* Iván Restrepo *
ƑUn accidente sin consecuencias?
Hace ocho días se accidentó en aguas nacionales el crucero turístico Carousel Nassau, el cual llevaba más de mil personas a bordo entre pasajeros y tripulación. El percance ocurrió a la salida del puerto de Calica (60 kilómetros al sur de Cancún), rumbo a la isla de Cozumel. La embarcación sufrió avería en su casco lo que provocó el derrame del combustible. La Zona Naval dijo que, afortunadamente, no habían sido dañados los arrecifes de coral del Caribe mexicano, que ocupa el segundo lugar en importancia en el mundo, después de los de Australia, y es, además, área natural protegida.
Llama la atención que todavía no se sepa la causa del accidente, atribuido a los vientos que soplaban al partir la nave de Calica, y que se desconozca el volumen derramado, no obstante que esos barcos cuentan con sistemas muy precisos que informan sobre la cantidad de combustible disponible en un momento dado. Extraña que en cuanto sufrió la avería el crucero no anclara en esta moderna terminal --construida por ICA hace una década para extraer la caliza que explota tierra adentro y lleva a Estados Unidos-- y, en cambio, enfilara hacia Cozumel derramando, según las autoridades, poco más de siete toneladas de su combustible en un trayecto de varios kilómetros. Hubiera sido lógico quedarse en Calica para aislar el derrame.
Para fortuna de las invaluables formaciones coralinas, el combustible regado formó muchas manchas en el mar y no una sola que, dado su peso, hubiera ido a parar a los arrecifes. Por suerte también el día del accidente y los posteriores sopló un viento "sureño", que llevó parte del combustible hacia el litoral.
Aunque las autoridades dicen que ha sido exitosa la recolección del combustible derramado, muy distinto piensan los habitantes de la costa que practican deportes marinos y los grupos ecologistas GEMA y Cielo, Tierra y Mar. Tanto en Puerto Morelos como en Playa del Carmen, isla Contoy, el sur de Cancún y otros lugares del litoral, reportaron la llegada de chapopote a la playa: no pocos deportistas salieron con éste adherido a sus cuerpos y equipos.
Además, el derrame abarcó un largo trayecto y esto dificulta su recolección. Si bien el combustible, como se dice, no causó daño a los arrecifes coralinos, es sabido que los hidrocarburos afectan la flora y la fauna marina, y tan es así que luego de fijarse una fianza de 20 mil dólares para que la nave pudiera abandonar aguas mexicanas y partir a Miami, el delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Bruno Vite, dijo que falta determinar el monto de la multa, mismo que dependerá de la afectación que haya causado el combustible al medio marino. Seguramente esto hará parte del informe final que rindan los expertos en la materia.
En espera de ese informe es necesario resaltar que, pese a la enorme e invaluable riqueza que significan los arrecifes de coral que alberga el Caribe mexicano, y que anualmente aumenta el número de cruceros que llegan a Cozumel, Calica y Playa del Carmen (este año suman más de cien), no existe en Quintana Roo un plan para prevenir y enfrentar contingencias en el mar; tampoco en tierra.
Así, cualquier accidente es una amenaza para la fauna y la flora de la región. Lo ocurrido es una nueva llamada de atención, que se suma a las otras que han hecho los grupos ecologistas en años anteriores cuando se han presentado accidentes y que a la fecha no han sido atendidas por las instancias gubernamentales responsables de garantizar la salud del ambiente. ƑHasta cuándo?