VIERNES 25 DE FEBRERO DE 2000

* El producto se ha encarecido entre 120 y 140% en este sexenio: Amedec


Los mexicanos consumen menos de 250 gramos de carne a la semana

* Las importaciones crecieron 30 por ciento en el último año por la falta de incentivos y los precios dumping, afirma la CNG

Mayela Delgadillo/I * En México la dependencia alimentaria del exterior cada año se incrementa por diversas razones y según el producto. Un ejemplo es la carne de res, cuyo consumo entre los mexicanos ha caído casi 10 por ciento en los últimos cinco años, según cifras oficiales que maneja Estados Unidos, o en cerca de 30 por ciento, en estimados de la Confederación Nacional Ganadera (CNG).

En contraposición, las importaciones de este cárnico crecieron en el último año en cerca de 30 por ciento, debido a la falta de incentivos y a los precios dumping con los que está entrando este producto al país, según la visión mexicana; mientras que para la U.S. Meat Export Federation --organismo que opera en México y se encarga de promover la importación de carne-- el asunto se reduce a la incapacidad del país para ser autosuficiente y a la falta de productividad de los ganaderos mexicanos, lo que repercute en un mayor precio del producto para el consumidor final.

Sobre esta divergencia de opiniones, será la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi) la que tendrá que dictar en marzo el veredicto sobre el asunto, ya que los productores nacionales interpusieron desde el año pasado una demanda por dumping, que derivó en la aplicación de cuotas compensatorias preliminares de las importaciones del producto de origen estadunidense.

El recuento de los daños en este sexenio ha sido de un incremento en la importación de carne de bovino cercano a 200 por ciento, pero este no ha sido el único caso pues México ha aumentado 300 por ciento las importaciones de porcino y 55 por ciento en aves y huevo.

Mientras tanto, tomando en cuenta la estadística oficial de Estados Unidos, los mexicanos están consumiendo menos de 50 por ciento de carne en comparación con los ciudadanos del país vecino del norte. El consumo per cápita de carne de bovino y ternero en México en cifras estimadas para el 2000 será de 19.8 kilos anuales en datos norteamericanos (la CNG dice que es de poco más de 12), mientras que los estadunidenses alcanzarán los 31.3 kilogramos.

Siguiendo con el consumo de los mexicanos, tomando en cuenta el estimado anual de la CNG y en el caso hipotético de que la alimentación se diera de forma equitativa entre la población, cada persona podría comer 250 gramos del cárnico a la semana en este año, 2 kilos menos de lo ingerido en 1992.

Gustavo Torres Flores, dirigente de la CNG, aseguró que los productores mexicanos tienen la capacidad para abastecer a mediano plazo las necesidades de carne del mercado interno, siempre y cuando se les permita competir en el mercado interno en condiciones de igualdad.

Los subsidios otorgados por el gobierno estadunidense a sus ganaderos, que van desde costos menores para el alimento del ganado en pie hasta para tecnología, han sido las razones por las cuales pueden ofrecer carne importada a un precio similar al nacional. Esto, sin hablar de que un gran porcentaje de lo que llega para el consumo masivo nacional es un producto que ya no cumple con los estándares de calidad en su país. ''Esto no significa que sea carne mala, sino que simplemente no es la misma que comen los norteamericanos'', expresó el representante ganadero sin querer poner adjetivos como el de ''carne de segunda''.

Al final de cuentas, los apoyos gubernamentales que reciben los ganaderos estadunidenses son lo que les permite reducir sus costos, lo cual ha repercutido en una caída de la ganadería mexicana por no poder competir en la presentación del producto y los tipos de cortes, ya que esto incrementaría más el costo del alimento nacional.

Empero, para los ganaderos extranjeros el asunto radica en la baja productividad que se tiene en México y la falta de tecnología, por lo que en condiciones de libre mercado, un mayor volumen permite menores precios. ''Hemos argumentado lo suficiente para demostrar que no hay dumping'', indicó Gilberto Lozano, director general en México de la U.S. Meat Export Federation.

De darse un fallo a favor de los mexicanos, los ganaderos nacionales estiman que tardarían cerca de tres años en retomar las riendas del mercado nacional debido a que tendrían que incrementar de nuevo el volumen del ganado de engorda, y también aseguran que en condiciones de igualdad son competitivos. ''El alimento más barato es el pasto, y de eso en México tenemos demasiado, a diferencia de los estadunidenses que tienen que utilizar granos''.

El hecho es que la exportación de carne de res mexicana ha caído en forma severa de mil 570 toneladas en 1995, a 600 toneladas al cierre de 1998. Información del Centro de Estadística Agropecuaria de la Secretaría de Agricultura indican que en 1990 se producían en el país un millón 113 mil 919 toneladas de carne de bovino, para 1998 la cifra ascendía a un millón 379 mil 768 toneladas, es decir, en ocho años apenas se había incrementado en casi 266 mil toneladas.

Y pese a que a los productores nacionales les cuesta trabajo aceptar que el consumo de vísceras en el país va en incremento (carecen de estadísticas por producto), los estadunidenses indican que en épocas de crisis ven elevar sus importaciones, lo cual les favorece porque este tipo de partes del ganado son poco consumidos en el país del norte.

* 40 millones de connacionales casi nunca pueden comerla

Patricia Muñoz Ríos * El precio de la carne de res ha tenido un incremento de entre 120 y 140 por ciento en el presente sexenio, con lo cual se coloca como uno de los productos básicos que más se han encarecido en los últimos años.

En el primer año de este gobierno adquirir un kilo de carne costaba en promedio 20 pesos, pero a pesar de la supuesta inflación controlada, este producto ahora se adquiere entre 50 y 55 pesos el kilo, siempre y cuando sea de calidad regular.

Un informe de la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor (Amedec) detalla que poner un kilogramo de este básico en las mesas de los hogares del país equivale a un día de salario mínimo.

Ello, según el organismo, ha provocado que el consumo per cápita de carne de res apenas llegue a 12 kilos anuales, 500 por ciento menos que lo que consumen los argentinos y la mitad de la cantidad que se comían los mexicanos en los años 60.

El informe apunta que las cifras per cápita pueden inducir a un error, porque la realidad es que cerca de 40 millones de mexicanos casi nunca disponen en su dieta de carne de res por su alto precio.

El consumo regular de carne sólo se da en 20 por ciento de la población y eso si se trata de la de calidad media, ya que otro de los fenómenos que se presentan en el mercado es que este producto llega a tener precios notablemente diferentes, desde 48 pesos el kilo o un poco menos si está en oferta, hasta de 120 pesos por los cortes finos.

El precio promedio se encuentra entre 48 y 56 pesos, y aunque es evidente que la importación de carne ha impedido que se incremente más este producto, la realidad es que se trae del extranjero casi el 40 por ciento de lo que se consume en el país, apunta la Amedec en su informe.

Señala que en los años 70 había en México más de 11 mil carnicerías y actualmente por la falta de mercado quizá no pasen de 3 mil. Además se estima que 50 por ciento de la carne nacional en venta no tiene ningún control sanitario y proviene de rastros clandestinos, que en la zona conurbada y el Distrito Federal pudieran sumar entre 500 y mil 500.

Además, la carne de importación no es de muy buena calidad, pues en primer lugar ''nos llega carne refrigerada por años, que es de desechos y de pésima calidad'', aunque también llega de mejor presentación pero a precios demasiado elevados.

Para esta organización es notable la falta de información que tienen los consumidores sobre qué es lo que se están comiendo, lo cual favorece el abuso comercial y el engaño, y considera que las autoridades deberían trabajar en la elaboración de normas de etiquetado obligatorias y erradicar prácticas de venta engañosas.