BALANCE INTERNACIONAL Ť Eduardo Loría
Corredores monetarios
Desde el inicio de los 90, pero sobre todo después del efecto tequila, el grueso de los países emergentes se ha venido perfilando en términos de la adopción de dos regímenes cambiarios extremos: de libre flotación y fijo (generalmente atado al dólar). La perspectiva para esta década que inicia es que se vayan conformando zonas monetarias homogéneas, donde prevalecerá el dólar (para América y Asia) y el euro para Europa y algunas regiones asiáticas vecinas. En ese sentido nos iremos acercando ųa mi parecerų más rápidamente de lo que cualquiera hubiese imaginado hace apenas cinco años a lo que el Premio Nobel de Economía 1999 Robert Mundell planteó en un artículo publicado en 1961 sobre áreas monetarias óptimas.
Vale decir que esta contribución fue una de las dos razones por las cuales el Banco Central de Suecia le otorgó el premio. Como anécdota conviene mencionar que ese artículo tardó cinco años en ser elaborado y fue rechazado contundentemente en dos ocasiones. La necedad o persistencia de Mundell no sólo haría que el artículo finalmente se publicara, sino que fuese una aportación tal que sentó las bases teóricas y de política económica para lo que ahora conocemos como la Unión Europea y lo que en el futuro cercano apunta a ser la creación de zonas monetarias integradas.
El planteamiento central trasladado al presente, sin sacrificio de claridad ni falseando su esencia, es que a medida que vivimos un sistema monetario donde los tipos de cambio son sumamente volátiles entre sí (ahora con la excepción de Europa Occidental), se requiere de crear certidumbre y estabilidad, para lo cual la fijación de los tipos de cambio se vuelve fundamental. De acuerdo con Mundell, los argumentos principales en favor de crear o integrar una zona monetaria óptima ųen específico que un país chico se adhiera a ellaų son los siguientes: a) alcanzar el nivel de inflación del país más estable, que generalmente es el más desarrollado y de mayor peso económico; b) reducir los costos de transacción; c) eliminar los costos de imprimir y manejar una moneda débil frente a la fuerte; d) establecer límites estrictos a las variaciones de la política económica, con lo cual se crea certidumbre y credibilidad; e) se eliminan las posibilidades de las especulaciones contra la moneda doméstica; f) se compromete al país grande en la estabilidad y asumir los costos de los choques que pueda sufrir el país pequeño, en la medida que exista movilidad laboral; g) beneficiarse de la eficiencia monetaria y de política económica del país grande, y h) formar un bloque económico que contrarreste la fuerza económica de los países externos a la zona.
Los argumentos en contra son los siguientes: a) pérdida de la soberanía monetaria y cambiaria del país que ingresa, debido a que no puede emitir moneda para estimular el crecimiento económico, así como tampoco puede devaluar para contrarrestar un déficit externo; b) el gobierno cancela el expediente de financiar su déficit con el impuesto inflacionario, y c) porque para muchos, el utilizar ahora la moneda externa, para nuestro caso el dólar, sería una muestra fehaciente de la pérdida total de la soberanía nacional.
Como todo en la vida, y más aún en economía, cualquiera de las dos opciones tiene sus ventajas y desventajas. Lo que debe ser central en la discusión es que en un país atrasado como el nuestro, la inflación no se ocasiona por exceso de demanda, sino por las insuficiencias en la oferta de muchos sectores, por los fuertes rezagos en productividad y por la falta de la aplicación de la ley. Mientras esos factores permanezcan, nuestra inflación será superior a la de Estados Unidos y, por tanto, será necesario devaluar periódicamente para compensar esas deficiencias. La pregunta que queda es: Ƒavanzar en la integración comercial hará que ellas desaparezcan y nos acerquen a las características de un país desarrollado para entonces plantear la conveniencia de integrar una zona monetaria americana? Creo que esta es la gran pregunta que deberá estar en el centro de la dinámica de la globalización desde ahora.