Ť Colectiva en la Galería Enrique Guerrero
La gráfica digital permite lograr el grano que se desee: Arcaute
Ť Katya Brailovsky e Irene Clouthier, entre los participantes
Merry Mac Masters Ť Haber nacido en la era digital y el uso de procesos fotográficos son los denominadores comunes de los artistas Katya Brailovsky (1965), Adriana Calatayud (1967), Ximena Berecochea (1968), Irene Clouthier (1974), Alejandra Echeverría (1975) y Roberto Arcaute (1976), ahora reunidos en una colectiva en la Galería Enrique Guerrero.
Brailovsky, por ejemplo, acaba de recibir uno de los dos premios de estímulo a la creación artística dentro de la pasada Bienal Internacional de Fotografía, de 1999, que propició polémica. Dicha bienal otorgó una mención honorífica a Berecochea, mientras que la obra de Calatayud fue seleccionada para su exhibición.
Para la presente muestra, Roberto Arcaute, el más joven de los expositores, ofrece una selección de las 34 imágenes que integran su serie Estados de ánimo, realizada con gráfica digital, aunque originalmente empezó con otra técnica que no lo dejó satisfecho. Arcaute, quien el año pasado terminó sus estudios en artes plásticas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, dice respecto de la gráfica digital que ''el tratamiento es muy variado, lo puedes manejar de distintas maneras con la computadora o los diferentes programas que hay como el Photoshop. Puedes explotar el grano a tal calidad dependiendo de lo que quieras lograr. El tamaño se puede hacer inmenso igual que en la fotografía".
Simultaneidad de tiempos
En la serie Estados de ánimo un hombre se cubre el rostro con los puños, mismos que cambia de posición para indicar diferentes expresiones. Al respecto, Arcaute dice que no ha querido enfrascarse en esos estados, de que ''esto es dolor, esto es pena", sino abrirse a la posibilidad de que el público interactúe, decidiendo por sí mismo. El año pasado Arcaute fue uno de los artistas que la Galería Enrique Guerrero llevó a la FIAC de París, a donde piensa regresar en este año.
Por su parte, Alejandra Echeverría presenta una serie de fotografías reconstruidas, en las que explora la simultaneidad de tiempos. A modo de crear diálogos entre las diferentes imágenes, que suele tomar en sus viajes, coloca una foto detrás de otra que se hace visible por medio de perforaciones en la primera. Así, habla de la memoria del viaje en forma de fragmentos, de dos momentos congelados que existen al mismo tiempo y en el mismo espacio. Sus obras miden un metro por 70 centímetros, son vistas aéreas tomadas desde aviones y se refieren a la ciudad. Además, es su proyecto de tesis para recibirse en La Esmeralda.
Nacida en Culiacán, Sinaloa, y egresada de la Universidad de Monterrey, Irene Clouthier apunta que a diferencia a los demás su obra no es fotografía. Coloca objetos, por lo general juguetes de niños, sobre una copiadora láser. Al dejar abierta la tapa tiene acceso a la fuente de luz. La fotocopia obtenida es retrabajada en computadora e impresa. Le interesa cómo la luz distorsiona y efecta los objetos.
(La colectiva culminará el 20 de febrero en la Galería Enrique Guerrero, Horacio 1549-A, Polanco.)