* Jean Meyer *

Golondrina croata

Todo el mundo sabe que un tal Haider puso a temblar a Europa, y también el pueblo de El Ejido, en el sur de España, cuando se puso a cazar a los marroquíes como cualquier pueblo sureño de Faulkner a sus negros en los años 20 y 30 del siglo pasado; todo el mundo sabe que las armas rusas se están "cubriendo de gloria", desde que "el orden reina en Grozny", como lo hicieron las armas indonesias en Timor, como lo hacían hace un año las armas serbias en Kosovo... De Kosovo, prefiero no hablar hoy, y tampoco de las varias crisis mexicanas. Hablaría con gusto del triunfo electoral de los buenos (para mí) en Irán, pero conozco mal el tema; por lo tanto me daré el gusto de hablar de Croacia, donde la vía electoral acaba de verificarse como transitable y alentadora.

Hace tres meses todavía Croacia no era frecuentable y se encontraba en situación de apestada en la sociedad europea e internacional, gracias, en gran parte, a su autoritario presidente Franjo Tudjman. País fascista, poblado de fascistas, todos herederos del siniestro Ante Pavelich, el aliado de Hitler, el gran matancero, exterminador de serbios y de cristianos ortodoxos. Supuestamente los croatas no tenían remedio, llevaban esa maldad en la sangre (un poco como los austriacos hoy, sospechosos de haber sido más nazis que los alemanes y de seguir siéndolo). Y resulta que nada de eso era cierto. El invencible Tudjman, el padre de la patria, el enemigo-cómplice de Milosevic, perdió la batalla contra el cáncer y, al día siguiente de unos funerales apoteóticos, fue enterrado una segunda y una tercera vez. ƑCómo?

A fuerza de machacar con los "hechos de sociedad" y el "peso de la historia", uno olvida que la política existe y que es algo más que la polaca. Muerto Tudjman, los croatas votaron tres veces en un mes y derrotaron al partido dueño del poder desde la independencia; la coalición de centro-izquierda conquistó el Congreso y las presidenciales, en dos vueltas, fueron ganadas el 7 de febrero por el centrista Stipe Mesic con 56 por ciento de los votos. ƑSu programa? Una Croacia democrática, integrada cuanto antes a Europa y a la OTAN, desconectada de los extremistas croatas de Bosnia-Herzegovina, que habían sido impor- tantes en el juego político de Tudjman.

Mesic, sesentón bonachón, tiene 30 años de experiencia política, de los cuales 20 en la desaparecida Yugoslavia, de la cual fue un presidente colegial en 1991. Presidente del Parlamento de la Croacia independiente, rompió en 1994 con Tudjman, al denunciar el pacto que aquél suscribía con Milosevic, para repartirse Bosnia-Herzegovina. Y en unas semanas los croatas han dejado de tener miedo, han olvidado la sicosis de las escuchas telefónicas, de los soplones en la calle, de los zooms indiscretos; de repente la justicia arranca y arresta algunos tiburones próximos al difunto presidente. Europa y Estados Unidos descubren inmediatamente la buena alumna de la democracia... Croacia. Pasaría quizá lo mismo al mes de la muerte natural de Milosevic, Ƒpero quién sabe?

Las buenas calificaciones no serán suficientes. ƑQué aportarán Europa y Washington a los croatas? ƑNada? ƑCómo en muchos casos anteriores? Croacia necesita de la ayuda internacional diplomática y también de su apoyo comercial y financiero. Castigada por la política de Tudjman en Bosnia, Croacia estaba excluida de todos los programas internacionales (hasta para el intercambio de estudiantes) de ayuda y desarrollo, así como de la Organización Mundial de Comercio. La experiencia obliga a dudar de la capacidad de Europa y Estados Unidos para tomar iniciativas prontas y generosas. ƑLo entenderá el pueblo croata? ƑSu eventual decepción no lo llevará a dudar de una democracia de la cual se espera milagros? Los problemas son muy grandes en un país que hace por primera vez la experiencia de la democracia política: no la había conocido ni en la Yugoslavia comunista, ni en el reino yugoslavo. Por lo pronto, hay que felicitar a los croatas y a su decisión razonable de optar por la primavera.