* CIUDAD PERDIDA

* Miguel Angel Velázquez *

Para las autoridades de la UNAM, como para muchos de sus funcionarios, el conflicto no es más que un baile maniqueo, de buenos contra malos, y esta línea ha logrado permear no sólo a los medios, sino a algunos estudiantes y, desde luego, a buena parte de la población aturdida por la sonoridad del problema y forzada a olvidar cuál es el verdadero fin del movimiento

Las pruebas de un complot en contra de los miembros de las agrupaciones universitarias, urdido desde rectoría, y cuyos fines podrían haber sido la represión (el lector tiene la palabra) se pueden encontrar desde el 10 de diciembre del año pasado.

En esa fecha, por órdenes del rector, Juan Ramón de la Fuente, se inició un trabajo de inteligencia con el fin de amarrar complicidades y convertir a los directores de la UNAM en grupo de delatores.

Perdone el calificativo, y dele el que usted guste, después de enterarse. El tesorero de la UNAM, José Manuel Covarrubias, envió a los directores, con la fecha arriba señalada, una misiva en la que les pide, en nombre de Juan Ramón de la Fuente den a "conocer los grupos y asociaciones formales e informales de académicos, estudiantes y ex alumnos que se puedan identificar en su entidad académica".

Se anexa a la carta un cuestionario titulado: "Grupos de la comunidad universitaria, formato de indentificación de académicos", y las preguntas pretenden descubrir lo siguiente: Nombre del grupo o asociación, número aproximado de integrantes, sede y lugares de reunión.

En otra pregunta se les inquiere sobre los "grupos virtuales (y) forma de interacción". A este respecto se pregunta: nombre del líder, domicilio, teléfono de oficina, particular, fax (y) correo electrónico". Después pide el nombre del o los "contactos" con direccción y teléfonos.

También solicita los rasgos característicos de los líderes y los grupos. De esa forma, pregunta cuál es la asignatura, la carrera de la que son profesores, si son investigadores o técnicos académicos y, además, en otra columna demanda se le informe si estos académicos son "institucionales, disidentes o indiferentes".

Y para borrar cualquier duda, interroga sobre el principal interés de estos profesores, y enlista: político, gremial, académico u otros, exige, entonces que se le especifique.

Así se escribió la carta dirigida a los diferentes directores universitarios, el fin de este cuestionario, dice la misiva, fue establecer comunicación con los miembros de la comunidad universitaria" y, además dice "nos interesa saber no sólo su existencia, sino también qué medio considera más efectivo para establecer comunicación con ellos". El trasfondo real de todo esto parece que ya se sabe, la cacería de brujas sigue adelante, pero usted lector haga sus propias conclusiones.

Afortunadamente, más allá de buenos y malos, aún hay quienes siguen pensando en la universidad como una entidad educativa, gratuita y pública, es decir, fuera de los alcances del neoliberalismo.

Pablo Gentilli, profesor de la Universidad de Río de Janeiro, autor de La falsificación del consenso. Simulacro e imposición de una reforma educativa del neoliberalismo, advierte en un artículo publicado en la revista NACLA, de este mes, sus percepciones sobre la crisis de las universidades en América Latina.

Asegura que en la arena de la política social, la privatización (de las universidades públicas) no significa, necesariamente, la venta (de las escuelas). La desincorporación de la política social, argumenta, por los regímenes neoliberales debe entenderse como un proceso de delegación a través de diferentes mecanismos instucionales, y advierte que en este sentido, "privatizar quiere decir delegar funciones".

Por eso mismo, hace un llamado de alerta a las comunidades universitarias sobre las supuestas disposiciones de los organismos privados para "brindar ayuda" a las universidades y acotar la responsabilidad del Estado en la función de educar.

El artículo, del que ya daremos más información en otros espacios, manifiesta el camino del neoliberalismo en el campo de la educación superior, y se parece mucho a lo que ahora pasa en México. šCuidado!

 

ƑSolidaridad?

La jefa de Gobierno del DF, Rosario Robles, envió a los presidentes de Televisa y Televisión Azteca una carta donde les explica cuál ha sido el trabajo de este gobierno en el asunto de los bomberos, que tanto ha preocupado a los medios, sobre todo a las televisoras.

Señala que para transparentar las cuentas de los bomberos, se encargó a la empresa Price Water House Cooper realizar una auditoria que garantice una fiscalización sería y autónoma de los manejos de los recursos obtenidos por la colecta.

Pero esto, que es muy revelador en términos de los hechos, también lleva una propuesta para el mejoramiento del cuerpo de bomberos.

Dice la jefa de Gobierno: "De manera muy respetuosa me dirijo a usted para solicitarle la posibilidad de la donación de los recursos percibidos por concepto de publicidad durante la colecta realizada el año pasado, una vez que se conozcan los resultados de la auditoría". Y concluye: "Apelo así a su trayectoria en favor de las causas altruistas y humanitarias y a su compromiso solidario con los bomberos de la ciudad de México". La firma es de Rosario Robles.