LUNES 14 DE FEBRERO DE 2000

* Es posible la radicalización de algunos paristas


La incomprensión social aisló al CGH, según Alfredo Velarde

* Jóvenes con nada que perder, en las filas del movimiento

Jesús Ramírez Cuevas /II y última * El movimiento estudiantil de la UNAM ha sufrido incomprensiones que lo han aislado. Una buena parte de la opinión públicase se quedó con la imagen de los ultras para entenderlo. Los medios de comunicación optaron por satanizarlo más que explicarlo. El gobierno y buena parte de la clase política menospreciaron sus alcances e ignoraron sus significados, afirma Alfredo Velarde, asesor del CGH y profesor de economía.

"La del CGH es una generación de jóvenes que no tiene nada que perder, no goza de perspectivas ni oportunidades de futuro. La generación del CGH es la del desastre, del desencanto y de la desconfianza", explica Velarde, quien se forjó en la actividad anarquista, autonomista y antiautoritaria, una ruta que va de los hermanos Flores Magón a José Revueltas.

"Creo que la incapacidad de la izquierda domesticada para entender al CGH surge por la carencia de herramientas analíticas que permitieran caracterizar los tres rasgos distintivos presentes de manera entreverada en lo que yo denomino el efecto CGH.

Es antes que nada un movimiento estudiantil, pero además es una protesta generacional extraordinariamente distinta a las de los jóvenes de otros tiempos. Recordemos que los estudiantes de hoy no oyen a Silvio Rodríguez sino escuchan ska, son patinetos, se tatúan el cuerpo, lo perforan.

Además es una resistencia plebeya. La enorme masa que conforma y que nutre a las 40 asambleas que integran el CGH son chavos que vienen de entornos sociales marcados por la desintegración familiar, la marginalidad económica, el crecimiento en el barrio bravo, de rifársela cotidianamente, eso hace que el CGH sea tan difícil de descifrar para quienes están inscritos en el código de lo que es políticamente correcto.

Rasgos innovadores

A diferencia de aquellos analistas que han enfatizado el carácter intolerante, de resabios estalinistas, hay características innovadoras en el CGH, como la puesta en práctica de elementos que ya había anunciado el zapatismo en su definición de democracia radical: la horizontalidad, la rotatividad, la desconfianza natural por el papel de liderazgo.

-ƑCómo es posible que un movimiento estudiantil con esos rasgos que calificas de innovadores y antiautoritarios pueda amalgamarse con grupos que vienen de la vieja izquierda autoritaria?

-La UNAM expresa en su seno la diversidad de la sociedad mexicana, por eso se dan estas ideas en tensión, definiciones políticas que siguen afirmando discursos que desde mi punto de vista están superados teórica e históricamente. Por otro lado, veo un conjunto de iniciativas muy desarrolladas de jóvenes que son portadores de un discurso mucho más oxigenado, contestatario y crítico, que vuelven los ojos a la autogestión, a la autonomía, que se plantean el problema de la rotación, de la revocabilidad de los representantes. Estos jóvenes no vienen de la militancia sino de una condición que los impele a la resistencia y al ver secuestrado el derecho a la educación se suman a la lucha. En cambio, los grupos más militantes, más compactos, que manejan un discurso más críptico, son homogéneos, se mueven con espíritu de cuerpo y eso hace que en muchos momentos y en coyunturas particulares a lo largo del movimiento estudiantil tengan la suficiente cohesión interna para arrastrar a los demás a suposición.

Velarde explica que "además esto es posible porque buena parte de los cuadros políticos del PRD han sido drenados ya a puestos del gobierno de la ciudad de México. La derrota de los moderados dentro del CGH es comprensible en ese entorno, porque prácticamente ellos ya no están, los pocos que quedan son muy jóvenes, con muy poca experiencia, su posicionamiento es bastante tibio y se granjeó el desprecio que condujo al escenario indeseable de purgas recíprocas, descalificaciones, expulsiones."

-ƑCuáles son las influencias políticas del CGH?

-El CGH como movimiento explora una forma de lucha y organización distinta a los referentes anteriores. La experiencia política de la mayor parte de los estudiantes del CGH no tiene demasiadas raíces, viene del 94 zapatista para acá, pero no trae toda la literatura del marxismo decimonónico. Se intenta la dirección colectiva, con gran esfuerzo, a veces se consigue y otras no, dependiendo de la coyuntura y de la correlación de fuerzas. Sin embargo, el CGH nunca puede sacudirse el demonio interno de la lucha de facciones en su seno, y eso explica el porqué efectivamente estos grupos que yo definía antes como los más compactos, los mejor organizados, también mayores en edad, en momentos logran imponer sus puntos de vista a contrapelo del espíritu antiautoritario del que está preñado ese caudal muy diversificado de jóvenes que inician o amanecen a la política con el CGH.

 

Elite de excluidos

 

-Para mucha gente, el CGH es un movimiento de desesperación, que no está proponiendo nada, un movimiento reactivo...

-Hay una gran paradoja: en la institución educativa, académica y científica más importante de este país, la UNAM, se gesta un movimiento estudiantil de una fortísima raigambre plebeya y esto aparentemente es incomprensible. Desde la perspectiva de la escolaridad, cuando el promedio educativo del país está entre 4 y 5 grado de primaria, el CGH es una élite. Sin embargo sí es un movimiento de excluidos. La educación en México ha dejado de ser un factor de movilidad social. Estamos presenciando fenómenos que en Europa se daban hace 15 o 20 años, es decir, físicos que son cantineros, doctores que son taxistas, médicos que trabajan como sastres, dicho de otra forma, la educación ya no está garantizando una movilidad social ascendente. A diferencia del movimiento del 86-87, que se nos caracterizaba como los hijos de la crisis, a los del 99 es la generación del desastre, en el que el horizonte de oportunidades en esta sociedad capitalista salvaje está cancelado.

"El CGH refleja de manera muy transparente esta incertidumbre sobre el devenir, es un síntoma de esta seudoposmodernidad desde el tercermundismomarginal. Y se extiende a las escuelas normales rurales del país, tenemos el botón también emblemático de El Mexe, en Hidalgo, donde prácticamente los estudiantes están peleando por evitar la desaparición de las escuelas."

-ƑQué ha ganado el movimiento estudiantil?

-Lo que se ha ganado es experiencia de identidad y de resistencia militante de un sector juvenil que va a nutrir con cuadros políticos y sociales al conjunto de las resistencias colectivas en tránsito, y que surgirán en este país. Esto es enormemente importante por lo que se nos viene. Además, el que una generación de jóvenes sea capaz de tomar la más importante universidad del país y resistir a sangre y fuego, contra viento y marea una huelga de nueve meses me parece que requiere, más que la condena, un pronunciamiento admirativo por estos jóvenes. El CGH ganó experiencia, venció el miedo de la necesidad de la organización, conquistó una forma organizativa, puso en el debate político nacional a la universidad para repensarla. Por otro lado, cuestionó el principio de autoridad de una burocracia torpe, tozuda, ciega y sorda, incapaz de ofrecer espacios y alternativas a la mayoría de la comunidad universitaria: los estudiantes. Ahora escucho azorado a los grandes doctores que consideran que un congreso universitario no podría aceptar demasiados alumnos, porque los estudiantes no están encondiciones de cuestionarse críticamente su formación, el diseño de sus planes de estudios y esto me parece un sinsentido de la gerontocracia sustentada en la cúpula decisoria del país.

"Además, el CGH ha ganado el apoyo de un conjunto de sectores del movimiento civil, social y popular que efectivamente entienden que éstos son aliados naturales suyos, a lo largo de nueve meses se demostró este vínculo indisoluble".

-ƑPiensas que se ha ganado la idea de que la universidad tiene que transformarse mediante un proceso democrático?

-Lo que el CGH logró fue instalar ese debate. Hay quien piensa que es un verdadero despropósito que una institución académica, como es la universidad, pueda regirse por la dictadura de la mayoría. Todo lo que huela a democracia es pernicioso en la visión de estos sacerdotes del saber, porque efectivamente, a la universidad van los más capaces -siguiendo su lógica darwinista social- y que ciertamente la democratización es un elemento que pertuba el rigor y el alto nivel académico. La UNAM llegó a tener una matrícula de 350 mil estudiantes. Tú revisas ese aspecto de la UNAM hoy y está por el orden de los 267 mil. Casi 80 mil lugares de preparación universitaria en la UNAM han sido silenciosamente recortados.

-La primera demanda ahora es la libertad de los presos; la segunda es el diálogo. Si ese diálogo se cancela, Ƒno existe el riesgo de que sectores estudiantiles se radicalicen?

-Creo que sí. El fenómeno de la represión, el burlar de nuevo el cumplimiento de las perfectamente atendibles demandas del pliego petitorio del CGH, son elementos que pueden propiciar un caldo de cultivo para una radicalización. Ese es el pan nuestro de cada día con los movimientos sociales en este país. Activistas estudiantiles han nutrido a todas las guerrillas habidas y por haber en la historia de América Latina por lo menos desde toda la mitad del siglo XX, de manera tal que no es tan sorprendente suponer que se pudiera dar en el caso de algunos compañeros. Pero dudo que esas expresiones sean generalizadas. Ocurrirán más bien desde la opacidad y con compañeros muy dispuestos a seguir por otro carril.