estamos maravillados con nuestros propios sistemas mestizos de indagaciones y sus aplicaciones políticas y judiciales. Allí están, por ejemplo, los relatos apasionantes de los policías judiciales federales que narran la manera cibernética (digna de James Bond) como fue detenido el empresario paraestatal de secuestros (negocio de capital mixto: público y privado) Andrés Caletri, mientras platicaba tranquilamente por teléfono desde Pinotepa Nacional, Oaxaca, al estado de México.

Tantos años de marqués...

Otro mexicano sorprendido por los avances tecnológicos de los servicios locales de espionaje ha sido ni más ni menos que el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Arturo Núñez Jiménez, quien se ha topado (y del susto se ha ido de espaldas contra la pared) con la existencia de unos personajes llamados "orejas" y unas prácticas llamadas "colas", todo ello a pesar de su larguísima carrera al servicio del gobierno mexicano, entre otras cosas en la casa emblema del espionaje, el Bucareli mítico en donde fue, entre otras cosas, subsecretario de Gobernación.

En efecto, y para que se vea que en México sobrevive la capacidad de asombro aun en aquellos funcionarios que cualquiera supondría encallecidos de tanto abrir y cerrar las puertas de los sótanos políticos, el diputado Núñez ha denunciado que tanto él como su señora esposa son seguidos invariablemente por automóviles sin placas y por personas que reportan a la secretaría de gobierno de Tabasco todo lo que hace el ciudadano diputado en su precampaña con la que busca conseguir la candidatura priísta a gobernador de aquella entidad del sureste mexicano.

Convertido en virtual perseguido político, el diputado de tan larga hoja de servicios al régimen ha advertido que de persistir esos extraños movimientos, hará la denuncia correspondiente en las instancias local y federal. Azorado por haberse convertido de pronto en El Mosh de Villahermosa ųƑen el futuro encarcelado por peligrosidad social?--, el diputado Núñez olvida que a lo largo de todo el país se despilfarra el presupuesto público en el mantenimiento de una tanto holgada como primitiva e ineficiente red de espionaje que vigila y da cuenta de todo cuanto hagan determinados personajes que son indeseados por los gobiernos locales y el federal ( y, para no ir tan lejos, dado el asombro táctico mostrado por el diputado Núñez, esas prácticas son cotidianas en la propia tierra tabasqueña, donde se filman todos los movimientos de Andrés Manuel López Obrador cuando viaja allá, y a quien siguen invariablemente automóviles sin placas con agentes de Gobernación estatal a bordo).

ƑPara qué espiar? Con preguntar basta

Pero, así como Echelon apenas mueve a un poco de curiosidad en los mandos mexicanos, así pareciera que la evidente existencia de una ilegal red de espionaje pedestre (aunque usen automóviles) se ha dado ya como mal necesario o como una realidad incombatible. (Es posible aventurar que la indiferencia de la cúpula mexicana ante el escándalo Echelon se deba a que, finalmente, esos ejecutivos casi siempre angloparlantes saben que Estados Unidos no tiene necesidad de robarles ningún secreto, pues ellos por sí solos, y de buena gana, se los entregan corregidos, clasificados y con un bello moñito tricolor.)

Esos personajes siniestros han sido, por ejemplo, los que pretendieron crear en Mérida un ambiente hostil a la visita de Vicente Fox. Mediante rumores, pero también con la agresión física directa, se quiso inhibir la participación ciudadana a favor del candidato presidencial guanajuatense. Las conocidas tretas del gobernador priísta yucateco fueron ahora desde la amenaza de locatarios de mercados que tirarían jitomates y otros productos al candidato de las botas hasta el disparo con rifles de postas a personas que pegaban propaganda del panista. Finalmente, ninguna de las amenazas se materializó.

Más de El Chueco y sus amigos

No debe perderse de vista que el gobernador de aquella entidad, Víctor Cervera Pacheco, ha sido permanentemente vinculado a tareas de las que luego ha dado escandalosa cuenta el virrey de la Nueva Sicilia, Jeffrey Davidow. El sureste, la península yucateca, han sido considerados durante largo tiempo como sede y ruta estratégica del narcotráfico que viene del sur y va hacia el norte. Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo, ha reiterado, ahora a Proceso en su edición de esta semana, su decisión de desnudar las complicidades de altos y altísimos funcionarios del régimen en asuntos de narcotráfico y corrupción. En el salpicadero que vuelve a hacer, Villanueva reconoce a Roberto Madrazo, Víctor Cervera y Manuel Bart- lett como maestros de la política, y asegura que Carlos Salinas de Gortari es, al igual que él, Villanueva, apodado El Chueco, una especie de perseguido político, una víctima de linchamientos dirigidos. También se conduele de la traición política de Diódoro Carrasco, quien era amigo de Villanueva, a quien visitaba por allí de una vez al mes.

No es mucho lo que se puede pretender oculto en el duelo de embarramientos en el que se está convirtiendo una parte de la lucha por la Presidencia mexicana. Para bien o para mal casi todo está a la vista. Fox y el involucramiento de los suyos (tanto los familiares como algunos directivos de su partido) en el Fobaproa. Aquí, unos cuantos diputados guardan con celo la parte de la clave cibernética repartida sin cuya conjunción no se puede abrir el archivo de computadora en el que están los verdaderos beneficiados del citado Fobaproa. Pero el caso Echelon muestra, según informe presentado por encargo al Parlamento Europeo, que no hay codificación posible que no pueda ser abierta a más tardar en cuatro días mediante un sistema casi casero que cuesta un cuarto de millón de dólares.

(Si no le aburre, entérese: en Estados Unidos se ha llenado de elogios al Sistema Estándar de Codificación --DES-- que utiliza una clave de 56 bites. Según el gobierno de Washington, se necesitarían unas 14 mil computadoras, funcionando durante cuatro meses contínuos, para revelar el contenido de un mensaje cifrado mediante el DES. Pero en el estudio presentado al Parlamento Europeo se asegura que desde 1998, la Fundación Frontera Electrónica puede, mediante un cracker, es decir, una máquina decodificadora, "descifrar una clave secreta DES en una media de cuatro días".

(Léase además este párrafo del mencionado informe: "Las soluciones desarrolladas por Microsoft, Netscape y Lotus para la codificación de correos electrónicos están configuradas de tal forma que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), organismo de espionaje estadunidense para la intercepción de datos, puede leer sistemáticamente todas las comunicaciones intercambiadas fuera de Estados Unidos", señala el informe elaborado por Franck Leprevost, de la Universidad Técnica de Berlín. También se asegura que todo usuario del sistema Intel de Pentium III puede ser rastreado sin problema en sus operaciones cibernéticas, pues este procesador tiene un número de serie, denominado IPSN, creado para facilitar el comercio electrónico, pero que además permite "rastrear al usuario sin que éste lo advierta".)

Hablábamos, pues, de los sueños nativos de secreto y discreción. Pero resulta que las maniobras económicas están a disposición de los guardianes cibernéticos del globo. Labastida acusa a Fox de que su familia se ha beneficiado del Fobaproa, y el guanajuatense acusa con toda doble intención al sinaloense de "mariqueta", amenazando con poner en el centro del debate no sólo los temas públicos del narcotráfico y la corrupción sino, sobre todo, con atacar flancos de la vida privada sobre los cuales los adversarios del priísta dicen tener cargos infamantes. Todo está a la vista, tanto las maniobras para cumplir con los resultados del 2 de julio que ya comenzaron a ser anunciados (17 millones de votos estima el cuartel labastidista que conseguirán), como el mundo del narcotráfico en esta Nueva Sicilia de Jeffrey Davidow, al igual que las amenazas foxistas de hacerse justicia "por su propia cuenta" si los priístas lo siguen agrediendo...

Y ahora, sin Chapulín Colorado, Ƒquién podrá salvarnos?

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