* La lucha antidrogas provoca el traslado de operaciones a otras naciones de AL
Riesgo de que México ''exporte'' capos
* De acuerdo con el informe anual de la JIFE, se incrementó el consumo de heroína y cocaína
Georgina Saldierna * El reforzamiento de la lucha contra el narcotráfico podría provocar que los capos de la droga trasladen sus operaciones de México a otras naciones de América Latina y el Caribe, considera la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU. El organismo sin embargo precisa que México aún es un importante país de tránsito en los envíos de cocaína hacia los Estados Unidos.
En el informe anual que ayer se difundió, la JIFE resalta que en México se ha incrementado el consumo de cocaína y heroína, pero sigue siendo a un nivel muy inferior al que se registra en Canadá y Estados Unidos. Según la encuesta nacional sobre las toxicomanías, en 1998 sólo 5 de cada 100 mexicanos habían probado enervantes una vez en su vida, y menos de 1 por ciento había hecho uso indebido de estupefacientes en el mes anterior.
De las personas incluidas en la encuesta, sólo 1.45 por ciento había consumido cocaína una vez en su vida. No obstante, entre 1993 y 1998, el uso de esta droga se triplicó. En las grandes ciudades de México preocupa además la utilización de inhalantes entre niños de la calle.
La junta manifiesta su beneplácito por la estrategia de fiscalización de drogas que adoptó México en febrero de 1999, ya que permitirá canalizar sustanciales recursos durante los tres años siguientes para mejorar la lucha contra el narcotráfico.
Aprecia asimismo los esfuerzos del gobierno para aprobar reformas legislativas en contra de los capos de la droga, incluidos los reglamentos para la manipulación y la eliminación de bienes decomisados provenientes del narcotráfico. En ese sentido, observa que México es el primer país de América Latina al que se ha concedido estatuto de observador en el Grupo de Acción Financiera sobre el Blanqueo de Capitales.
El informe fue dado a conocer por el representante regional del Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID, por sus siglas en inglés), José Vila del Castillo, quien se abstuvo de emitir cualquier opinión sobre la certificación que realiza el gobierno de los Estados Unidos. "Ese es un asunto que forma parte de la política interna del gobierno de William Clinton", puntualizó, al recordar que los países de América Latina buscan la instrumentación de un mecanismo de evaluación multilateral.
Al preguntarle sobre una eventual legalización del uso de drogas, agregó que ese es un debate en el que los políticos no han sabido explicar a los técnicos cómo se vendería, en dónde se distribuiría y a quién se le permitiría su adquisición.
El informe de 80 cuartillas resalta que en 1988 se redujo en el país la cantidad de adormidera que se destruía, así como el número de laboratorios clandestinos para la fabricación ilícita de drogas que se desmantelaba. También disminuyeron los decomisos de efedrina y la goma de opio, al igual que los de cocaína, mariguana y heroína.