Ť Dejó pudrir el conflicto: profesor Alfredo Velarde


El gobierno aplicó en la UNAM la misma política que a zapatistas

Ť No habrá solución mientras haya un estudiante preso, advierte

Jesús Ramírez Cuevas /I Ť El gobierno aplicó a los universitarios la misma política que ha tenido con las comunidades indígenas de Chiapas. No puede haber solución al conflicto de la UNAM mientras haya un estudiante preso y no se resuelvan las demandas de los estudiantes mediante el diálogo. Esta es la opinión de Alfredo Velarde, profesor de la Facultad de Economía y asesor del CGH, sobre quien pesa una orden de aprehensión. Hace unos días surgió la versión de que había sido detenido en su casa, pero Velarde continúa libre en algún lugar de la ciudad de México.

"La huelga fue rota por una fuerza pública paramilitar. Esto no representa el fin del CGH, al contrario, éste se mantiene y resiste, pero tiene que afrontar una nueva situación, tiene que repensar su estrategia muy bien, los pasos a seguir y organizar la resistencia".

ųƑQué cambia en la UNAM tras la incursión policial del domingo 6 de febrero?

ųNo puede haber normalización de la vida universitaria ni solución a este conflicto como piensa el rector si hay un solo estudiante preso. No puede haber normalidad democrática de que habla Zedillo mientras se encarcele a estudiantes por luchar por derechos constitucionales y se les tache de terroristas, mientras están libres los funcionarios defraudadores del país y los banqueros.

"La continuación de la huelga en el exilio es una propuesta seductora pero impráctica, es más una iniciativa para reorganizar al movimiento y definir los pasos a seguir. Veo reducido el margen político para retomar las instalaciones y proseguir el paro; incluso, puede conducir a un enfrentamiento a gran escala, especialmente ahora que las autoridades quieren reducir un asunto social y educativo tan complejo como el de la UNAM a un litigio de barandilla de MP".

Velarde considera que el CGH debe mantenerse articulado y reposicionarse en la UNAM: "Apostar a las asambleas en las escuelas para que la comunidad decida el futuro de la lucha. Veo difícil que acepte una suspensión adicional de las tareas académicas. La discusión en las escuelas permitiría al CGH reafirmar su carácter de representante estudiantil y fortalecer sus demandas."

Según el maestro de economía, en este momento "el CGH tiene el reto de superar algo que le ha hecho bastante daño, la lucha de fracciones entre distintas orientaciones y la intolerancia a su interior. Me parece que hay que cerrar filas y como uno solo, dejar atrás los calificativos de ultras o moderados, todos como estudiantes en lucha, que permita pasar a otra etapa del movimiento. La huelga era un momento de la lucha, no un fin en sí mismo", sostuvo

En la nueva situación de imposición vertical y autoritaria que rompió la huelga por la vía de los hechos, el CGH tiene que diseñar una estrategia de resistencia, hacer presencia en la universidad ųy esto lo digo a título personalų, de tal manera que en los próximos días, ante la eventual reanudación de actividades académicas, el CGH tenga presencia en las escuelas, monte una gran campaña de información por la libertad de los presos y vaya definiendo en las asambleas de cada plantel su intervención en la política universitaria para ganar un congreso democrático y resolutivo".

La lucha del CGH a favor del congreso "es para hacer posible en México una profunda reforma universitaria democrática en sus estructuras académicas, de gobierno y administrativa. Sacando al CGH como actor político fundamental de la vida universitaria, se habrá esterilizado esa posibilidad y se impondrá un proyecto de universidad tecnocrática, de elite, con planes privatizadores.

En el conflicto universitario se juega el futuro de la educación pública. Con esta certeza Alfredo Velarde vislumbra la posibilidad de que "en un futuro cercano veamos una sensibilización de la juventud estudiosa y seamos testigos de otros movimientos similares al de la UNAM en otras instituciones de educación superior como el IPN, la UAM, Chapingo, etcétera."

Desprecio a la lucha estudiantil

"El gobierno despreció la lucha de los estudiantes y les aplicó la misma política que a los zapatistas. Desde el inicio del movimiento estudiantil dejó que se pudriera el conflicto, luego simuló el diálogo y dejó de cumplir los acuerdos tomados, como ocurrió con los acuerdos de San Andrés desde 1996. Luego acusó de intransigentes a los estudiantes y justificó una represión con la ocupación paramilitar de la UNAM, como el 9 de febrero de 1995 contra el EZLN".

Este joven profesor de la Facultad de Economía explica que "frente a la crisis de representatividad y credibilidad de las instituciones surgen resistencias colectivas en diversos sectores del país que encuentran en común una política autoritaria y una cerrazón del gobierno. La apuesta oficial es no resolver los conflictos dejándolos que se pudran; no busca solución sino que apuesta a una salida de fuerza, de represión. Eso está claro en la UNAM, se afirma el principio de la fuerza para aplastar la razón".

Este autoritarismo se pone en evidencia con la pretensión de condenar un movimiento social como si fuera una banda de criminales, dice Velarde. "El absurdo delito de conciencia, el delito de "peligrosidad social", que se parece al de disolución social contra el que lucharon los estudiantes en 1968... Se quiere regresar a los tiempos de Díaz Ordaz con acusaciones tan absurdas como terrorismo, motín, sabotaje... Pero no nos van a intimidar con sus amenazas, vamos a seguir luchando. No nos persiguen como individuos sino como movimiento al que quieren tratar como si fuéramos delincuentes".

Velarde piensa que en el CGH "tenemos que lanzarnos a una ofensiva política que permita conservarnos como opción crítica en la universidad, cuestionando el autoritarismo y la privatización que quieren las autoridades y al mismo tiempo planteando alternativas académicas. Cualquier fuerza democrática de izquierda consecuente tiene que sostener su visión de la universidad en un proyecto académico; si no se tiene esa visión académica no tiene nada qué hacer en la universidad".

La gran marcha del miércoles es "una manifestación referencial, porque creo que no se había dado una movilización tan importante en muchos años. Para mí es el anuncio de un movimiento de resistencia que inevitablemente va a estar presente el 2 de julio de este año. A diferencia de una visión sólo electoral, la marcha es una respuesta a un acto de barbarie por parte del gobierno mexicano y se dio en defensa de jóvenes que luchan por el derecho a la educación.

"Esta marcha simboliza la voluntad de las aspiraciones democráticas de los mexicanos. La marcha de esta semana es un mandato popular para que el gobierno libere a los estudiantes hoy presos."