VIERNES 18 DE FEBRERO DE 2000

* Presentó su libro en San Cristóbal de las Casas


La derecha desea una historia sin culpables: Vázquez Montalbán

* La imagen de Marcos no ha podido escapar al consumismo, dijo

Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de febrero * Al presentar esta noche aquí su libro Marcos: el señor de los espejos, el escritor Manuel Vázquez Montalbán afirmó que "la conspiración actual de la derecha consiste en obligarnos a aceptar el presente y nada más, impedirnos la vuelta al pasado porque sabe que el pasado está lleno de culpables y lo que quiere es una historia sin culpables".

Ante unas cien personas que lo escucharon atentas, abundó: "Porque si se buscan en el pasado las causas del porqué ha surgido el zapatismo empiezas a encontrar culpables, y eso es lo que no quieren". Se supo que el libro sobre el líder insurgente será presentado por el escritor catalán este sábado en el foro San Angel a las 12 del día.

En este mismo contexto ubicó la postura de las autoridades mexicanas hacia los observadores de derechos humanos o "turistas revolucionarios" que vienen de otros países. "Es lógico que esto moleste tanto a las autoridades represivas, porque lo que no quieren es el testimonio de lo que está ocurriendo", precisó.

Por ejemplo, añadió que "cada vez que pasa un convoy militar y los cooperantes (observadores) lo fotografían es el ojo crítico, es el testimonio de lo que está ocurriendo, y si el poder actual quiere una historia sin culpables, quiere además un presente sin testimonios, porque entonces la coartada es total, el resultado es perfecto".

Del subcomadante Marcos dijo que le parece importante que "ha sabido encontrar un lenguaje que expresa la tremenda modernidad a pesar de que aparentemente pueda ser descalificado como lo que queda de un pasado de rebelión indígena, del sujeto histórico que es el indigenismo, cómo se inserta dentro de la crítica de esta fase actual de la globalización; ese es el balance principal y ha encontrado el lenguaje para poderlo transmitir y expresar. Y me da la impresión de que no lo ha encontrado solo, lo que ocurre es que fatalmente en el mercado de las imágenes y estamos viviendo en una cultura de mercado, la imagen Marcos se ha cotizado como un producto, no ha podido escapar a esa regla, pero le ha dado un sentido positivo a esa utilización".

Expresó que el dirigente guerrillero "habla como portavoz de un colectivo, en un lenguaje de nueva planta, porque está describiendo una situación que también es nueva, en ningún momento recurre a refugiarse en el lenguaje convencional revolucionario".

Acompañado en la mesa por los periodistas Hermann Bellinghausen y Miguel Angel Granados Chapa, quienes lo antecedieron en el uso de la palabra, Vázquez Montalbán comentó que poco antes de entrevistarse con el dirigente guerrillero en la selva Lacandona el año pasado, no tenía aún decidido si escribiría o no el libro que esta noche presentó aquí ante un auditorio bastante interesado en escucharlo en el café museo.

Aclaró que Marcos le importaba "como portavoz de lo que consideraba el primer síntoma de réplica de cultura de la resistencia y de acción de resistecia de la nueva época", al tiempo de señalar que más que ser la última revolución del siglo XX la revolución zapatista significa la primera del siglo XXI.

En su exposición, el escritor español advirtió del riesgo de hacer una lectura equivocada y proponer el personaje de Marcos como un mito literario.

Explicó que al terminar el libro, "sabía que iba a ser leído desde una determinada casta intelectual con determinadas perspectivas, me interesaba también que fuera un ajuste de cuentas con respecto a la función de los intelectuales, sobre todo del sector que me parece más peligroso, porque empieza a ser el más hegemónico: el supuestamente modernizador, que está ofreciéndonos una idea única de modernidad basada en una idea de progreso que se corresponde a una vieja idea de progreso, y es que el crecimiento genera felicidad, bien, y por tanto basta sumarse a las fuerzas que generan crecimiento para que esté garantizada la justicia, la igualdad, etcétera".

Pero, subrayó, "eso responde, en mi opinión, a una idea de progreso finiquitada y que está en crisis. El propio sistema la ha debilitado introduciendo conceptos de pesimismo histórico que le han servido para recuperar la iniciativa en todo el mundo. En realidad hemos pasado por una etapa de impasse entre una idea de modernidad finiquitada y una nueva idea en la cual el discurso de la crítica de la globalización será un discrusos fundamental".

Dijo que algunos teóricos han descrito esta etapa como de la posmodernidad, pero "a mí me parece que han definido un período más que una ideología, yo creo que hemos pasado del final de una idea de la modernidad basada en el optimismo del crecimiento tanto de corte marxista como capitalista, a una nueva idea en la cual los ingredientes ideológicos del zapatismo tienen una importancia extraordinaria por la aportación de un sujeto: el indígena, porque se instalan dentro del territorio de los perdedores de la globalización, porque se sitúan dentro de una nueva dialéctica que ya no es la del amo y del esclavo o la del capitalista y el proletariao sino del globalizador y el globalizado".