De Cuauhtémoc Cárdenas a Pablo González Casanova
Muy distinguido amigo:
Como mexicano, como ciudadano y como egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, quiero expresarle mi reconocimiento por la renuncia que presentara a la dirección del centro interdisciplinario de investigaciones, acto de dignidad en el que resalta la defensa de los más caros valores universitarios y mediante el cual reafirma su convicción que es y debe ser con la razón, las ideas, la palabra, la búsqueda franca y leal de entendimiento, como se encuentre el camino no sólo mejor, sino fundamental, para dar solución a los conflictos de la sociedad, y que cuando se echa mano de la violencia y se le ve como camino de soluciones, éstas sólo se alejan, y las situaciones que pretenden resolverse sólo se complican más.
En el conflicto de la UNAM resulta altamente preocupante que la autoridad judicial, siguiendo claro dictado de la autoridad política, niegue la puesta en libertad de medio centenar de universitarios aduciendo su "peligrosidad social", con lo que vuelven a cobrar vida formas que hubiéramos querido ya por siempre superadas de hacer política y el que criterios eminentemente políticos y más particularmente presiones e intereses políticos de facción, se impongan a la imparcialidad y rectitud que debieran siempre normar toda decisión judicial.
Por ello, hoy resulta prioritario demandar la liberación inmediata de los universitarios presos, el retiro de los cargos que se les imputan y la derogación de aquellos artículos de nuestra legislación penal que restablecen principios que, dejados en su interpretación a una presionable discrecionalidad de los funcionarios, vulneran los derechos esenciales de la gente y permiten se tuerza la impartición de la justicia.
Con un abrazo afectuoso:
Cuauhtémoc Cárdenas
La UNAM, un síntoma de la crisis de proyecto de nación: González Pedrero
Estimada Carmen Lira: Cuando a mediados de la
semana pasada coincidí, con un grupo nutrido de intelectuales, en la
urgencia de dar por terminada la huelga y devolver las instalaciones
universitarias pensaba, como pienso hoy, que el movimiento había sido
desbordado por motivaciones
e intervenciones ajenas a las justas inquietudes iniciales de jóvenes que vieron en peligro sus oportunidades de acceso a la educación superior.
En la confusa escalada de manoseos e intransigencias que de todas partes abundaron en la prolongada secuencia del conflicto fue quedando cada vez menos espacio para la reflexión sensata. Basta hacer un breve recordatorio de hechos concretos --como el que apareció en la página 15 de La Jornada del lunes 7 de febrero-- para advertir que actitudes ultras de toda índole jugaron dolosamente a prolongar el conflicto, con evidente perjuicio para la institución y para una mayoría estudiantil que, como lo demostró el plebiscito, se sentía excluida de cualquier toma democrática de decisiones.
Así las cosas, el gobierno consideró llegado el momento de poner término a la aparente inhibición que había mantenido, lavándose las manos, y procedió al desalojo de instalaciones. Pero además, llevó a cabo el encarcelamiento masivo de quienes las ocupaban y, más aún, se les hicieron cargos desmesurados e insostenibles. Aunque muchos de esos cargos han sido retirados, la privación de la libertad de numerosos universitarios presos continúa, sin que eso contribuya en manera alguna a borrar agravios. Se propician, en cambio, nuevos resentimientos que no se limitarán a la fracción más irracional y radicalizada --Ƒo provocadora?-- de los paristas, sino que permearán a los moderados y a sus familias, y se siembran inquietudes justificadas en la opinión pública. El efecto de tales agravios es multiplicador.
No se me oculta que el argumento de la aplicación del derecho para evitar la impunidad de algunos delitos que se persiguen de oficio es correcto. Pero creo que la aplicación justa de la ley no está reñida con el tacto y la prudencia que la política puede otorgar a los problemas que, como éste, no sólo son jurídicos, sino también políticos. La justicia y gracia de Benito Juárez no sobran. Hay que hacerla compatible con la busca de la tranquilidad necesaria la aplicación de la ley. Es evidente que nuestra sociedad no vive bajo una campana neumática de pureza, sino bajo la atmósfera enrarecida de la ciudad de México. Y a fin de cuentas, la creación de una renaciente UNAM para el siglo XXI --tal es el desafío-- merece la pena.
Por otra parte, la pobreza es privación de opciones, y la marginación es un factor desintegrador de alto riesgo. La democratización política y el respeto a todos los derechos humanos pasan por el acceso a una educación de calidad. Un sistema público de baja calidad y mal financiado sólo puede propiciar más marginación al desplazar de empleos y oportunidades a quienes no pueden recibir los beneficios del otro sistema, privado y con generoso financiamiento. La crisis de la Universidad de México no es más que un síntoma de la crisis de nuestro proyecto de nación y de la ineficacia de un Estado que se ha desentendido de su tarea esencial: poner el bienestar de sus ciudadanos en el centro de su preocupación.
Repensar hoy la universidad es un paso obligado para repensar el país. Tenemos la obligación de abrir un espacio para rehacer la universidad, para que prevalezca la sensatez, la razón y la inteligencia: abrir el camino a un auténtico encuentro entre universitarios de todas las opiniones y tendencias, demostrando que es posible el diálogo y que la convivencia civilizada es urgente e impostergable. Me adhiero, por todo ello, a las inquietudes de Pablo González Casanova, Luis Villoro y los demás universitarios que, como punto de partida, formulan algunas propuestas muy atendibles en la entrada del sábado 12 del periódico que usted tan dignamente dirige. Reciba un cordial saludo de
Enrique González Pedrero
Precisiones de Monsiváis al manifiesto del 3 de febrero
Señora directora: A propósito del manifiesto de intelectuales del 3 de febrero que le pidió al CGH la devolución de las instalaciones, con el deseo de evitar la entrada de la fuerza pública, se ha desatado una polémica, inevitable y justa por un lado, y por otro, mero proyecto de juicios sumarios. Ya se ha dicho: de ninguna manera, y basta ver la lista de firmantes y sus trayectorias, el manifiesto fue un cheque en blanco al gobierno de Ernesto Zedillo para la represión, y esto se expresa con nitidez en las declaraciones de varios de los firmantes ante la toma policiaca de Ciudad Universitaria. Nada --creo-- se gana con localizar una "conspiración de intelectuales de la derecha" en un documento que en todo caso es respuesta errónea a la exigencia del fin de la huelga, y no el aval a la política que se probó tan lamentable e ilegal. No le encuentro sentido tampoco a responsabilizar a dos o tres personas del hecho, en la medida en que un manifiesto es producto de una lectura colectiva de las situaciones.
Luis Javier Garrido, por ejemplo, le adjudica a Ignacio Solares la manufactura de nuestra demanda. No es así: varios, yo desde luego, creímos posible tal cosa, y ya dos veces he subrayado en estas páginas la crítica a mi posición. Si insisto en ello es por lo improcedente de duplicar desde la izquierda los juicios instantáneos del Ministerio Público. Si, en cambio, considero necesaria una lectura muy detallada, que involucra a muy variados sectores, de los momentos previos (con todo y actitudes) a la nefasta decisión de penalizar un movimiento social.
Atentamente
Carlos Monsiváis
Asegura que gobierno quiere acallar al pueblo
Señora directora: ƑUltras?, Ƒvándalos?, Ƒradicales?, estos son hoy los adjetivos con los que se expresa el clasicismo y el racismo en México. No son ultras solamente por sus posiciones políticas, son ultras por su situación en el mundo. Son ultras por su manera de hablar, de vestir, pero sobre todo. Por su manera de decir "ya basta".
"Ya basta que el poder nos engañe siempre, "ya basta", que los güeritos nos digan lo que está bien o lo que está mal, ya basta de ser los sin voz a pesar de ser los más.
El gobierno quiere encarcelar no a los estudiantes que se le opusieron, quiere acallar a esa clase que no tiene cabida en su proyecto de país. No tiene nada que ver con la postura de ultras o moderados, hoy ambos están en la cárcel.
Pero no es sólo el poder quien los ha satanizado, es también la generalidad de la clase media la que sigue su histórica práctica racista y clasicista. Tuvieron que ser aprehendidos para que algunos de los que los llamaban "intolerantes" hoy abogaran por ellos.
Nos tomó por sorpresa que fuera "la raza" la que lidera hoy la huelga de la UNAM, cuando estábamos acostumbrados a que en 68 o en 87 fueran predominantemente estudiantes de clase media los que protagonizaban los movimientos. Hoy por primera vez la lucha universitaria tiene como base y como cabeza a la raza; y como consecuencia, la milenaria práctica discriminatoria de este país los ha denominado "ultras".
Muchos me podrán argumentar la intolerancia del CGH en las asambleas, su cerrazón ante posturas que no fueran las suyas, y de sus métodos excluyentes. Sí, seguramente no tienen las mejores "formas", pero es claro que ha sido una forma de expresar algo más profundo que la gratuidad de la educación; lo que se ha expresado es: la desigualdad lacerante en nuestro país. Esa desigualdad se manifestó de modo fehaciente en la huelga universitaria, desigualdad que se da al interior mismo de la nómina estudiantil.
Muchos tendrán que hacer un acto de constricción y confesarse así mismos cuántas veces no ha sido su inconsciente clasicista el que ha calificado al CGH.
El pueblo excluido de la ciudad ha encontrado un camino para no permitir una humillación más. Ojalá nadie sea tan insensato que busque la confrontación, pues la gente en esta ciudad ya no es la misma que hace 10 meses.
"Por mi raza hablará el hartazgo"
Ana Colchero
Comunicado de la ANAD
Señora directora: Mucho agradeceré la publicación de esta carta en El Correo Ilustrado.
La ANAD cumple con los estudiantes universitarios.
Como ofreció públicamente la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, desde el 7 de los corrientes, en sus oficinas ubicadas en Carmona y Valle número 32 bis, ha asesorado directamente o mediante sus familiares a los estudiantes que temen ser injustamente privados de su libertad debido a las infundadas acusaciones que presentaron las autoridades universitarias y la Procuraduría General de la República.
Además de la asesoría, ha interpuesto demandas de amparo, solicitando en ellas la suspensión provisional de las órdenes de aprehensión pendientes de ejecutar. De las primeras demandas presentadas ya se obtuvieron las correspondientes órdenes del juez federal para que se suspenda la aprehensión de los jóvenes universitarios.
Cabe precisar que tanto la asesoría como la tramitación de las demandas de amparo y la obtención de la suspensión provisional, se ha prestado gratuitamente. Hasta esta etapa la ANAD, como organización gremial de abogados comprometidos con el pueblo de México, cumple con su compromiso. A partir del momento en que se determine la existencia de las órdenes de aprehensión, los interesados podrán elegir al abogado que, en lo particular, y bajo su estricta responsabilidad, se encargará de litigar cada caso. La ANAD recomendará a los afectados encarguen sus casos a las o los abogados que por su trayectoria, capacidad y calidad ética merecen la confianza de esta organización, ya que como tal no litiga.
Por tal motivo, en todos los trámites distintos a la interposición de las demandas de amparo y que impliquen la conducción y el litigio del proceso penal, como es el caso de las personas que ya han sido consignadas ante los jueces segundo, quinto y sexto de Distrito en el DF, los abogados que los llevan asumen su responsabilidad de manera estrictamente personal, ya que por su naturaleza todo proceso es individual. Es el caso de quienes atienden los procesos de los estudiantes que se encuentran en el Reclusorio Norte.
Por el Comité Ejecutivo:
Adalberto Saldaña Harlow, presidente
Sobre la exposición México Eterno
Señora directora: Después de visitar la exposición México Eterno estoy totalmente de acuerdo con los argumentos expresados por los artistas Fernando González Gortazar y Vicente Rojo, y sólo deseo hacer dos breves comentarios.
Toda exposición mal organizada, curada, museografiada, etcétera, contribuye a la confusión artística y estética en el mundo de la cultura contemporánea. Agradezco que no me hayan invitado a participar en dicha exposición.
Atentamente
Ignacio Salazar
Aclaración a carta de estudiantes y trabajadores
Señora directora: Agradeceré la inserción de estas líneas en su periódico.
A propósito de la carta de estudiantes y trabajadores académicos y administrativos de la UAM, publicada el sábado 12 de este mes en La Jornada, cuyos firmantes rechazan el desplegado de las autoridades de esa misma institución, aparecido en las páginas de este diario el 8 de febrero, deseo aclarar lo siguiente:
En ninguna parte del desplegado existe pronunciamiento "en contra de la presencia de los compañeros... del CGH" en la UAM, ni "busca expulsarlos" de ella, y tampoco puede aceptarse que su contenido contribuya a la "persecución, encarcelamiento y acusaciones" contra los estudiantes de la UNAM.
Por el contrario, el desplegado señala "que la vía de solución a los problemas en las instituciones de educación superior es el diálogo razonado y no el uso de la fuerza" y también expresa "su preocupación por los derechos humanos y la situación jurídica de los estudiantes detenidos". Pienso que se interpretó mal la demanda que se hace respecto del uso y disposición de nuestras instalaciones a miembros de otras universidades, como es el caso de los integrantes del CGH. Personalmente creo que no debe prohibirse el acceso del CGH a la UAM.
Estoy, pues, en desacuerdo con la interpretación que los firmantes de la carta hicieron sobre el desplegado de las autoridades, pero entiendo y comparto el espíritu que les anima de repudio a la solución de fuerza ejercida por el gobierno federal y las autoridades de la UNAM, de exigencias de libertad para los estudiantes presos y de defensa de la universidad pública.
Atentamente
Gerardo Zamora Fernández de Lara , director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades UAM Xochimilco
Declaración de la ESEF sobre la UNAM
Señora directora: Le solicitamos nos permita disponer de un espacio con el fin de hacer una declaración en relación con los últimos sucesos que ha vivido la UNAM.
Los abajo firmantes profesores, estudiantes y trabajadores de la Escuela Superior de Educación Física (ESEF) exigimos:
Liberación inmediata e incondicional de todos los universitarios y estudiantes de la Normal de El Mexe, Hidalgo.
Cancelación de todas las ordenes de aprehensión.
Reanudación inmediata del diálogo entre rectoría y el CGH, así como solución a su pliego petitorio.
Ma. de la Luz Torres Hernández, Macario Molina Ramírez, Luis Arturo Villafuerte Ledesma, Ricardo Chávez López, Lilia Bocanegra Moreno, Enrique Flores Hernández, Josué González García, José Antonio Zamudio Moctezuma, Edurado Rafael Cuevas R., y 135 firmas más
Profesores dicen que regresarán a la Prepa 3 bajo protesta
Señora directora: Profesores de la Preparatoria 3 le agradecemos nuevamente el espacio para manifestar que el regreso a nuestro plantel será "bajo protesta", mientras haya universitarias y universitarios presos por motivos del conflicto.
Seguimos creyendo que con libertad y en las aulas aprendemos a respetar y disentir de la opinión del otro, con la reflexión, la crítica y el análisis, nunca en los reclusorios donde ideas y pensamientos de las y los jóvenes intentan ser sometidos para mantener el "orden oficial".
šLibertad a los universitarios presos!
Atentamente
Celia Vargas Martínez, Roberto Villagrán Guazo, Guadalupe Samano Durán y 8 firmas más
Residentes en el extranjero opinan sobre la universidad
Señora directora: Ante la toma de las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, quienes firmamos esta carta, ciudadanos mexicanos, estudiantes, profesoras y trabajadoras que nos encontramos en el extranjero, queremos expresar nuestra indignación por la ocupación policiaco-militar de la Universidad Nacional Autónoma de México y la detención de cerca de 800 estudiantes y ciudadanas mexicanas.
Nuestro rechazo a los cargos de motín, sedición, sabotaje, terrorismo, asociación delictuosa y el más reciente de "peligrosidad social" como aplicables a las estudiantes encarceladas a raíz del conflicto universitario.
Nuestra exigencia de liberación inmediata de todos los detenidos y cese de las órdenes de aprehensión.
Nuestro repudio a la creación de nuevos cuerpos represores como la Policía Federal Preventiva.
Exigimos la desocupación inmediata de la universidad por parte de las fuerzas policiaco-militares.
Como universitarios, demandamos al rector de la universidad y al Consejo Universitario se apeguen al mandato de la comunidad universitaria y nacional, negándose al recurso de la violencia y de la exclusión, y garantizando, una vez que sean liberados los estudiantes detenidos, la realización de un congreso amplio, democrático y con la participación plena de toda la comunidad universitaria, incluyendo al Consejo General de Huelga en su conjunto.
Demandamos del CGH su disposición al diálogo y a la participación en un congreso no excluyente que contribuya a la transformación democrática de la UNAM.
Exigimos al gobierno federal medidas concretas que sustenten las declaraciones acerca de su compromiso con la educación pública del pueblo de México, y en particular, con la universidad nacional.
Consideramos que el uso de la fuerza pública ante problemas sociales y la divergencia política solo muestra la incapacidad del gobierno de México para abandonar prácticas autoritarias, de imposición de políticas decididas verticalmente, desde el poder y para él, por más que se use la retórica de la tolerancia, el respeto a los derechos humanos y la legalidad de las acciones de fuerza.
Va nuestra solidaridad con los estudiantes presos que han reivindicado el derecho a la educación gratuita.
Se adhieren en México: Guillermo Peimbert
Frías, Arsenio Raudry Reyes, Sara Rico Ramírez, Diana
Sagástegui, Rocío González Alvarado, Gregorio
Martínez Moctezuma, Guillermo Gómez Sánchez,
Marisa Sistach,
María Ezcurra Lucotti, San Francisco Art Insitute; Jesús Adrian Espínola Rocha, U. de Arizona: Servando Gaja, fotógrafo, Nueva York; Héctor M. Gayón, West Hartford, CT traductor [email protected]; Eduardo Guízar, Iowa; Adriana González, New York University; John Holst, Northern Illinois University; Alejandra Leal, New School of Social Research, Nueva York; Monique J. Lemaitre, Northern Illinois University, DeKaib, II; Elena Martínez, Imperial College of Science, Technology and Medicine, Londres; Lucía Melgar, Princeton University, Princeton NJ; Chloe Eleni Michalopoulos, University of California Los Angeles, Los Angeles, CA; Margara Millan Moncayo, New School for Social Research, Nueva York; Eduardo Mora, New York University; Sarah Nelson, Dallas, TX; Luis Ochoa, Carnegie Mellon University. Pittsburgh, PA; Gustavo Ortiz Millán, Universidad de Columbia, Nueva York; Pablo Piccato, Columbia University, Nueva York; Mauricio Plaza Villegas; New York University; Ramon Plaza, New York University; Elvia Ramirez-Cabrera Mauricio Ramos-Vieterbo, Kansas City; Javier Rangel, UCLA, Los Angeles, CA; María Alicia Vetter, Northern Illinois University, DeKaib, IL; Juan Manuel Pedrozo, DePauw University; Angel C. Santos, Telefónica, Sevilla, España; Jenn Murman, DePauw Universitu; Irma Velez, The City College of New York, New York; Canek Fuentes Hernández, Universidad de Arizona; Cristina Rivera Garza, San Diego State University; Monnique J. Lemaitre, University of northern Illinois; Luis Ochoa, Carnegie Mellon, Pittsburgh; Arlene Ortiz, University of California
Pastor metodista habla en torno a la toma del campus
Señora directora: Mucho le agradeceré que sea publicado el siguiente texto el cual es un punto de vista personal y no representa al de mi asociación religiosa.
Los profetas del Antiguo Testamento y el propio Señor Jesucristo nos enseñaron que Dios se opone a los gobiernos y sistemas corruptos opresores (Amós 5:15; Lucas 4:18-21) es por tal motivo que como pastor de la Iglesia Metodista, como universitario y como mexicano rechazo la toma del campus universitario por la Policía Federal Preventiva (que está al servicio de la Secretaría de Gobernación y de la Presidencia), además de la aprehensión de los estudiantes que están luchando no sólo por nuestra máxima universidad pública sino por la dignidad del pueblo de México.
Fue el propio gobierno federal (con la complicidad de nuestra sociedad pasiva) quien originó el conflicto, al reducir el presupuesto asignado a la UNAM (mientras ha otorgado toda suerte de apoyos y recursos al sector financiero como todo buen neoliberal), y aumentando las cuotas a los universitarios teniendo como fondo un proceso de privatización paulatina y aplicando planes de estudio acordes a los intereses del neoliberalismo y por ende de los que poseen la riqueza económica.
Acorde con su tradicional falta de palabra y honestidad (San Andrés Larráinzar es sólo un ejemplo) de nuestros dirigentes y gobernantes, mientras rectoría simulaba dialogar con el CGH (reconocido como interlocutor el 10 de diciembre) se dio el golpe a la dignidad universitaria. Aquí están en juego no sólo dos proyectos de universidad sino de nación, uno proyectado por una minoría acaudalada y el otro por una mayoría pobre que ve cómo sus derechos se han ido perdiendo. Hoy es a los estudiantes a quienes se les reprime Ƒmañana quién seguirá? No cabe duda que la organización ciudadana hoy más que nunca es indispensable. El gobierno ha podido encarcelar a la raza pero jamás al espíritu.
Pastor metodista, Jorge Alberto Ochoa Lonji
Protestan académicos de la UPN por la violencia institucional
Señora directora: Le solicitamos de la manera más atenta sea publicada esta carta en la sección El Correo Ilustrado.
El cuerpo académico del Proyecto de Investigación, Globalización Educación y Desarrollo de la Universidad Pedagógica Nacional manifestamos nuestra mas enérgica protesta e indignación a la forma en que los caminos del diálogo han sido diezmados por la violencia institucional en aras del llamado "estado de derecho" en el conflicto de la universidad Nacional Autónoma de México.
Estas acciones lejos de resolver el conflicto no sólo lo han dejado latente sino se ha agravado, ya que desde el principio pudo haberse resuelto si los caminos del diálogo y la participación se hubieran privilegiado ante posturas de intransigencia y silencio institucional.
Por tanto exigimos:
1. La libertad inmediata de todos los universitarios detenidos.
2. La realización del congreso universitario sin universitarios privados de su libertad.
3. Respeto a la autonomía universitaria.
4. Respeto a la educación superior pública y gratuita.
5. Alto a la violencia informativa de los medios masivos de comunicación en torno al conflicto universitario.
6. La no intervención de cualquier cuerpo policiaco y/o militar en los problemas universitarios.
Atentamente
Profesores Francisco Villalpando Sánchez, coordinador del Proyecto Globalización, Educación y Desarrollo y Miguel Angel Niño Uribe, investigador de la UPN
Exigen reinicio del diálogo en la máxima casa de estudios
Señora directora: Le suplicamos muy atentamente publique esta carta en la sección El Correo Ilustrado.
Los abajo firmantes exigimos el reinicio del diálogo con base en los ahora siete puntos del pliego petitorio del CGH.
Repudiamos el uso de la violencia y la represión por parte del Estado en contra de los movimientos sociales.
Demandamos la liberación inmediata e irrestricta de los presos políticos y la cancelación de los cargos y las órdenes de aprehensión en contra los paristas de la UNAM.
Condenamos la flagrante violación a la autonomía de la universidad.
Exigimos la desaparición de la PFP, organismo que se ha convertido en punta de lanza de represión en todo el país.
Exigimos el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.
Atentamente
Norma Carrillo, Lucrecia Gutiérrez, Marcia Torresasia, María Teresa Garduño, Leticia Jara, Laura Barrera, Blanca Haro, Alejandra Ruiz, Francisco González H., Alexander Bruck, Enrique Velazco, Marcia Medrano, Verónica Mues, Miguel Angel Ramos, Miguel Alcántara, Hans Mues, Herminia Hernández, Eugenia Gutiérrez, Guillermo González, Martín Coronel, Victoria Espino, Yuriria Pantoja, Patricia Doring, Pancho Bolland, Natalia Pérez, Erika Mues, Beatriz Foncerrada, Ulises Miramontes, Juan Cristian Gutiérrez, Tonahtiu Alvarez, Aline Menassé, Paz Carmona, Ana Teresa Ordiales, Judith Espinosa, Margarita Muñoz, Ramón Vera, Nestor Castañeda, María Elena Hope, María Valle, Enrique González, Tania Barberán. Responsable de la publicación: Erika Mues
Inconformidad y repudio por la "solución" al paro
Señora directora: A través de este espacio ofrecido por el diario queremos manifestar nuestra inconformidad y repudio por la forma en que se levantó la huelga en la UNAM, pues fue resultado de una acción violenta e injustificada y no fruto de un diálogo entre universitarios. Si bien no hubo disposición por parte de rectoría, ni el CGH para hacer una discusión amplia con los problemas de la universidad como punto central, no se justifica la violencia como "solución". Evidentemente la situación actual que vive el movimiento estudiantil fue resultado de acciones como la manipulación y la minimización de la información y las provocaciones de grupos con intereses políticos.
Consideramos injustificada la intervención de la Policía Federal Preventiva (PFP) en la máxima casa de estudios, pues esto no resuelve el conflicto, si no que por el contrario, obstruye y destruye un proceso de discusión, planeación y toma de decisiones en el que se debe incluir a toda la comunidad universitaria.
Exigimos el retiro de cargos y la liberación inmediata de todos los compañeros que participaron en el movimiento y que ahora se encuentra detenidos sin justificación alguna. A esta carta le anexamos una lista de 196 firmas de personas inconformes por estos hechos.
De antemano mandamos nuestro más sincero agradecimiento por su atención y la publicación de esta carta y esperamos que La Jornada siga siendo un diario abierto e imparcial, que asume su responsabilidad en la difusión de la información
Grupo Universitario, San Cristóbal de las Casas, Chiapas a 8 de febrero del año 2000, y 200 firmas.
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