* PARABOLA

* Emilio Lomas M. *

* Los silencios, los vacíos, las omisiones y las verdades a medias

Es verdaderamente increíble que a estas alturas nuestros vecinos del norte nos sigan dando trato de mexicanos de segunda, por decir lo menos. El mercado petrolero está a punto del colapso y el secretario de Energía estadunidense, Bill Richardson, llega a esta ciudad señalando que el encuentro con su homólogo mexicano, Luis Téllez, es meramente circunstancial: ''No vengo a presionar; es visita de amigos''. El enviado estadunidense argumentó que la razón principal de su viaje a México fue ''para visitar a su madre y a su hermana'', pero curiosamente su ''tour familiar'' continuará por los países petroleros del Medio Oriente, donde seguramente tiene parientes con quien también se encontrará. Pero eso tampoco será lo peor. Es más grave que haya quienes nieguen que vino a tirar linea de cómo México debe enfrentar el problema de la administración Clinton, ante un eventual derrumbe de la estructura mundial de precios del petróleo. Nuestros ''amigos'' del norte creen que no tenemos memoria histórica, por lo que es necesario recordarles que esta situación se ha presentado ya en el pasado reciente y que los saldos invariablemente han sido favorables para Estados Unidos y nada saludables para las finanzas públicas de México. Bajo la administración del ex presidente José López Portillo, una decisión de esta magnitud derivó en el encarcelamiento del entonces director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Jorge Díaz Serrano. Por supuesto que el ingeniero fue encerrado bajo cargos fabricados, pero la comunidad petrolera internacional desenmascaró a la administración lopezportillista, calificándola de esquirolear a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), precisamente en su afán de inundar el mercado petrolero con crudo mexicano. Sobre la idea del actual secretario de Energía estadunidense, que pretende bajar los precios del crudo con el argumento de evitar una crisis mundial en el sector, el mismísimo ex presidente José López Portillo ahora estima que ''no es la mejor salida y que, en todo caso, se pueden hacer mejor las cosas''. A pesar de la grave experiencia que el pasado ofrece, lo lamentable no sólo es la postura que están adoptando las autoridades mexicanas, sino también distinguidísimas personalidades de la oposición --que las hay--, que estiman que ''no hay de otra'' y que México debe entrar a jugar el papel que justamente le corresponde dentro del mercado petrolero. Sin embargo, Ƒno sería mejor que la administración Clinton utilizara su reserva estratégica para resolver su problema? ƑPor qué México debe utilizar nuevamente el petróleo de los mexicanos --así lo ha dicho el presidente Ernesto Zedillo-- para resolver el problema de nuestros vecinos del norte? O sea que ahora lo mejor para el país es vender más petróleo a menor precio. Si alguno o alguna puede explicar que está pasando, que nos lo diga. ƑDónde está el negocio o a quién beneficia? Si bien Bill Richardson considera que somos desmemoriados, vale la pena decirle que el asunto de los precios bajos del petróleo, el ''manejo'' de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, la venta de Petróleos Mexicanos, de la Comisión Federal de Electricidad así como de Luz y Fuerza del Centro y la propuesta para privatizar la UNAM, han sido plasmadas una y otra vez en los Memorándums de Entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, para que México pueda seguir teniendo acceso a nuevos empréstitos y de esta manera aumentar el endeudamiento externo: ƑO qué, no ese es el resultado más tangible?

 

Melée

En nuestro país se omite información, se dicen verdades a medias o se guarda silencio. El sistema financiero, cuyo rescate ya acarreó un costo fiscal de 873 mil 100 millones de pesos, el 19.3 por ciento del producto interno bruto del país --según apuntó el IPAB, al desmentir a la calificadora Standard and Poor's que calculó el costo del rescate de la banca mexicana en 21 por ciento del PIB--, parece ser un asunto menor para las autoridades financieras... No más importante son los detalles sobre la deuda externa. Hoy, los mexicanos no sabemos qué porcentaje de nuestro salario está siendo destinado a solventar al costo del rescate bancario, no sabemos dónde fue a parar el dinero que irresponsablemente se prestó y que llevó a la quiebra a las instituciones financieras. No se habla en torno a los rumores sobre los compromisos que el gobierno mexicano adquirió con organismos internacionales, a cambio de un blindaje financiero, cuyo monto asciende a 23 mil 700 millones de dólares, etcétera, etcétera... Lo peor es que ni con rescate bancario ni con blindaje se tiene asegurada una transición sexenal sin hecatombes, pues la incertidumbre política es una amenaza permanente sobre el país... La fuga de capitales es un hecho que responde al sistema nervioso de los inversionistas y que no se puede ocultar a través del silencio o la omisión. Como tampoco se puede ocultar que desde ahora existe una lucha electoral, sin pies ni cabeza, que lejos de dar seguridad, infunde temor... Acaso debemos esperar que se repitan los errores del pasado, para que a nuestros problemas y eterna crisis siga correspondiendo el silencio, el vacío, la omisión y las verdades a medias.

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