* Sexo, sin más
En el Día de San Valentín, el amor es el mejor regalo
Jaime Whaley * Esposos, novios, amantes o simples amigos, déjense de mezquindades este Día del Amor y la Amistad. Olvídense de lo cotidiano, aunque sea por esta ocasión, y dénse desinhibidamente al sexo con su pareja para celebrar el Día de San Valentín.
No recurran a lo vulgar y machacado. Las flores y los chocolates están definitivamente fuera en este fin o principio de milenio, según se quiera ver, ahora lo actual son los juguetes sexuales.
En efecto, lo que antes era tabú y, como todo lo prohibido, clandestino, hoy está en boga y así es ya común que parejas recurran a casi todo tipo de artificios para el aumento del disfrute en la relación amorosa.
En céntricas tiendas se pueden adquirir abiertamente todo clase de productos de innegable connotación sexual. La amplia gama de estos artículos, en su mayoría de importación, va desde cremas que retardan la eyaculación hasta muñecas y muñecos inflables (los más baratos cuestan 400 pesos), pasando por vibradores, jabones, prótesis peneanas, etcétera.
Armese de estos artículos bizarros y métase a uno de los tantos hoteles que están por todos los rumbos de la ciudad. He aquí una lista aleatoria.
Si anda usted por las tierras del sur y, sin salir de la ciudad busca un ambiente campirano, el lugar es el Campo Real, que está yendo a Xochimilco por División del Norte, por ahí donde la numeración va en los cinco miles. Este agradable establecimiento tiene costos de 200 por cuarto sencillo y de 300 por uno con jacuzzi. Tiene una ventaja adicional: si es que se queda uno dormido, todavía en la madrugada por ahí cantan los gallos.
Por rumbos más hacia acá, más céntricos, tenemos el Vermont, en la Nápoles, que, según un vecino, desde que el WTC funciona la clientela se ha incrementado. Aquí la habitación está en 310. También por ahí, hacia el poniente, sobre la lateral del Viaducto Alemán, está el Tacubaya, con precios al 50 por ciento más baratos que la hostelería anterior; esto es, por el cuarto sencillo se pagan 160 y por uno nais --así le indican a uno al entrar-- la tarifa es de 170 con la comodidad de que es más amplio y está mejor decorado.
Para uno de jacuzzi se hace necesaria una reservación; el teléfono es el 273-74-79, con el cinco por delante, desde luego.
Para bolsillos más apretados tenemos el Cobras, allá en el Circuito Interior, casi frente al Centro Médico La Raza. Es discreto, cuenta con estacionamiento y se cobran 90.00. Luego está el Mirador, sobre la carretera a Toluca, en el número 2945. Ahí, al parecer por petición de los asistentes, ya se cuenta con fax, por si acaso quedó algún pendiente de la chamba.