Ť España conserva la mayoría; México perdió la colección en el incendio del 82
Dispersos, los derechos de los filmes del realizador
Raquel Peguero Ť "Muerto Dios, sólo queda la historia", escribió alguna vez Albert Camus, y agregaríamos que, en el caso de los artistas, también los derechos para comercializar su obra. Casi todo el acervo documental de Luis Buñuel ha sido adquirido por España, su país natal, que lo redescubrió a la muerte de Franco. A partir de los ochenta y noventa las cinematecas españolas se abocaron a integrar la colección más completa de películas. México contaba con su filmografía completa y estaba resguardada en la Cineteca Nacional, pero se perdió en el incendio de 1982.
Las películas son un "bien cultural pero también económico, de ahí que los derechos patrimoniales cambien de mano", explica Francisco Gaytán, jefe de acervos de la Filmoteca de la UNAM, quien dice que mientras sus producciones mexicanas no sean consideradas "patrimonio nacional se pueden vender en donde sea".
De ahí que por distintas razones los derechos hayan cambiado de sus productores originales. Por ejemplo, señala Gerardo Salcedo, subdirector de programación de Cineteca Nacional, las películas que filmó para Clasa Films fueron vendidas hace cuatro años al grupo Televisa, quien detenta los derechos de exhibición cultural, comercial y televisiva. El Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC) adquirió los de Ensayo de un crimen (55) y forma parte de su patrimonio.
"Hoy día, la mayor venta de derechos que se realiza de las películas de Buñuel, son para su transmisión televisiva. No es raro que frecuentemente en Nueva York o Alemania los adquieran y se ha dado el caso en Francia de comprar derechos por un año o dos, de títulos específicos, sobre todo los producidos por Serge Silberman", como son El diario de una camarera (63), La vía láctea (68) y El fantasma de la libertad (74). España ha comprado dos: El oscuro objeto del deseo (77) y Tristana (69).
El productor mexicano Gustavo Alatriste aún retiene los derechos de sus tres películas: Viridiana (61), El ángel exterminador (62) y Simón del desierto (64), aunque para el mundo los tiene la empresa Mercury de España. En ese sentido hay una mezcolanza, señala Salcedo, y en el caso de Gran casino (46), la primera que filma en México, ya no se encuentran aquí sino en España. Sucede también en el caso de El bruto (52), que pertenecían a Sergio Kogan, pero a su muerte existe mucha dispersión ųaunque parece pertenecen a Agrasánchez. Estos últimos poseen también los derechos de Susana o Carne y demonio, del 50; Una mujer sin amor (51), y Abismos de pasión (53), que al parecer se encuentra en litigio con Juan J. Ortega, quien detenta los de El (52).
Televisa posee Los olvidados (50), La ilusión viaja en tranvía (53), El gran calavera (49), La hija del engaño (51), El río y la muerte (54), Nazarín (58) y Robinson Crusoe (52).
(De las películas aquí enumeradas, 18 forman parte del ciclo Buñuel mexicano, que será proyectado como parte de su homenaje en Cineteca Nacional y las salas de la UNAM)