Bárbara Jacobs
Trasplante
ƑCómo traducir esos tres versos de Coleridge y hacer sentir a quien leyera la traducción lo que yo sentí al leer el original? Sentí algo tan abrumador que no seguí leyendo la biografía que encabezan. No sé ni siquiera a qué poema pertenecen. Bueno, tampoco oculto que soy una investigadora más bien pobre, mejor dispuesta a repetirme las tres líneas hasta que acaben de deshacerme, que a rastrear su significado exacto. ƑCómo traducirlas, y transmitir lo que hoy me transmitieron? Ya había pasado por esas páginas, y el fragmento de poema no me había dicho lo que me dijo hoy. Entonces, Ƒsoy yo quien les dio sentido, es decir, quien soy hoy es lo que logró extraer el secreto que contienen? Seguramente lo han contenido siempre, porque Coleridge los escribió deshecho seguramente. ƑHay que estar deshecho para sentir lo que transmiten? ƑCómo se da la revelación?
"Trasplantado demasiado pronto", dice; Coleridge protesta y se lamenta; trasplantado "antes de que mi alma hubiera afianzado sus primeros amores de familia", sigue; "y a lo largo de la vida por lo tanto persiguiendo amistades trabadas al azar". No era demasiado pronto en ese momento, Coleridge, porque ser trasplantado fuera de la familia siempre sucede demasiado pronto. Lejos o cerca, no importa si lejos o cerca. Fuera es lo que deshace, aun si la familia ya estaba incompleta y por lo tanto deshecha. El libre albedrío te permite regresar, pero los amores que no se afianzaron en tu corazón ya no se afianzaron, es decir, ya no se pueden afianzar. Su tiempo pasó. ƑEste es el significado, verdad?
Que un abrazo que no se dio en su momento, será un abrazo que no se habrá dado, que nunca se dio. Un trasplantado es un desabrazado, Ƒverdad? Por eso pasará la vida en busca de un abrazo que, aunque se le diera, sería inexistente, por dársele fuera de tiempo, sería un abrazo extemporáneo. Tú a la espera, tú a la búsqueda de algo que, aunque se te realizara, no te satisfaría: para que te hubiera gratificado, o sencillamente funcionado, tendría que habérsete dado de por sí, sin que tú hubieras tenido que estar a la espera, sin que tú hubieras tenido que ir en su búsqueda. Lo merezco; no lo merezco, deshojando margaritas. ƑCómo llenar en el presente un vacío del pasado? Inoportuno e inconveniente, impropio del tiempo en que se hace.
Trasplantado demasiado pronto, Coleridge, antes de que mi alma hubiera afianzado sus primeros amores de familia. ƑAdónde vas a volver, quién habita tu deshogar, qué sombras sin brazos que abracen a quien dejaste de ser? A lo largo de la vida, por lo tanto, persigues amistades que trabaste de casualidad. Le sobró familia y es lo que le faltó. Explícaselo. Abrazar a un desabrazado forma un abrazo excorpóreo en el cosmos; está ahí, pero pendiente de la nada.
Un desabrazado podrá ir tras un abrazo permanentemente: de hecho, buscará permanentemente un abrazo, y en ese abrazo la confirmación de su propia existencia, Ƒverdad?, quizás de su propio valor. Aunque vacío de abrazo como es porque lo fue, el desabrazado es un deshabitado de amor, un destituido, sin hogar posible, en busca permanente de hogar que no podrá hacer porque, quien lo busca, es el niño que ya no es y porque, además, lo busca y lo buscará extemporáneamente. Trasplantado demasiado pronto, no importa si lejos o cerca; trasplantado fuera, Coleridge, y esto es lo que duele.
Coleridge, el menor de diez hermanos; el favorito de papá, papá pobre pero importante, erudito, el vicario local; Coleridge, exigente con mamá exigente. Papá le contaba cómo era el universo y Coleridge lo escuchaba "gozoso y admirado, pero sin asombro ni incredulidad", pues ya había leído cuentos de hadas y su mente, por lo tanto, ya estaba acostumbrada, dicho con sus palabras, "a la vastedad".
A los ocho años de edad, pretendió defender con un cuchillo de la cocina su ascendencia sobre la propiedad de un queso contra uno de sus hermanos. Acabó marchándose de la casa y pasando la noche a orillas del Otter. A la mañana siguiente, fue entregado por un vecino a su padre, que lo recibió "sereno, las lágrimas escurriéndole por las mejillas". Un año después, el padre de Coleridge muere, y su madre lo manda a él a un internado en Londres. Trasplantado, Coleridge, demasiado pronto, antes, en todo caso, de que en tu corazón se hubieran acabado de afianzar tus primeros amores.
Trasplantado, como decía del alma, como la tripulación de un barco que naufraga en una isla desconocida.