* Fue declarado Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo 2000


Tomás Segovia, artífice de una obra

excepcional en lengua española

* Se reivindica la relevancia de su narrativa en las literaturas mexicana e iberoamericana

* Alejandro Rossi, Adolfo Castañón y Elsa Cross, entre los miembros del jurado

Arturo Jiménez * Alguna vez Octavio Paz escribió en 1966 que Tomás Segovia había nacido dos veces: ''Una en España, donde lo parieron; otra en México, donde escribió sus primeros poemas. Estoy seguro de que lo espera un tercer nacimiento".

Y aunque 20 años después ese tercer nacimiento se cumpliría, según Paz, con la publicación de sus últimos libros de poesía y de Poética y profética, bien pudo darse como renacimiento hace algunos años, con su regreso a la España natal y, sobre todo, con la buena recepción ahí de Poesía 1943-1997 (FCE) que, entre otros títulos, lentamente lo revela para los lectores ibéricos.

Sin embargo, puede hablarse de un renacimiento más ųen México, acontecido apenas el pasado días 23 y anunciado ayerų, con la asignación al poeta hispano-mexicano del Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo 2000, el cual reivindica la importancia de su obra en las literaturas mexicana e iberoamericana y, además, vuelve a cruzar los nombres del creador de ''Piedra de sol" y del autor de "Besos" (''besaré tus brazos redondos como la palabra Roma").

Escribió el Nobel mexicano acerca de los poetas españoles que se formaron aquí: ''En 1939, casi niños (Segovia, nacido en Valencia en 1927, tendría unos 11 años), llegaron a México, desde entonces están con nosotros. ƑSon mexicanos o españoles? El problema me interesa poco, me basta con saber que escriben en español: la lengua es la única nacionalidad de un escritor".

Precisaría más adelante: ''Pero nuestros críticos se obstinan en considerarlos extranjeros y omiten sus nombres y sus obras en estudios y antologías mexicanos. Los de España, más soberbios y tajantes, ignoran hasta su existencia. Así, talentos tan claros como Tomás Segovia o Ramón Xirau viven en una especie de limbo, dos veces huérfanos de tierra, dos veces desterrados".

Esta es quizá una de las razones del jurado ųAlejandro Rossi, Adolfo Castañón y Elsa Cross, mexicanos; Enrique Fierro, uruguayo, y Juan Antonio Masoliver, españolų para la asignación del premio a Segovia (100 mil dólares), además de la difundida ayer por la Fundación Octavio Paz desde Coyoacán: ''En reconocimiento a su obra poética y ensayística, contribución excepcional a la literatura en lengua española".

 

Una inteligencia espiritual

 

Desde 1963, Paz escribió: ''Aparece un escritor para mí esencial: el poeta Tomás Segovia. Temo que la mayoría aún no haya advertido que su obra, solitaria pero no aislada, singular y no marginal, constituye una tentativa por rescatar como totalidad experiencias que en otros aparecen separadas: vida y reflexión, lo cotidiano y lo extraordinario, el presente y la memoria".

Y en 1966, al incluirse a Segovia en la antología Poesía en movimiento, el autor de El arco y la lira escribió que aquél albergaba ''una inteligencia espiritual, a condición de saber que el espíritu no niega al mundo ni al demonio ni a la carne. Tampoco a la vida histórica ni a la vida cotidiana: es la vida que reflexiona sobre sí misma. Una inteligencia erótica, ávida de realidad".

Ahora con el premio Octavio Paz, que será entregado el 31 de marzo (día del cumpleaños del mexicano), los nombres de ambos poetas se rencuentran. Aunque Castañón recordó ayer, ''dentro del anecdotario", que si bien durante algunos meses Segovia fue secretario de redacción de Plural, luego se alejó e, incluso, tuvo una relación un tanto distante con Paz.

Y es que Castañón refutaba el planteamiento de que este premio se asignaba entre el círculo de amigos del poeta: el chileno Gonzalo Rojas (1998), el brasileño Haroldo de Campos el año pasado y ahora Segovia. ''Creo que la observación es poco exacta", dijo, y después, como Rossi, Fierro y Masoliver, habló de motivos más bien literarios para asignar el premio. Tom‡s Segovia, autor del poema Besos, se rencuentra con el creador de Piedra de sol, Octavio Paz, nuestro Nobel de Literatura n Foto: Omar Meneses Sin embargo, el señalamiento de Castañón hizo recordar aquel reclamo íntimo acerca del aprecio hecho por Paz a Segovia.

Rossi respondió a otro planteamiento en el sentido de que los tres premios se han asignado a escritores extranjeros, y luego de aclarar que se trata de un reconocimiento ''no local" cuyas únicas fronteras son las lenguas española, catalana y portuguesa, dijo: ''Tomás Segovia es una persona entrañablamente unida a México, es de México".

Castañón hizo un amplio repaso sobre las actividades laborales y creativas de Segovia en este país. Fierro, en tanto, recordó que Segovia vivió dos años en Montevideo y que nunca lo pensó como español sino como mexicano. ''A mi mujer y a mí nos introdujo a la poesía mexicana. El es un puente y un vaso comunicante de la literatura latinoamericana".

Masoliver, después de señalar que Segovia es un poeta que ha incorporado la vanguardia, dijo que "es una voz que llega a España y una aportación nueva a la lengua que se habla en España".

 

Otoño juntos

 

* Tomás Segovia *

 

Otoño vuelve a colocarlo todo

Mucho más en su sitio

Después de barrer bien

 

Aprovecha el frescor

Para hacer con el aire cuenta nueva

Antes que el año acabe

 

Otra vez sus caminos son de estreno

Otra vez sonreímos de acordarnos

Que antes que a todo lo demás

venimos

A abrir las puertas y salir al fresco

Dejar sin aprensión nuestro envoltijo

envuelto

Y surcar ágilmente

Estas límpidas pozas cegadoras

Donde toda jugada está siempre

empezando

 

Pues remover la luz y el alborozo

En este libre golfo zambullidos

Es la animosa empresa más

rectamente nuestra

Y correr al azar sin reticencia

Por un jardín azul florido de

llamados

Fue siempre la mejor manera

de estar juntos.