* Reconoce el obispo Arizmendi acciones oficiales


Preocupante, la parálisis del diálogo entre EZLN y gobierno

* El Congreso de la Unión mantiene congelada la emisión de una ley sobre derechos y cultura indígenas, reclama

José Antonio Román * La ''parálisis'' que desde hace varios años vive el diálogo entre el EZLN y el gobierno nacional es ''preocupante'', afirmó el obispo de Tapachula, Chiapas, Felipe Arizmendi, quien también calificó como ''importantes'' las acciones que realiza el gobierno para superar los graves y ancestrales rezagos de los campesinos e indígenas de ese estado.

Lamentó que esta parálisis haya llegado al Congreso de la Unión, que mantiene ''congeladas'' las posibilidades de emitir una adecuada ley sobre derechos y cultura indígenas. ''Pareciera que ya nada se puede hacer por las desconfianzas y descalificación sistemática. Pero todos deberíamos poner algo de nuestra parte, para que el paralítico se levante''.

En su acostumbrada misa dominical, en la que se presentó la enseñanza bíblica del paralítico sanado por Jesús, el obispo de la diócesis fronteriza con Guatemala expresó su deseo de que haya ''corazones nobles, inteligentes y generosos, que sean capaces de quitar los obstáculos y hacer algo más por los indígenas. Que no se les utilice como pista de lanzamiento para una lucha ideológica, sino que se les ame con corazón sincero''.

Arizmendi, quien también ocupa la secretaría general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), se refirió a otra parálisis que se vive en el país, que es la situación del campo, que cada día se estanca más. Señaló que a consecuencia de la apertura comercial con el norte, el país ha sido ''invadido'' por productos agrícolas extranjeros que se venden a un precio menor que los producidos por los campesinos mexicanos, pues los gobiernos de países más desarrollados canalizan muchos subsidios al campo, exigen la liberación de aranceles a sus productos y ponen demasiadas trabas para recibir lo que se produce en el campo nacional.

''Si los productos no se pagan a precio competitivo, tampoco se pueden ofrecer mejores salarios y nuestra gente sigue migrando hacia las ciudades y hacia el norte'', dijo en su homilía dominical de dos cuartillas, enviada a este diario.

''Por ello, nuestros gobiernos deben seguir el ejemplo de Jesucristo, que hace caminar al paralítico. Han de proteger al campo y encontrar medidas adecuadas para que no se siga paralizando más y más'', agregó el obispo de Tapachula, diócesis que ha impulsado y asesora a una decena de organizaciones de pequeños productores de café, cacao, hortalizas y pesca, que han tenido mucho éxito.

Felipe Arizmendi señaló en su homilía que hay personas paralizadas por la pereza, la vagancia, el alcohol y la droga. Incluso, comentó que hay quienes se ha dejado paralizar el cerebro, pues no piensan por sí mismos, sino que se dejan llevar con las consignas y las frases de sus líderes, o por lo que dice la publicidad.

También, afirma, hay otros que sólo lamentan lo que sucede y culpan a medio mundo, pero nada promueven. ''Se necesitan dirigentes que se preocupen por los pobres, paralizados y sin oportunidad de romper sus cadenas''.