SABADO 26 DE FEBRERO DE 2000
* En un acto simbólico, 200 alumnos caminaron en el patio del Reclusorio Norte
Marcharon más de 15 mil por la libertad de los estudiantes presos
* Nadie quiere una normalidad que nos lleve a clases amordazados, mensaje de universitarias recluidas
Roberto Garduño, Alma E. Muñoz * Por igual, en demanda de la liberación de los presos y el cumplimiento del pliego petitorio del CGH, la marcha estudiantil de Tlatelolco al Zócalo se desdobló y tuvo eco hasta el patio del área de ingreso del Reclusorio Norte, donde los 200 alumnos de la UNAM realizaron una manifestación simbólica, dieron vueltas entre cuatro paredes y enarbolaron mantas rojinegras con la leyenda: šLibertad!
El inicio formal de clases en la máxima casa de estudios, los cierres infructuosos de las facultades de Ciencias y Economía para reactivar la huelga, así como el antecedente de una marcha de distintos sectores sociales para exigir la liberación de los presos, que llenó el Zócalo, hacían dudar del éxito de la caminata de ayer, sobre todo porque no se convocó a las organizaciones sociales que tradicionalmente apoyan al consejo estudiantil. En un principio, pareció que aquello sería una manifestación poco concurrida, pero en punto de las 20:00 horas, en la Plaza de la Constitución se congregaron entre 15 y 20 mil estudiantes: "Compañeros, una vez más, los medios de comunicación están diciendo que somos 5 mil, pero desde aquí les decimos: somos un chingo y seremos más".
Aquello formó parte del prólogo de una jornada estudiantil que pugnó a todo pulmón por la liberación de sus compañeros y la resolución de las demandas del Consejo General de Huelga. Antes de las 17:00 horas, al pie de la torre de la cancillería, en Tlatelolco, se congregaron aproximadamente 3 mil personas, en su mayoría jóvenes, que empezaron a avanzar por la avenida Flores Magón, y de ahí la vanguardia dobló por Paseo de la Reforma hacia el centro de la ciudad de México.
Salieron de la clandestinidad
En contraste con otras marchas, ayer los contingentes más grandes y numerosos fueron integrados por alumnos huelguistas y sus compañeros de escuela que simpatizan con el movimiento. Otra vez salieron los jóvenes que habían permanecido en la clandestinidad por temor a ser detenidos, tras publicarse aquella famosa lista de las 432 órdenes de aprehensión.
Acudieron decenas de estudiantes de todas las escuelas y facultades. Desde la FES Zaragoza hasta el CCH Azcapotzalco. La Escuela Nacional de Música dio vida a los jóvenes alicaídos que hacían esfuerzos por mantener el ánimo. Durante todo el trayecto, los futuros músicos de cámara, de filarmónica y de rock mantuvieron la batucada.
Al frente de la columna de la marcha, que con el tiempo se fue haciendo más larga y más nutrida, decenas de padres de familia, con las fotografías de sus hijos, exigieron otra vez al gobierno que libere sin condiciones a los jóvenes: "el único delito que hemos cometido, todos, es haber sido gobernados por el PRI... Sobre nosotros no pesa ningún otro acto ilícito".
La movilización continuó. Quienes imponían más fuerza a sus consignas y coros fueron los bachilleres de las preparatorias y CCH. Otra vez Oriente, Azcapotzalco, Naucalpan y Sur dieron la pauta, porque eran los grupos más nutridos, y los más gritones. Al cruzar frente al edificio de la Procuraduría General de la República, de entre ellos comenzaron a salir cartulinas que multiplicaban un mensaje: "šJorge Madrazo, la peligrosa social es tu hermana!".
En ese lugar, al que padres y alumnos consideran el origen de los cargos que mantiene a los estudiantes presos en el Reclusorio Norte, la molestia de algunos jóvenes se manifestó. Algunos pintaron consignas en la gran puerta de cristal: "šSolución!". Pero otros, con la confianza de permanecer en grupo, relajados, orinaron el lugar.
"Vamos a miar..." ųsugirió uno de ellosų "no sale" ųreplicó otro. "Cómo chingaos no", aseguró otro, y este último sí pudo frente a la puerta de cristales del edificio.
Desde entonces, cuando la vanguardia ingresó a la Avenida Madero, la lluvia amenazó con terminar la manifestación. Pero ni el polvo ni la contaminación lograron impedir el tránsito hacia el Zócalo. Sobre esa calle, los estudiantes lograron a pleno grito que "se nos ponga la carne de gallina", refería una señora, y que ese apoyo se multiplicara. Los transeúntes que circulaban por ahí comenzaron a manifestar su respaldo y solidaridad: "No están solos, no están solos".
Alfonso Camacho, ex huelguista en 1986-1987, y hoy integrante de la CNTE, explicaba la movilización mayoritariamente estudiantil de ayer: "esto no puede ser derrotado, porque aquí está el futuro de nuestro país, aquí nos estamos jugando el porvenir de toda una nación".
Sobre la plancha de la Plaza de la Constitución inició el poblamiento de los grandes adoquines. Entre la lluvia, Higinio Muñoz informaba vía telefónica que en el Reclusorio Norte había terminado una singular manifestación.
El integrante del Comité Estudiantil Metropolitano relató que los 200 alumnos presos en el Reclusorio Norte también realizaron su mitin en el patio del área de ingreso de esa prisión. "Dimos vueltas alrededor de las cuatro muros. También sacamos mantas con la palabra libertad en rojo y negro, incluso gritamos y corrimos para demostrar que nuestro movimiento no está vencido, que aun en prisión seguiremos luchando, como lo hacen los compañeros que se encuentran afuera".
Más de una hora tardó en ingresar la columna de marchistas al Zócalo, pero mientras los miles de participantes se acomodaban, arriba, en la tarima donde se colocó el sonido, un estudiante advirtió que el CGH y los padres de familia no aceptarán la intervención de las autoridades universitarias para recabar los recursos económicos necesarios para pagar las fianzas de sus compañeros: "šnunca aceptaremos esa ayuda! Ellos no son delincuentes y tienen que salir sin que paguemos".
A pesar del júbilo que provocó entre los organizadores ųel CGHų la presencia de tantos estudiantes al mitin, entre la misma muchedumbre surgían voces críticas, pero a la vez conciliatorias del consejo estudiantil: "en su mayoría somos estudiantes, y esto demuestra que nos volveremos a levantar. Pero ahora hay compañeros que no entienden que será muy difícil convocar a reiniciar la huelga. šNo!, ahora debemos movilizarnos entre todos los sectores de la comunidad, convencerlos y emplazar a Juan Ramón de la Fuente a un diálogo. Tenemos que saber ganar la discusión y el debate".
Los šPresos políticos, libertad!, se repetían. Las acusaciones contra el gobierno federal se multiplicaban, pero cuando inició la lectura de un mensaje escrito por las 73 alumnas presas en el reclusorio, un silencio se impuso en la plaza.
"Nadie quiere la normalidad que posibilita que los funcionarios, desechos del Estado, se conviertan de un día a otro en investigadores, directores de institutos y funcionarios universitarios. Nadie quiere esa normalidad llena de mentiras y engaños... Nadie quiere una normalidad que nos lleve dócil y sumisamente a clases, amordazados y con las conciencias presas.
"Nadie quiere esa normalidad, ese retorno a clases que necesitan con tanta urgencia para terminar con todo resabio del movimiento, con toda lucha, con toda protesta. Por eso nos tienen tras las rejas, como rehenes, para obligar al CGH a retroceder, con el castigo ejemplar, para desalentar la lucha...", escribieron desde la prisión las estudiantes.
Tras la lectura del texto, la concurrencia rindió la ovación más prolongada. También circularon decenas de mensajes y de volantes escritos por distintos órganos de difusión de las escuelas donde operan comités de huelga. Entre ellos figuró un texto de la Facultad de Ciencias, donde se encuentra, hasta hoy, el centro operativo del Consejo General de Huelga.
"Zedillo y la rectoría intentan doblarnos imponiendo la normalidad en la universidad. Pretenden que todo quede olvidado en el ritmo diario e intenso de las clases y exámenes finales; y que las tareas y trabajos nos impidan desarrollar la fuerza que mostramos durante la huelga. Nosotros decimos: el conflicto no se ha resuelto, y por tanto, no podemos regresar a los salones. Por ello, llamamos a los huelguistas de todas las escuelas y facultades a que se reorganicen y discutan con el fin de impulsar el cierre de aulas para impedir esa gris y rutinaria normalidad que, de imponerse, acabará por derrotarnos".
Incluso, llegaron al CGH cartas de apoyo de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes, de la Federación de Estudiantes del Perú y de la Federación de Estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional. Antes de las 21 horas los estudiantes culminaron su protesta, que dijeron, no terminará hasta ver de nuevo en las calles a los alumnos encarcelados, hasta que el rector dialogue con la comunidad para resolver sus demandas. (Con información de Laura Poy)