VIERNES 25 DE FEBRERO DE 2000
* Hoy se estrena la cuarta cinta del realizador inglés Danny Boy
La Playa, una historia new age sobre el regreso del naturalismo
* El filme protagonizado por Di Caprio es una ''declaración de odio'' al mundo sofisticado
Jorge Caballero * La Playa, cuarto largometraje del británico Danny Boy, un filme new age sobre el regreso al naturalismo, es una historia que evidencia el instinto primitivo del ser humano, como una ''declaración de odio'' a un mundo sofisticado/ industrializado: ''No debemos decirle a nadie, porque harán lo mismo con La Playa''. En la cinta, que hoy se estrena, se muestra que la naturaleza no es algo que se pueda transformar al gusto y el placer del ser humano, aunque irónicamente tengan que protegerlo con su vida. Una lección que nos dice que si la naturaleza no se mete con nosotros, entonces nosotros no debemos meternos con ella.
Richard (Leonardo di Caprio) llega a Tailandia con la idea de viajar y conocer algo distinto al mundo tecnificado estadunidense, pero se da cuenta de que viajó miles de kilómetros para hacer lo mismo: ver la televisión.
Luego de que consigue un cuarto barato, lleno de cucarachas, conoce a Françoise y a su novio Etienne, una pareja de franceses que también vacaciona en ese país. Una vez instalado, mientras descansa, escucha los gritos de placer de la hermosa francesita. Un psicótico/ gandul/ drogo, Daffy, se asoma por la ventana contigua, invita un toque a Richard y comienza a relatar una inverosímil historia sobre la existencia de una isla en donde hay una playa perfecta, "con arena blanca que parece harina", y lo mejor: libre de turismo. Cuando despierta del viaje, se percata que en su puerta cuelga un mapa con la ubicación del lugar secreto. Observa la puerta entreabierta de Daffy, entra y ve a éste con las muñecas cortadas y muerto.
Con el mapa en la mano, convence a Françoise y Etienne para que juntos se lancen en busca de ese pedazo de tierra virgen.
Una noche antes de partir, Richard se toma unas cervezas con dos paisanos que sacan a plática la leyenda de La Playa, ''un lugar en donde la mariguana no se agota''. El protagonista hace una copia de su mapa y se los desliza por la puerta.
A la mañana siguiente, la pareja francesa y Richard emprenden el viaje, pero nadie los quiere llevar hasta allá por ser una reserva ecológica. Los dejan en la isleta más cercana y de ahí tienen que nadar. "ƑComo cuántos kilómetros crees que haya hasta allá, Richard?", pregunta el francés. "No sé, yo no pienso en kilómetros: soy estadunidense", responde irónicamente.
Cuando llegan a la isla encuentran un enorme plantío de cannabis, custodiado por narcos armados, el cual libran arrastrándose a través de la matas. Luego se tienen que arrojar por una enorme cascada para llegar al anhelado destino: La Playa, una comunidad de poshippis, casi autosuficiente, en donde todos guardan celosamente el secreto. Son bien recibidos en el grupo, pero no quieren que nadie más venga. Al poco tiempo La Playa se convierte en su hogar. Sin embargo, algo subyace en el interior personal de cada habitante de ese paraíso: celos, rivalidad, mezquindad, violencia... El paraíso en esta tierra no es tan perfecto.
Cuando la comunidad se dio cuenta de que Richard hizo una copia del mapa, llega un campamento de cuatro personas: "šmira!, parece que somos una pinche compañía de viajes". Richard es aislado del grupo hasta que recupere la copia. La soledad causa que sus demonios salgan a flote y comience a sufrir alucinaciones en las que Daffy le habla. Una serie de sucesos trágicos acaban por fragmentar a la comunidad.