* Careo en el Reclusorio Oriente durante audiencia sobre el homicidio de Stanley
Bezares y Jorge Gil intercambian reproches
* "No puedo decir si eres inocente o culpable, pero te comportaste muy extraño", le dicen a Mario
Antes compañeros de trabajo, Mario Rodríguez Bezares y Jorge Gil intercambiaron ayer reproches y suspicacias, durante la audiencia de careo que se llevó a cabo en el juzgado 55 penal del Reclusorio Preventivo Oriente, en torno del asesinato de Francisco Stanley.
Entre gestos de molestia y enojo, Bezares retó una y otra vez a Jorge Gil y lo cuestionó: "ƑTú crees que soy culpable?". La respuesta congeló su gesto: "No puedo decir si eres inocente o culpable, eso ya lo determinará el juez. Lo único que he declarado fue lo que vi: que tu comportamiento fue muy extraño. Nunca saliste a la banqueta para saber lo que ocurría y ni siquiera preguntaste si estaba muerto".
En la rejilla de prácticas y mirando de frente a Bezares, Gil le advirtió que nunca lo visitó en el hospital durante su convalecencia ni habló por teléfono para explicar sus razones o su opinión sobre lo sucedido.
En cambio, destacó el extraño comportamiento que mostró Bezares todo aquel día en que ocurrió el homicidio de Stanley. Y enumeró: "El dolor de estómago que intempestivamente te dio cuando pediste la cuenta. El tiempo que tardaste en el baño del restaurante y tu no salida a la banqueta para percatarte de los que ocurría".
Para Gil, en el asesinato de Francisco Stanley "hay trasfondo muy sucio y una porquería, pero será la autoridad quien lo determine. Yo sólo soy un testigo y una víctima", pues en aquel atentado ocurrido el 7 de junio de 1999 el reportero también fue herido de bala, al encontrarse en la camioneta del conductor de televisión muerto.
Nada fácil transcurrió el careo, que enfrentó durante una hora y media a los ex compañeros de trabajo, pues constantemente intervino la defensa de Bezares. En alguna ocasión, incluso, Guillermo Pasquel, abogado del patiño, retó a Gil: "Deberías ser lo suficientemente hombre...", al argumentar que el reportero no había contestado el cuestionamiento hecho por Bezares sobre su supuesta inocencia.
Ministerio Público y abogados no dejaron de interrumpir las diligencias. Y en algún momento otro de los abogados de Bezares, Marcos Castillejos, incluso increpó al juez 55, Rafael Guerra: "Lo que sucede es que no hay fortaleza para ser juzgadores".
Mario Rodríguez Bezares también se careó con Benito Castro y con Enrique Tamayo, uno de los hermanos que trabajaron como guardaespaldas de Francisco Stanley, quien fue insultado en repetidas ocasiones por el patiño, luego que éste lo cuestionó sobre su inocencia.
Tamayo respondió: "Yo únicamente declaré lo que me consta que paso aquel día". Entonces vinieron los insultos de Bezares: "Pinche maricón".
De los intercambios de palabras dio fe el juez y el secretario de partes, quien dejó asentadas las palabras de uno y otro en el expediente.
El saldo tampoco fue muy favorable en el careo con Benito Castro, quien advirtió que no creía que Bezares estuviera involucrado en el asesinato de Stanley, aunque dijo que si sus declaraciones se consideraban imputaciones contra éste, pues entonces sí lo eran.
También se carearon con Mario Rodríguez Bezares uno de los meseros de El Charco de las Ranas, de nombre Melquiades Antonio Simón, y el policía Isaías García Granados. (Elia Baltazar)