La Jornada martes 22 de febrero de 2000

Elena Poniatowska
Formidable promotor cultural

Fernando Benítez fue un formidable promotor de la cultura. Animaba mucho a sus colaboradores, a todos les decía que eran unos genios. Trabajar con él fue muy estimulante. Lo recuerdo como un hombre divertido, jocoso. Su sentido del humor propiciaba un ambiente agradable y flexible en la redacción. Era muy burlón y a todos arremedaba. Nos brindó todo su apoyo, en primerísimo lugar a Carlos Fuentes, cuando se publicó su libro La región más transparente, a partir de ese momento le nació a Benítez una admiración enorme por Fuentes, que conservó durante toda su vida, y Fuentes siempre le agradeció esa devoción, incluso aparece como personaje en Cristóbal Nonato.

Lo mismo con José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Vicente Rojo, entre otros. No hay que olvidar al gerente del periódico Novedades, Fernando Canales, quien dio total respaldo a Benítez.

A mí me encargó hacer muchísimas entrevistas y crónicas y me decía que qué zapatos tan horribles usaba. Le fascinaban las mujeres y le gustaba que trajeran tacón de aguja, de esos que perforan el piso, y yo me ponía zapatos de tacón bajo.

Cuando el suplemento le tocaba planearlo a Gastón García Cantú ųporque Benítez no lo hacía siempreų había un ambiente distinto. García Cantú era respetuoso, muy puntual, cuidadoso, y en cambio don Fernando todo lo convertía en una anécdota jocosa. Le gustaba irse a comer a la Zona Rosa con sus amigos y con unas mujeres portentosas. Acompañarlo a comer era toda una alegría.

Recuerdo que en el Restaurante Bellinghausen fue donde escuché por primera vez a Carlos Monsiváis cantar con Laura Oceguera, unas letras que parodiaban a López Mateos y Benítez rodaba en el suelo muerto de risa.