Ť El carnaval, va


De Brasil para México, la fiesta del cuerpo

Jaime Whaley Ť A la par que en Río, pero sin el panorama y con ausencia de las espectaculares meninhas de las playas de Copacabana, la comunidad brasileña en México y amigos que la acompañan se dieron a la grata tarea de festejar el comienzo de la fiesta del cuerpo y los placeres, en un hotel capitalino.

carnaval-carioca-2-jpg Salvo el baile, la bebida y la comida, la concurrencia no incurrió, de momento, en otros excesos tan propios de las carnestolendas, pero seguramente ya en sus casas o a lo mejor desde sus coches empezaron a caer en los terrenales placeres de la carne.

Y es que el ambiente no era para menos con una batucada que tocó y tocó hasta extenuarse, y el casi millar de danzantes, exangües también. Una opípara cena buffet en la que se degustaron platillos de la cocina brasileña como feijoade (frijoles), ya fuese con tocino o con chuletas de puerco, jalambra o séase pollo, y vakipa, una mezcla de coco, cacahuate y camarones, fue el preámbulo al símil de sambódromo en que el primer piso del hotel Intercontinental quedó convertido para que arrollara esa heterogénea escuela.

Disfraces, lo mismo originales y bien elaborados, que los simples y convencionales, fueron también parte distintiva del festejo que se celebra por iniciativa de Vera de Forte, una mujer brasileña radicada aquí desde hace una década y que quiso aportar algo de la cultura de su patria "a este hermoso país".

Un emplumado atuendo con remate en amplia falda le valió a Vivianne, que vino desde Miami, el primer lugar en la división femenina del concurso de disfraces, mientras que La Novia del Sol fue el segundo y La Mariposa el tercero. En varones, un travieso chamaco que personificaba al Príncipe Valiente se llevó el tercero; El Pingüino de Batman, el segundo, y un argentino, Néstor Buscúscuro, se llevó los honores con su disfraz de Bumba Meo boi, de las danzas de la region noreste de Brasil.

Una ausencia que lamentar fue la de las tangas, tan usuales en las playas sudamericanas, pero a falta de pan tortillas y un trío de espectaculares cubanas se encargó de animar la velada y vaya si cumplieron su cometido.