* Rectoría bloqueó todo intento de acuerdo, sostiene
La solución de fuerza ya estaba planeada, afirma Higinio Muñoz
* Preso, revela el contenido de las negociaciones del 4 de febrero
* Ese día se montó el escenario para justificar la ocupación, expone
Elena Gallegos /I * Cuando la Policía Federal Preventiva entró al auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras, ahí estaba Higinio Muñoz. El fue uno de los más de 630 detenidos este domingo en Ciudad Universitaria. Hoy, sostiene que desde el viernes pasado "las autoridades hicieron todo lo posible para impedir cualquier principio de acuerdo con el Consejo General de Huelga (CGH)". El está convencido ahora de que "ya estaban preparando la salida de fuerza..."
Muñoz -preso en el Reclusorio Norte y en espera de que se defina su situación- fue también uno de los diez delegados del CGH que acudieron el viernes 4 de febrero a la Antigua Escuela de Medicina a lo que constituyó, a la postre, el último encuentro entre las partes en conflicto. Dadas las circunstancias del emplazamiento al diálogo, se adelantaba en algunos sectores que era casi imposible que se lograra un acuerdo. Higinio da su versión de lo que ocurrió ese día.
-ƑQué pasó el viernes en Medicina?
-Lo del viernes fue un ultimátum -comienza a narrar-, primero por las condiciones en las que nos convocaron: sólo diez compañeros, en privado y únicamente para discutir los términos del levantamiento. Lo hicieron de manera que casi les garantizaba una negativa del CGH. Con ello tenían un elemento adicional para justificar el escenario que ya estaba contemplado: el de la salida de fuerza, el de la ocupación de la universidad.
"Fue pues un acto de sensatez del Consejo asistir. Yo estuve ahí por azar. Mi facultad (Ciencias) no había salido sorteada, pero como no asistieron algunas escuelas, me tocó a mí. De entrada pareció que podía haber un acuerdo. El rector De la Fuente aceptó discutir los tres puntos que definió nuestra asamblea y para los que estábamos mandatados: la libertad de los compañeros presos, la salida de la policía de las instalaciones universitarias, y la reanudación del diálogo.
"Cuando se los dimos a conocer, el rector dijo que se comprometía a hacer lo que estuviera en sus manos para retirar las acusaciones de la universidad en contra de esos compañeros y gestionar ante la PGR para que esa dependencia hiciera lo propio. En ese momento, el presidente de la CNDH dijo que él y Luis de la Barreda se sumarían también a ese esfuerzo.
"Todo parecía ir bien. El rector argumentó además a favor de que la policía saliera de la universidad. Insistieron en que la reunión era resultado del plebiscito del 20 de enero. Nosotros les detallamos las razones que teníamos para no reconocerlos y les dimos los de nuestra consulta, hecha de buena fe, en la que también buena parte de la comunidad se expresó a favor de continuar el diálogo.
"Les explicamos -prosigue- que el CGH había tomado ya una definición importante: entrar a un proceso de diálogo distinto al de diciembre. Esto es, iniciar una negociación corta, rápida, ágil...
-ƑDiscutir un punto por día?
-Así es. Les reiteramos que no queríamos consumir más tiempo, y que como en cualquier proceso de negociación, las dos partes debían llevar sus propuestas. De la discusión de ambas debía salir la solución para levantar la huelga. Ellos expresaron que estaban de acuerdo, pero que antes debíamos abrir la universidad.
-ƑAbrir las puertas o levantar la huelga?
-Precisamente en ese punto pedimos esa precisión. "ƑNos piden que levantemos la huelga?", y el rector nos contestó que no, que abriéramos los auditorios para que la comunidad entrara a discutir de manera libre en las asambleas. Les aclaramos que el CGH no se oponía a ello y que podíamos acordar una convocatoria amplia para que ello ocurriera...
-ƑY evitar los choques que se estaban presentando?
-Eso parecía... para evitar la confrontación. Estuvimos de acuerdo porque no estaban planteando el levantamiento, sino la apertura de auditorios. Creímos que podíamos llegar a un primer acuerdo y ellos señalaron que como había indicios de consenso se podía redactar un documento...
"Ellos, en una intervención de Rolando Cordera, hablaron también de la simultaneidad de los compromisos: en el momento de abrir los auditorios para que entrara la comunidad a discutir, se reiniciaba el diálogo... Te repito, no parecía haber problema"
-ƑSí hubo, entonces, un principio de acuerdo..?
-Hasta ese momento -continua Higinio con su versión-, a las tres de la tarde (la discusión comenzó a las 12), se integró una comisión: por las autoridades, José Narro y el abogado Fernando Serrano Migallón, y Víctor Alejo y yo por el CGH, pero ahí cambió todo...
-ƑEn qué sentido?
-En todos. Cuando ya nada más estábamos los cuatro, José Narro nos dijo: "miren, nosotros estamos aquí porque se agotó el tiempo para la discusión. Si no entramos a un proceso de diálogo a más tardar el domingo, no habrá más espacio... El domingo ustedes no sólo tienen que venir a una negociación que permita el levantamiento de la huelga, sino que ese mismo día tienen que abrir la universidad". Y nos insistió en que había grupos de poder dentro y fuera de la UNAM, incluidos directores de escuelas y facultades, que ya no querían más diálogo.
"Volvimos a pedirle que nos precisara si al hablar de abrir la universidad él se refería a lo que se definió en la mesa. Nos respondió que no, 'abrir la universidad -dice Higinio que sostuvo Narro el viernes en el seno de la comisión redactora significa que levanten todas las barricadas y dejen las puertas abiertas'. Nosotros contestamos: 'šeso es levantar la huelga!, nuestra comisión no está facultada para ello y menos en estos inaceptables términos!'".
"Y se prolongó, casi cuatro horas, el debate entre ese pequeño grupo. Cada lado defendía su posición. Entonces Narro nos dijo: 'así no puede haber acuerdo. Para convencer a los sectores de poder que presionan para que no haya diálogo y para que se respeten los resultados del plebiscito, nosotros necesitamos llevarles una señal de que ustedes van a levantar la huelga. Si no es así, el rector no puede comprometerse a ningún tipo de negociación'".
"Fue cuando yo le pregunté a Narro: 'Ƒeso significa que si no aceptamos esa lógica, el fin de semana entra la policía a la universidad?'. El contestó: 'entiéndanlo como gusten'. Nosotros, entonces, les señalamos que así lo íbamos a decir, por lo que debían asumir toda la responsabilidad. Me acuerdo que en ese momento el abogado Serrano acotó: 'bueno, que lo asuman los que se queden, porque algupreferimos irnos antes que ocurra eso'. Esto en resumen".
"Cada que hacíamos una propuesta de redacción, Narro iba a consultar, supongo que no sólo a De la Fuente, y regresaba invariablemente con un 'noƀ' en la boca. Todas las propuestas de redacción las hicimos nosotros y ellos se negaron a leerlas más tarde, cuando regresamos al pleno de las mesas donde queríamos dejar constancia de nuestro esfuerzo".
* Aquí no hay ultras ni moderados, sino únicamente presos políticos, plantea
Desde el reclusorio, Rodrigo Figueroa llama a la unidad
Elena Gallegos, /I * Rodrigo Figueroa hace un llamado a los estudiantes de la UNAM a dejar atrás las rencillas y las broncas internas. Habla de la necesidad de unidad para que pueda rearticularse el movimiento y precisa: "dentro del Reclusorio Norte no existen hoy ni ultras ni moderados sino presos políticos. Fuera del penal no hay, tampoco, ultras o moderados sino universitarios indignados porque entró la fuerza pública a nuestra institución".
Figueroa fue detenido la medianoche del domingo al salir del programa que conduce en Televisión Azteca Eduardo Ruiz Healy, y que ese día se transmitió desde el Palacio de Minería.
-ƑPor qué aceptaste ir cuando la situación para ustedes era tan incierta?
-Acepté sabiendo que podía tener una orden de aprehensión en mi contra. Tomé la decisión porque me parecía que era fundamental que en ese momento hubiera voces que llamaran a la organización de los universitarios para la salida de la Policía Federal del campus y para la liberación de todos los presos. En fin, hay que afrontar los riesgos, está primero la lucha que las personas.
-ƑCómo te detuvieron?
-Como no habían pasado a recogerme, crucé la acera para hacer una llamada. Luego llegó un comando de la Policía Judicial Federal. Sí eran muchos, pero no me golpearon. Tampoco me torturaron. Simplemente me mostraron la orden que llevaban y me trasladaron a Camarones. Ahí estuve un momento, apenas el necesario para hacer una llamada y luego me mandaron al Reclusorio Norte.
-ƑY cómo fue tu primera noche en un penal?
-Siempre tuve claro que en la lucha pueden darse este tipo de situaciones, sobre todo cuando se pelea contra un enemigo tan poderoso como es el sistema político mexicano. Me sentí tranquilo. Sabía que, afuera, los compañeros no nos iban a dejar solos. Creo que mi detención, como la de mis compañeros, obedece a la misma lógica dentro del poder. Me siento dispuesto a seguir dando la pelea desde dentro y también cuando salga
-ƑYa se acabó el conflicto en la UNAM?
-No, aquí no terminan las cosas... es necesario ahora, para que el conflicto se resuelva, que salgan los presos políticos, todos; que se respete realmente la autonomía universitaria, que se transforme democráticamente la universidad y que ese cambio contribuya, en mucho, al cambio del país.
-ƑCómo ha sido tu permanencia en el reclusorio?
-Yo no podría decir que me han maltratado. No. Dentro de las reglas que existen, sí puedes observar la diferencia que hay entre la visión que se tenía antes y la que tienen las autoridades del Distrito Federal. Yo he sentido respeto físico y moral -los estudiantes están en un "área técnica" en la que no tienen contacto con los custodios, por ejemplo.
-ƑAhora, en las horas muertas que deben ser largas, qué reflexiones te haces sobre lo que le pasó al movimiento?
-Mira, más bien quisiera pedirles a los compañeros que están fuera que tengan mucho ánimo. Aquí dentro estamos claros que cuando uno enfrenta fuerzas tan poderosas como el Estado, hay consecuencias como la cárcel. En lo personal estoy tranquilo. Te repito que confío en la sociedad civil, en los universitarios, en la razón, la palabra y la justicia, a pesar de los agravios... A pesar de la manera tramposa e injusta con que tomaron presos.
"Aún es tiempo de que florezca entre los universitarios una conciencia viva que permita transformar la máxima casa de estudios. Desde aquí quisiera hacer un llamado a la unidad de todos. Dejemos las rencillas atrás, hagamos también a un lado las broncas internas. Aquí, en el reclusorio, no hay ultras ni moderados sino presos políticos..."
-Dadas las diferencias al interior del CGH -él mismo fue tildado de moderado-, Ƒcrees que el movimiento aún pueda rearticularse?
-Es momento de que los compañeros que están fuera entiendan que un movimiento social no culmina con una de sus etapas de lucha. Al contrario, debe aprender de ellas para fortalecerse, ampliarse y hacerse políticamente más sólido.