* Bruno Delaye lo condecoró con la Orden de Artes y Letras de Francia
Creo en los rituales y en los círculos del tiempo, en su sentido y su estética, señala Ruy Sánchez
* Entre los escritores e intelectuales mexicanos, usted es una figura emblemática, le dijo el embajador
Arturo Jiménez * El equipo directivo que elabora Artes de México ha recibido de la cultura francesa una manera de ver a nuestro país, dijo Alberto Ruy Sánchez, narrador, ensayista y director de esa revista que la noche del martes recibió la condecoración en el grado de caballero de la Orden de Artes y Letras de Francia.
''El punto de vista que guía a Artes de México tiene como uno de sus ingredientes fundamentales una concepción amplia de la cultura que aprendimos en Francia", señaló el autor de Los demonios de la lengua, y luego puso como ejemplos el doctorado de su esposa Margarita de Orellana, ubicado dentro de la historia de las mentalidades, y el de Alfonso Alfaro, en antropología, con la misma tendencia.
En la residencia del embajador de Francia en México, Bruno Delaye, Ruy Sánchez (DF, 1951) leyó el texto ''Dos círculos del tiempo", y anotó:
''Esta ceremonia cierra y abre para mí un ciclo doble. Creo en los rituales y en los círculos del tiempo. Creo en su sentido y en su estética."
Y es que el autor de Los nombres del aire, hace 25 años, se preparaba para partir a Europa en pos de la inmensa cultura francesa, pero también de Margarita, que ya se encontraba allá. Sería un viaje que, de ocho meses, duraría ocho años.
''De lo único que no me cabe duda es que ese deseo tan difuso ųel de transformarse y convertirse en escritorų, que a veces tenía demasiada prisa para ser cierto, tomaba cuerpo en la persona que un par de años antes me había iniciado al francés, me había hablado de la gran diferencia entre vivir en Europa y vivir en Estados Unidos, y había planeado conmigo un viaje de estudios a París. Ese deseo de torbellino vital tenía el rostro y el cuerpo de Margarita de Orellana".
Luego de aclarar que la cultura francesa no era el contenido de los libros sino la atmósfera que él y la que sería su esposa vivían de manera cotidiana, recordó:
''Podíamos ir al seminario de Michel Foucault por la mañana, al de Jacques Rancière un poco más tarde. Al de Roland Barthes después de la comida. Ver la última película de Jean Luc Godard por la noche y discutir con él al terminar la función.
''Al día siguiente, asistir a un seminario ilustrado con diapositivas sobre el viaje de Durero a Italia que dio André Chastel en el College de France, y entrar luego a un muy interesante seminario sobre Kafka que daba un entonces desconocido escritor que venía cada semana desde Rouen y que se llamaba Milan Kundera."
Casi al final, dijo:
''En París, yo había buscado convertirme en escritor, formarme una voz narrativa propia, diferenciada y auténtica. Para bien y para mal sucedió fuera de la comunidad de los escritores de mi generación. Allá se constituyó esa voz que es ahora la que da carácter a mis novelas y ensayos".
La revista, entre las mejores del orbe
En dos salones y una terraza que fueron insuficientes para albergar a los muchos asistentes (entre ellos Marie Jose Paz y Manuel Felguérez), el embajador francés Bruno Delaye, antes de imponer la condecoración a Ruy Sánchez, leyó un amplio perfil del narrador y le dijo que, ''entre los escritores e intelectuales mexicanos, es usted una figura emblemática".
Y luego de mencionar la estancia del escritor mexicano en Baja California, Sonora y Francia, así como, tras el regreso a México, su paso por Vuelta ų''en la intimidad intelectual de uno de los más grandes mexicanos del siglo XX, Octavio Paz''ų, Delaye recordó: ''En 1988 emprende al lado de su esposa Margarita de Orellana ųsu compañera y su doble en esta empresaų, el gran proyecto editorial que conducirá al renacimiento de una revista mexicana histórica que había desaparecido diez años antes: Artes de México.
''Ambos llegan realmente a sobrepasar el modelo, volviendo a dar vida a Artes de México, modernizada y de una gran belleza, conocida y difundida a escala internacional. Esta publicación es incontestablemente la más bella de México, una de las cuatro o cinco de mayor prestigio en el mundo y mucho más que una simple revista artística."
Después, Delaye argumentó la condecoración otorgada a Ruy Sánchez y habló de la importancia de la labor del escritor para la relación de Francia y México. Al final, el embajador le impuso el galardón a nombre del presidente de la República de Francia.