* Participó en el homenaje que se rindió a Paulo Freire en el ITESO


América Latina se debe unir para la solidaridad o está frita, dice Galeano

* La globalización impone a la región niveles de servidumbre jamás alcanzados, advierte el escritor

Cayetano Frías Frías, corresponsal, Guadalajara, Jal., 23 de febrero * Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, advirtió que ''América Latina se une o está frita, pero tiene que unirse para otras cosas, no para el horror ni para el negocio; tiene que unirse para la solidaridad, para que puedan encontrarse y actuar todos los que tienen voluntad de justicia y voluntad de belleza, esas son las dos únicas cosas que importan de verdad: el resto es basura".

Presente en el homenaje a Paulo Freire dentro de las actividades de la cátedra que lleva el nombre del pedagogo brasileño en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Galeano opinó que abolir las fronteras para la solidaridad ''me parece bárbaro", sobre todo ahora que existe una moda de acabar con las fronteras, ''pero no para la solidaridad, sino para los negocios".

 

Mercado común del horror

 

Antes, Galeano recordó con sarcasmo que ''los mercados comunes que han funcionado en América Latina son el militar y el económico. El mercado común de la muerte que en los países del Cono Sur se llamó el Plan Cóndor, cuando las fronteras fueron borradas. Entonces había uruguayos secuestrados y asesinados en Argentina y argentinos en Chile, y chilenos en Brasil y bolivianos y paraguayos, todos ahí sin fronteras, el Estado común, el gran sueño de Bolívar, pero realizado para el horror".

El doctor honoris causa, por la Universidad Boliviana de San Andrés, añadió que entonces se borraron las fronteras para violar mujeres atadas, robar niños nacidos en cautiverio, asesinar y desaparecer a todo aquel que incomodó o dudó, y practicar la tortura, lo que fue aplicado ''por todos a la vez en todas partes: mercado común de la muerte, mercado común del horror".

Galeano apuntó que el otro mercado que funciona es el de los negocios, donde ''las grandes corporaciones internacionales aboliendo fronteras pueden planificar mejor el diseño de sus negocios. Los mercados, los centros de producción, se puede producir a escala en términos mucho más económicos que cuando las empresas tienen que obedecer a las normas que dictan las fronteras de los Estados nacionales, tal cual fueron dibujadas".

Ganador en dos ocasiones del premio Casa de las Américas, Galeano externó su preocupación porque en el plano económico la globalización lleva a Latinoamérica a ''unos niveles de servidumbre jamás alcanzados, un sometimiento a la dictadura del mercado internacional, comercial y financiero jamás alcanzados y con unos niveles también de obsecuencia política, nunca antes escuchados".

Admitió que ''está bien doblar un poquito la espalda, pero nadie los obliga a llegar hasta el piso con la lengua, digo, Ƒpor qué tanta abyección? Uno compara los discursos de otros presidentes latinoamericanos con los de Clinton o los del presidente del Banco Mundial, o del director saliente del Fondo Monetario Internacional y resulta que Clinton y los altísimos tecnócratas internacionales, éstos parecen Lenin, Rosa Luxemburgo, el Che Guevara, comparados con nuestros presidentes".

Precisó el escritor que existe más crítica a la globalización en el discurso de los que mandan, que en el de los mandados, ''que ya no saben qué hacer para felicitar al que los humilla. Somos especialistas en indignidad".

El autor de Las venas abiertas de América Latina agregó que ocurre una consolidación de la injusticia en el plano económico y político, y ''en el plano cultural un proceso de lo que yo llamo 'bobalización', o sea la difusión de valores internacionales que nos bobalizan so pretexto de la globalización y una adoración de los medios, lo que implica a la larga una usurpación de los fines por los medios".

Explicó que en ese proceso de ''bobalización" aprendemos a aceptar ''como cultura única, la cultura del consumo y de la violencia, como si no hubiera otras culturas posibles y a renunciar a nosotros mismos, cuando lo mejor que el mundo tiene es la cantidad de mundos que el mundo contiene, por suerte somos diversos, y la 'bobalización' está acabando con eso'".

 

Somos... andando

 

Para Eduardo Galeano ''nunca fue tan injusto el mundo, nunca hubo tanta distancia entre los que tienen y los que necesitan. Se puede decir que nunca fue tan desigualador en las oportunidades que hay, pero paradójicamente el mundo nunca fue tan igualador en las costumbres que impone". Citó como ejemplo del fenómeno globalizador a la expansión de los Mc Donalds, empresa que no permite a sus empleados afiliarse a un sindicato y al mismo tiempo comete un crimen cultural en contra de la autodeterminación de la comida.

''Tremenda porquería se impone en nombre de la libertad del nuevo orden mundial, por eso me parece perfecto lo de McDonalds, cultural y laboral. ƑQuieren saber qué es la globalización?, es eso", aseguró.

Acerca de su compromiso al participar en el homenaje a Paulo Freire, Galeano dijo que es admirador del educador brasileño, porque ''fue un hombre que creó, como yo creo, en la contradicción, en la duda, en el movimiento. Dijo la frase más bonita de todas, la que yo recuerdo dicha jamás por un latinoamericano a lo largo del siglo XX: somos andando... es perfecto".