LUNES 14 DE FEBRERO DE 2000
* PRD es el único que le ofrece un cambio estructural
El Ejército apoyaría el triunfo de cualquier candidato: Piñeiro
* Con AN, mano dura; PRI daría más de lo mismo: el investigador
Jesús Aranda * Ante la posibilidad real de que triunfe un partido de oposición en las próximas elecciones presidenciales, "no aprecio antipatía ni cerrazón" de los altos mandos militares frente a ninguno de los tres principales candidatos a la primera magistratura del país, afirma el investigador en temas castrenses José Luis Piñeiro.
En entrevista, uno de los mejores conocedores del medio militar afirma que por primera vez en la historia, los aspirantes a la Presidencia deberán abordar tanto posibles reformas estructurales como la situación social de los soldados, pero advierte que los planteamientos deberán hacerse de una manera "cuidadosa y sopesada", por lo delicado del tema.
Plantea también un escenario posible en caso de que cualquiera de los principales candidatos al Ejecutivo ųCuauhtémoc Cárdenas, Vicente Fox y Francisco Labastidaų alcance la victoria, y establece que de los tres partidos, el único que ofrecería un cambio a la estructura actual de las fuerzas armadas sería el PRD, que incluso ha planteado ya propuestas concretas al respecto.
Señala que por primera vez, los aspirantes presidenciales tendrán que hacer planteamientos concretos sobre las facultades constitucionales del Ejército y la conveniencia de que éste continúe participando en la lucha contra el narcotráfico, la guerrilla o el crimen organizado, donde incluso hay voces al interior de las fuerzas armadas, como la del general y senador Alvaro Vallarta, quien se ha pronunciado porque los soldados dejen de participar en acciones contra el tráfico de estupefacientes.
En lo que no hay controversia, agrega Piñeiro, es en la labor social y el auxilio a la población en caso de desastres naturales que desempeñan militares y marinos.
Habría cambios de alta jerarquía,
dice el académico de la UAM
Respecto a un posible "reacomodo" de mandos castrenses con un triunfo opositor, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana afirma que podrían esperarse cambios de alta jerarquía a puestos administrativos sin mando de tropa o retiros anticipados, pero nada más.
En caso de que gane Cuauhtémoc Cárdenas, comenta, seguramente se inclinaría porque en los mandos militares predomine una línea en favor de combatir el crimen organizado, pero con la óptica de luchar primero contra la corrupción institucional incrustada en el aparato judicial mexicano, enfrentar la expansión de la pobreza en que viven más de 60 millones de mexicanos e impulsar la creación de empleos que merme la base social del crimen organizado.
"Más que una estrategia de mano dura, su propuesta para el Ejército sería amplia e integral", indica Piñeiro, quien recuerda que algunos senadores y diputados perredistas han creado una comisión para el estudio de las fuerzas armadas, la cual ha presentado propuestas para modernizar el armamento, mejorar las condiciones de vivienda de los soldados en activo y los pensionados, así como para impulsar una política de respeto a los derechos humanos de los militares.
Concretamente sobre este tema, dice, los perredistas parten de que debe impulsarse el establecimiento de una justicia castrense imparcial; que la Procuraduría General de Justicia Militar y los tribunales del sector sean independientes del alto mando. Porque en las actuales condiciones, el que el secretario de la Defensa Nacional designe al procurador, ministerios públicos y jueces castrenses "no permite una autonomía" real en situaciones concretas.
Comenta si triunfara Fox, seguramente el esquema a seguir en relación con las fuerzas armadas sería el de pensar en mandos militares en favor de la mano dura, que apoyen planes de "cero tolerancia" frente a cualquier tipo de delito, además de impulsar acciones y actualizar actos ilícitos sobre crimen organizado y narcotráfico.
Aunque precisa que hasta la fecha el Partido Acción Nacional no ha hecho propuestas concretas al respecto, sí ha "coqueteado" con los militares al destacar la labor del Ejército en la lucha contra el crimen organizado y su participación en corporaciones policiacas. Es decir ųindicaų, un poco refrendando la mano dura para enfrentar de manera simplista el crimen organizado.
En caso de que gane Labastida, apunta, sería más de lo mismo, porque siempre ha habido una subordinación del poder militar al civil, representado por el presidente de un partido que ha gobernado el país por más de 60 años.
Hay una serie de costumbres y entendidos que hacen innecesario que el PRI exponga una política explícita respecto a las necesidades de las fuerzas armadas.
ųPero, Ƒpor quién se inclinarían los militares para votar?
ų"No creo que haya animadversión contra ninguno de los tres candidatos. Pienso que existen simpatías diferenciadas. Algunos apoyarán a Fox, no necesariamente por su plataforma política, sino por la actitud carismática y atractiva que pueda tener".
Con Labastida, "algunos sentirán simpatía porque consideren que garantiza continuidad de una serie de cosas que darían más estabilidad social y económica al país".
Respecto a Cárdenas, señala que "la simpatía puede darse porque es hijo del general Cárdenas, representa a la corriente del nacionalismo revolucionario, es partidario de la recuperación de la soberanía nacional perdida en los últimos años y plantea un cambio de política económica y social".
Señala que en momentos en que la oficialidad y la tropa pueden ejercer total libertad de expresión, la inclinación del sufragio de los militares es impredecible, y recuerda que en 1988 la votación en zonas donde viven y trabajan los soldados fue en favor de Cárdenas; ya en 1994 la intención se dividió entre PAN, PRI y PRD.