* Imágenes en Chechenia


En tv, supuestas ejecuciones rusas; falsificación del año, alega Moscú

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 25 de febrero * Lo que fue presentado anoche como la primera prueba fehaciente de "graves crímenes de guerra" de los militares rusos en Chechenia ųun video de la compañía de televisión alemana N24, adquirido y difundido a nivel mundial por la BBC de Londres, que muestra fosas comunes con decenas de muertosų, derivó en un escándalo de otra naturaleza.

Las autoridades locales reaccionaron con vehemencia y calificaron de "falsificación del año" el video, cuya difusión coincidió con la llegada a esta capital del comisario de derechos humanos del Consejo de Europa, el español Alvaro Gil-Robles.

El portavoz ruso para Chechenia, Serguei Yastrzhembsky, afirmó este viernes que tras realizar la investigación exigida por Gil-Robles no puede negar la veracidad de la cinta, pero dijo disponer de pruebas que demuestran que no corresponde a los hechos descritos por el periodista alemán Frank Hoefing, y que no fue grabada por su equipo.

Según Yastrzhembsky, Hoefing presentó como suyas imágenes que compró a un reportero gráfico del periódico ruso Izvestia, quien grabó en un formato no profesional el entierro realizado en una fosa común de decenas de combatientes islámicos chechenos, luego de un enfrentamiento con tropas federales del Kremlin, el pasado 14 de febrero, y que ocurrió en una zona distinta a la señalada por el canal N24 de la televisión alemana.

Yastrzhembsky expresó la molestia de Moscú ante esta supuesta manipulación de imágenes: "El gobierno ruso tiene claro que se trata de la primera vez que un medio de comunicación extranjero participa en una provocación política en relación con la guerra de Chechenia".

A continuación, el portavoz del gobierno del Kremlin para Chechenia anunció que "la compañía de televisión N24 no trabajará más en Rusia".

Hoefing aseguró, en un principio, haber realizado él mismo la grabación "en un lugar ubicado en las cercanías de Grozny", el 22 de febrero, y dijo que presenció la ejecución sumaria de civiles, muchos de los cuales estaban mutilados o tenían los pies atados con alambres.

Un ejecutivo de la televisora N24, creada apenas el pasado 24 de enero y que depende del influyente canal alemán Pro-7, reconoció más tarde que el video fue comprado a una persona que no identificó, pero insistió en que su corresponsal estuvo presente en el lugar de los hechos.

El autor de la grabación, el ruso Oleg Boltsky, desmintió que Hoefing hubiera estado presente y aseguró que él nunca se imaginó que se le daría tal uso a sus imágenes, y agregó que ya había publicado un reportaje gráfico sobre los sucesos el pasado día 18 de febrero.

En la nota principal de la edición de Izvestia de este sábado, cuya copia fue obtenida este viernes por La Jornada, Boltsky ofrece un detallado relato de lo ocurrido y explica que algunos combatientes chechenos, en efecto, tenían los pies atados con alambres "porque sus cuerpos quedaron diseminados en un extenso terreno, lleno de fango, y la única posibilidad de juntarlos en un mismo lugar fue arrastrándolos con un tractor".

Cuenta Boltsky que los soldados debieron recurrir al alambre pues las sogas se rompían; sostiene que nunca grabó lo que, en palabras de Hoefing, eran "ejecuciones de prisioneros después de haber sido torturados", y afirmó no haber presenciado "atrocidades" de los militares rusos.

El periodista alemán había dicho que fue posible grabar las "dantescas" imágenes porque "los soldados rusos que aparecen en ellas no estaban de acuerdo con las órdenes que recibían". Es otra mentira, de acuerdo con Aleksandr Zdanovich, director de comunicación social del Servicio Federal de Seguridad.

"La lógica más elemental sugiere que si se hubiera cometido un crimen de tal magnitud, jamás se habría permitido que un periodista extranjero hiciera una grabación directa y, menos, con los argumentos que dice", declaró el responsable a un noticiario nocturno de la televisión local.

Sin embargo, el presidente estadunidense, Bill Clinton, opinó este viernes que es "imperativo" que Moscú ofrezca acceso a los organismos internacionales para investigar las acusaciones de que los militares rusos cometen violaciones contra los derechos humanos al mantener en "campos de filtrado" a cientos de chechenos, para determinar si son combatientes rebeldes o civiles pacíficos.

Por último, el periodista ruso Andrei Babitsky, quien fue canjeado hace tres semanas por militares del Kremlin a cambio de dos oficiales, se comunicó telefónicamente con sus esposa, en Praga, y dijo encontrarse con buena salud, aunque sin esperanza de ser liberado y sin saber a ciencia cierta dónde se encuentra.