* Ponente en el ciclo Los agitadores de ideas
Los migrantes reflejan los peores males del planeta, dice Siméant
* Es un fenómeno inevitable ante el avance de la globalización
Miryam Audiffred * Los movimientos migratorios son el principal síntoma de muchas de las enfermedades del siglo XX, considera la politóloga francesa Johanna Siméant. ''Más que generadores de enfermedades sociales, los migrantes son el reflejo directo de los peores males del planeta; son las víctimas de las guerras civiles, las masacres y la miseria".
De visita en México para participar hoy en el ciclo Los agitadores de ideas con la ponencia Inmigración ilegal y derechos y movimientos de los indocumentados, la también investigadora y profesora en la Universidad de La Rochelle, comenta que la migración es un fenómeno inevitable debido al avance de la globalización.
No obstante, ''no sé si me atrevería a decir que la migración es un proceso social necesario porque no puedo aceptar que existan personas a las que se les pueda explotar con el otorgamiento de salarios cuatro veces más bajos al que recibe el resto de la población económicamente activa".
Con 29 años de investigar la historia y gran interés por comprender los movimientos sociales, asume que si bien la migración es un fenómeno que afecta a todos los países, éste debe ser entendido con matices.
Y es que mientras en muchas naciones ųcomo Méxicoų los inmigrantes pueden ser sinónimo de ''clandestinos", en Francia la mayoría de los extranjeros entran de manera legal. ''Se trata de falsos turistas que no salieron de Francia cuando la visa se venció o que se quedaron en el país sin haber renovado sus permisos de estancia", explica.
Pobres que pretenden hacer turismo
Miembro del Colectivo de Análisis de la Acción Humanitaria Internacional (CAHIER), Johanna Siméant asegura que la situación que viven México y Estados Unidos es muy particular porque existe ''una frontera muy larga entre un país que envía migrantes y otro que aspira mano de obra".
Si bien cada vez hay más desconfianza hacia ''los pobres que pretenden hacer turismo", señala que aún se mantiene la idea de una ''identidad común europea" aplicada a la libre circulación.
En cuanto a los brotes de hostilidad que han surgido a causa de grandes migraciones, comenta que ''a menudo la xenofobia consiste en equivocarse de enemigo a partir de un verdadero problema que, en la mayoría de los casos, es de orden económico".
Siméant sabe que se trata de una problemática compleja. Por eso, publicó recientemente en Europa La causa de los indocumentados, libro en el que recrea el rostro multicultural y temeroso de la población extranjera de su país mediante la recopilación de testimonios de migrantes y del rescate de documentos sobre los movimientos sociales surgidos entre 1970 y 1995.
Para enfrentar a los migrantes hay que conocerlos sobre todo en el caso de naciones en las que, como en Francia, la cifra asciende a 3 millones de indocumentados.
De acuerdo con datos de Siméant, los extranjeros residentes en su país provienen de Argelia, Marruecos, Malí y otros lugares del Africa negra francófona, así como de España, Italia y Portugal y, más recientemente, de países como Turquía y la ex Yugoslavia.
Pérdida de derechos, epidemia mayor
El modelo del migrante se transformó en las últimas décadas. Si en los años sesenta los extranjeros eran, en su mayoría, hombres jóvenes y solteros motivados por asuntos laborales, los migrantes de hoy constituyen una población muy irregular que llega, casi siempre, por cuestiones de carácter familiar.
''Habría mucho que decir sobre la manera con la que la sospecha de clandestinidad jurídica contamina a todos los migrantes ųdiceų. El desvío que hace del documentado un travieso tramposo no sólo procede de los partidos derechistas o de extrema derecha sino también de quienes se sienten amenazados por los recién llegados."
En fin, trátese de Francia o de cualquier otro sitio, la situación de los indocumentados obliga a los teóricos e intelectuales del mundo a reflexionar en torno de la mayor epidemia del siglo pasado y del que empieza, es decir, ''la pérdida de derechos".
(La cita con Johanna Siméant es hoy, a las 19:30 horas, en la Casa de Francia, Havre 15, colonia Juárez.)